Название | Caída y ascenso de la democracia |
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Автор произведения | David Stasavage |
Жанр | Социология |
Серия | |
Издательство | Социология |
Год выпуска | 0 |
isbn | 9788418895784 |
Aparte de la producción de alimentos, otra forma en que las mujeres pudieron haber adquirido influencia política fue luchando en las guerras. Sabemos que en escenarios tan diversos como la Atenas antigua y la Europa del siglo xix la participación militar tuvo ese efecto para los hombres, por lo que quizá pudo ser igual para las mujeres. Consideremos el caso de las amazonas, las guerreras que los griegos pensaban que vivían al norte del mar Negro. Heródoto narró un enfrentamiento donde un grupo liderado por hombres, los escitas, quisieron desposar a las amazonas, pero ellas respondieron en los siguientes términos:
Nosotras no podríamos convivir con las mujeres de vuestro país, pues no tenemos las mismas costumbres que ellas. Nosotras manejamos arcos, lanzamos venablos y montamos a caballo, y no hemos aprendido las labores propias del sexo femenino.104
Aunque a menudo ha sido criticado por sus historias fantasiosas, Heródoto no se equivocaba aquí. La evidencia arqueológica moderna indica que las mujeres participaron en la guerra en la estepa centroasiática. Lo sabemos por los restos de mujeres que fueron enterradas con numerosas armas y cuyos esqueletos presentan a menudo señales de heridas de guerra. La prevalencia de piernas arqueadas en estas sepulturas apunta a que se pasaron toda su vida sobre la silla de montar, y las mujeres enterradas con armas constituyen más del tercio en algunos yacimientos específicos.105
También tenemos evidencia procedente de las sagas centroasiáticas de que las mujeres guerreras desempeñaron un papel directo –e incluso dominante– en el gobierno. Según una de las sagas de los nartas acerca de un pueblo conocido hoy como los circasianos, la organización original de la sociedad era matriarcal antes de convertirse en patriarcal:
En los viejos tiempos, existía el Consejo de las Matriarcas, formado por mujeres maduras, sabias y con visión de futuro. El consejo trataba los problemas cotidianos de los jóvenes nartas y promulgaba leyes y costumbres que los jóvenes debían cumplir en su vida mundana. Los miembros del consejo se servían de su dilatada experiencia y su perspicacia para la formulación de los edictos pertinentes.106
Se dice que el Estado matriarcal de los circasianos terminó cuando la reina de las amazonas puso fin al conflicto con los hombres circasianos al casarse con el príncipe de estos. Después, aconsejó a sus seguidoras que hicieran lo mismo.
La evidencia funeraria no nos ayuda mucho a saber si alguna vez existió tal Consejo de Matriarcas, pero aunque no hubiese existido nada parecido deberíamos preguntarnos por qué el autor de la saga sintió la necesidad de inventarse esa parte de la historia. Del mismo modo que antaño se creía, erróneamente, que los cuentos griegos sobre las amazonas eran puros mitos, no deberíamos precipitarnos al juzgar este caso.
Hay otra conclusión fundamental que podemos extraer de la SCCS: al igual que la propia democracia temprana, la participación política femenina era mucho más destacada en las sociedades de menor escala. Con cada uno de los sucesivos peldaños de la gobernanza –desde los hogares que se defendían por sí mismos hasta la gobernanza de la comunidad local y la aparición de un Estado central– la participación femenina en el gobierno se hizo menos visible.107 Casi parece que la invención de la política supuso la exclusión de las mujeres.
Desigualdad
Una última pregunta que tal vez debamos hacernos es si la democracia temprana tenía unos niveles de desigualdad económica más bajos que las autocracias. Hasta ahora, los escritores que trabajan en los Estados tempranos se han centrado, por lo general, en la pregunta previa: si la existencia de alguna forma de Estado determina el nivel de desigualdad de una sociedad. El punto de vista recibido es que el establecimiento de un orden central produce estratificación social. Algunos señalan que la creación de un orden político entre los seres humanos es, inevitablemente, una historia de desigualdad y sometimiento: una imagen bastante deprimente.108
Un primer enfoque sobre la desigualdad es consultar las medidas de “estratificación social” que los antropólogos han elaborado. Los datos de la SCCS respaldan el punto de vista recibido sobre la relación entre la gobernanza central y una mayor estratificación, y los resultados son sorprendentes. Entre las sociedades sin ningún tipo de gobernanza por encima del nivel comunitario, el 63% no tenía estratificación social, frente a solo el 13% de las sociedades con gobernanza central. Esta es una gran diferencia. En cambio, si consideramos la estratificación social en sociedades con y sin consejos, vemos que la diferencia entre estos dos subgrupos es mucho menor.109 Se desprende que los Estados centrales se asociaban a la estratificación, pero su forma de gobierno –democrática o autocrática– influyó mucho menos.
Para entender mejor la conclusión sobre la gobernanza central, debemos observar más de cerca cómo se construyó la medida SCCS de estratificación social.110 En el conjunto de datos, las sociedades son codificadas como estratificadas cuando tienen una “amplia diferenciación de estatus ocupacional” o, dicho con otras palabras, gente que trabaja en cosas distintas. La existencia de múltiples tipos de trabajo apunta a una sociedad más compleja, pero no nos dice nada sobre cuánto variaba en realidad el estatus de las personas con diferentes ocupaciones. Tampoco nos dice nada acerca de si era posible que una persona cambiara de ocupación. Cabe recordar aquí que la República de Tlaxcala estaba estratificada, pero también había una importante movilidad social.
Para tener una mejor visión sobre la desigualdad es posible que debamos mirar más allá del SCCS. Un grupo de antropólogos y arqueólogos propuso recientemente una nueva e ingeniosa medida de desigualdad de la riqueza. Al carecer de mediciones directas de la riqueza, utilizan las medidas de dispersión de los planos de planta de las casas.111 El coeficiente de Gini para esta distribución –que adquiere un valor de cero cuando hay una igualdad perfecta y de uno cuando hay una desigualdad perfecta– sirve, por tanto, como medida indirecta de la desigualdad de la riqueza.112
Los datos de los planos de planta de las casas apuntan a una enorme variabilidad en la desigualdad de la riqueza en las sociedades antiguas. En el yacimiento de Teotihuacán, en Mesoamérica –una sociedad que vivió aproximadamente un milenio antes que los aztecas– el coeficiente de Gini para la dispersión del tamaño de las casas era de 0,12, un valor sumamente bajo. Si el coeficiente de Gini para el tamaño de las casas se traduce directamente en la riqueza, esto supondría un nivel de desigualdad muy inferior al observado en cualquier economía de mercado moderna. La situación no podría haber sido más distinta en el Imperio Medio del Egipto antiguo, donde, en un yacimiento, el coeficiente de Gini para la dispersión del tamaño de las casas era de 0,68, una cifra más cercana a los niveles de desigualdad de la riqueza en las actuales sociedades europea y estadounidense. Esto es extraordinario, dado el nivel de desarrollo del Egipto antiguo; en una sociedad muy pobre, la desigualdad tendrá un techo natural siempre y cuando no se cobre a la población unos impuestos que la sitúen por debajo del umbral de subsistencia.113 A medida que se enriquece una sociedad, aumenta el nivel máximo posible de impuestos.
La comparación entre el Egipto antiguo y Teotihuacán también plantea la pregunta de si el modelo de gobernanza influyó en el nivel de desigualdad de la riqueza. El Egipto antiguo era una autocracia, y aunque los arqueólogos no saben con exactitud cómo se gobernaba Teotihuacán, muchos piensan que no era una autocracia.114 Los arqueólogos que han recopilado los datos de los planos de planta de las casas también han codificado las diferentes sociedades en función de si su régimen era colectivo o autocrático. En el conjunto de sociedades mesoamericanas, la gobernanza colectiva se asoció nítidamente con una menor desigualdad de la riqueza.115 Por tanto, esto es un indicio de la clara relación