Adónde nos llevará la generación "millennial". Barbara J. Risman

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Название Adónde nos llevará la generación "millennial"
Автор произведения Barbara J. Risman
Жанр Социология
Серия
Издательство Социология
Год выпуска 0
isbn 9788491348221



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procesos sociales propios de la transición dilatada a la edad adulta en la sociedad estadounidense. La sociología ha mostrado que el camino de la adolescencia a la edad adulta es actualmente más largo y más individualizado que en el pasado (Furstenberg et al., 2004; Fussell y Furstenberg, 2005; Furstenberg, 2010; Shanahan, 2000). Arnett y sus colegas psicólogos se centran en lo que sucede durante este prolongado proceso y han demostrado que las demandas psicológicas son en realidad tan complejas, que constituyen una nueva etapa del desarrollo humano: la adultez emergente. Las personas jóvenes millennials que conoceremos en los próximos capítulos están experimentando esta dilatada etapa de la vida comprendida entre la adolescencia y la edad adulta. ¿Cómo maneja la generación millennial la adultez emergente? Pasamos ahora a lo que algunas investigaciones previas han identificado como características propias de la generación o la cohorte de la adultez emergente actual.

      La investigación académica (Donnelly et al., 2015; Twenge et al., 2012; Eagen et al., 2013; Pew Research Center, 2014; Ely et al., 2014; Broido, 2004) muestra que la generación millennial no solo es la generación con mayor diversidad étnica y racial de Estados Unidos, sino también la más liberal. Furstenberg (2017) sugiere no aceptar generalizaciones psicológicas para esta generación tan diversa, ya que seguramente está tan dividida por raza, etnia y religión como las generaciones anteriores. Aun así, merece la pena señalar algunas tendencias. Es la generación con mayor nivel educativo y la menos religiosa hasta el momento. Para las generaciones anteriores, es imposible concebir cómo los y las jóvenes millennials tejen sus vidas en un número cada vez mayor de redes sociales en internet. A pesar del tiempo prolongado que exige la transición a la edad adulta, estas adultas emergentes son muy optimistas respecto a su futuro. Incluso, en 2010, cuando el 37 % de la generación millennial se encontraba en una situación de desempleo, afirmaban estar seguras de que eventualmente cumplirían sus objetivos económicos, y quizá lo consideren así porque sus prioridades no son tan materialistas. La prioridad más importante que mencionan las y los millennials es ser un buen padre o madre (52 %), y la siguiente, tener un matrimonio exitoso (30 %), mientras que solo el 15 % reportaron como objetivo importante tener una profesión bien remunerada. Parecen perseguir objetivos intrínsecos de bienestar personal en lugar de tener prioridades económicas, por lo menos en este momento de sus vidas.

      Cualesquiera que sean sus objetivos personales, los datos de Pew muestran que la generación millennial se lleva bien con sus mayores, a pesar de que muchas de ellas se inclinen más, políticamente, hacia la izquierda que sus mayores. Los y las millennials son menos partidarias de sostener una política de seguridad nacional agresiva y más de los programas sociales nacionales progresistas que cualquier otra generación. También son más propensas que cualquier otro grupo a identificarse como demócratas. Según la encuesta anual American Freshman de 2013, realizada a más de 165.000 estudiantes de primer año a tiempo completo inscritos en 234 colleges y universidades diferentes de Estados Unidos (Eagen et al., 2013), podemos concluir que sus opiniones sobre la sociedad son liberales; de hecho, el 87 % de las mujeres y el 79 % de los hombres apoyan el derecho a adoptar de gais y lesbianas. Así mismo, más de dos tercios respaldan que las personas más ricas deberían pagar más impuestos de lo que pagan en la actualidad, aunque no es más probable que apoyen el control de armas que los y las estadounidenses mayores.

      Existe cierta controversia sobre si la generación millennial es liberal respecto a las políticas de género. Donnelly et al. (2015) demuestran que, en 2010, siete de cada diez estudiantes de último año de secundaria estaban de acuerdo con una variedad de ítems que medían la aprobación de la igualdad de las mujeres en el seno de la familia, incluido el apoyo al empleo de las mujeres con descendencia. England (2010) argumenta que, aunque se produjeron muchos cambios en el siglo XX, la revolución de género se encuentra ahora estancada. Existe poca investigación publicada sobre este tema, pero sí se ha debatido sobre ello recientemente en una serie de publicaciones en línea. Pepin y Cotter (2017) identificaron tendencias complejas y contradictorias respecto a este tema.

      En su análisis exponen que las actitudes de la generación millennial con respecto a la igualdad de género están fragmentadas: continúan apoyando la igualdad en el mercado laboral, pero se han vuelto menos progresistas que la generación anterior respecto a la igualdad de género en el hogar. Argumentan que esta generación maneja una nueva ideología que Pepin y Cotter denominan «esencialismo igualitario», lo que significa que creen que los hombres y las mujeres son iguales, pero que hay algunas diferencias esenciales entre ellos, especialmente el mayor interés de las mujeres por la crianza y su habilidad en esta. Su análisis se basa en datos longitudinales de una encuesta (Monitoring the Future) a estudiantes de último año de secundaria entre 1976 y 2014. El esencialismo igualitario consiste en la creencia de que las mujeres y los hombres deberían tener los mismos derechos y oportunidades, pero que los sexos tienen diferentes habilidades y deseos, y que el hogar y la familia son y deben seguir siendo espacios femeninos. Carson (2017) argumenta que la generación millennial podría ser más tradicional en relación con la igualdad de género en la familia porque ha observado que sus familias, ya estén configuradas por dos proveedores o por una madre en solitario, se dejan la piel en trabajos que no implementan medidas favorables para la familia, lo que lleva a algunas de ellas a anhelar el regreso a un pasado en el que la vida familiar era menos estresante. Se pueden encontrar pocas razones para explicar una tendencia al tradicionalismo, porque no toda la investigación ha identificado el mismo patrón. En la investigación que realizamos Ray Sin, William Scarborough y yo misma (2017), no encontramos tal tendencia entre la generación millennial. Utilizamos datos representativos a nivel nacional (el General Social Survey) y descubrimos que esta generación respalda y avanza en la igualdad tanto como las generaciones anteriores. Sí identificamos que los grandes cambios en los valores respecto al apoyo de familias igualitarias ocurrieron antes de que los y las millennials nacieran. Heredaron los valores de género liberales de sus progenitores/as baby boomers.

      Hay otra investigación que también afirma que las actitudes de género son complicadas entre la generación millennial. Ely et al. (2014) informan sobre una investigación a estudiantes que cursaban un máster en administración de empresas (MBA) en la Harvard Business School, seguramente uno de los entornos educativos más elitistas de Estados Unidos. En este programa de élite, orientado a la carrera profesional, un tercio de los hombres millennials anticipan que compartirán las tareas familiares por igual, una proporción considerablemente mayor respecto a cualquier generación pasada. Esto es algo bueno, ya que las tres cuartas partes de las estudiantes millennials de MBA esperan que sus carreras sean tan relevantes como lo serán las de sus parejas. No obstante, todavía persisten diferencias de sexo en las respuestas de este estudiantado de élite. Dos tercios de los hombres esperan que sus esposas asuman la responsabilidad principal del cuidado de hijos e hijas, pero solo el 42 % de estas mujeres de la élite anticipan hacerlo. Claramente, muchas de estas mujeres harán bien si se casan con alguien distinto a los hombres de su clase social. Sin embargo, todavía es una realidad que cuatro de cada diez mujeres que se esfuerzan para obtener un título de posgrado en negocios en Harvard, la institución más elitista, prevén asumir la responsabilidad primaria, no compartida, de la crianza.

      Más allá de estos datos descriptivos sobre la generación millennial, existe un intenso debate en la academia sobre cómo caracterizarla en tanto que generación. ¿Son la generación «yo» centrada en sí misma, o son la esperanza para salvar al mundo? En un lado se posiciona la psicóloga Twenge (2014) con su libro Generation Me, y en el otro los politólogos Winograd y Hais (2011) con su análisis de los y las millennials como una generación que revitalizará Estados Unidos mediante el compromiso cívico. A medida que nos adentramos en este debate, debemos recordar la precaución a la que nos alienta el sociólogo Furstenberg (2017) con respecto a no generalizar en exceso tendencias psicológicas a generaciones enteras. Mis hallazgos refuerzan este punto de vista, pero, antes de sumergirnos en mis datos, debemos atender al debate sobre si la generación millennial va a suponer una diferencia en el mundo que la rodea gracias a su compromiso político o si, simplemente, se trata de personas narcisistas centradas en sí mismas.

      Winograd