Naturaleza y poesía en diálogo. Elba Castro Rosales

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Название Naturaleza y poesía en diálogo
Автор произведения Elba Castro Rosales
Жанр Языкознание
Серия
Издательство Языкознание
Год выпуска 0
isbn 9786075710648



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a los referentes poéticos y a la naturaleza en la comunicación del poema. En ambos está presente el testimonio de los poetas. Los autores se asombran de lo hallado en la obra del occidente, es decir, de la presencia de la naturaleza en las obras, a pesar de que ninguno de ellos se adjudicó una postura ambientalista “yo no soy ecologista”, dijo alguno. Con relación a los referentes poéticos, aparecen tres grandes que abren un amplio horizonte interpretativo. En primer lugar, los poemas hablan de la luz. En los poemas se distinguen 63 formas de luz, en todas sus formas sentimos una verdad en el cuerpo, que la luz nos alimenta y ensancha la existencia. En segundo lugar hablan del agua, de ese inmenso lienzo que es el mar o la lluvia y que nos comunican con la memoria, con la nostalgia, con el erotismo. Encontramos 47 formas distintas de evocar al agua en los poemas. Y finalmente, y nunca menos importante, los poemas hablan del paisaje. Nos muestran 55 formas paisajísticas en el occidente de México, una clasificación más amplia que la utilizada en biología para conocer estos horizontes. La hermenéutica señala que el paisaje en los poemas es lenguaje, diseño, señales arquitectónicas que comunican sentimientos, afectos y estados de conciencia de un todo relacional y en movimiento, donde el poeta se retrata formando parte. Existe otro gran referente poético, en el testimonio de los autores: los árboles, especialmente los urbanos, los que parecen levantarse como ningún otro signo en el corazón emotivo de los poetas. Desde el punto de vista de la huella comunicativa del poema, vemos que las obras hablan del gozo, de celebrar la vida; después, la poesía reflexiona recargada en un “objeto” del mundo natural, y en menor medida, la poesía se duele. Así, la naturaleza es un referente de celebración en la producción poética del occidente de México, donde el agua y los animales forman parte importante de las posibilidades poéticas. También se evidencia que mediante la naturaleza, la poesía cumple su función primera para elaborar reflexiones éticas, epistémicas o existenciales. Del dolor, del que se escribe poco, los poemas hablan del agua y de los paisajes, en mayor medida. Ahora bien, encontramos que el deterioro ecológico resulta un registro involuntario, se da cuenta de él a través de la preocupación por la naturaleza, por el miedo a su pérdida, por su añorada belleza. Señalan que el deterioro de la naturaleza ha significado también el deterioro de las palabras. La naturaleza, dicen, es importante para nombrar, porque sus palabras siempre están al alcance de la carne y de la piel, referentes que se compenetran con la belleza o con el dolor. Para los autores, la discusión sobre la relación entre la poesía y la naturaleza les ha abierto un horizonte reflexivo, placentero, experiencial, político. Sin embargo, manifiestan su deseo por explorar más la región de la mano de actores sociales que la conocen a profundidad, los educadores ambientales y de los movimientos sociales que defienden la naturaleza, donde los primeros son puente y amalgama.

      El capítulo quinto se denomina “Signos y sentidos poéticos, agua, luz y paisajes en el occidente de México”. El contenido surge de la integración de dos experiencias de producción de conocimiento: la lectura hermenéutica sobre la obra poética del occidente de México realizado con el grupo de investigación colaborativa de la maestría de Educación Ambiental de la Universidad de Guadalajara (explicado en el capítulo dos) y la producción discursiva de los poetas en los encuentros y entrevistas. El resultado es la composición discursiva-estética surgida de la relación dialógica, cuyo estilo de escritura etnográfica sigue el camino de la imaginación poética de Bachelard (op. cit.: 53): una imaginación activa que une el fenómeno de la belleza con la voluntad de visión, donde “la imaginación tiene que ‘participar’ a la vez de la vida de las formas y de la vida de las materias”. Estilo literario que corresponde a un trabajo de “autor-función”, del antropólogo propuesto por Clifford Geetz (1989: 17). Así es como se presentan los núcleos temáticos, como la luz, el agua y los paisajes encontrados en los poemas y que fueron ahondados por los poetas en un encuentro que fue abierto al público interesado. En el capítulo se despliegan los múltiples sentidos que cada uno de estos temas o “motivos” del mundo natural proponen para enriquecer la experiencia y el significado de cada uno de ellos en la vida cotidiana. Los insumos para ello fue tanto el diálogo como la hermenéutica dialógica desarrollada en el proyecto.

      El sexto y último capítulo expresa las conclusiones del trabajo bajo el título: “Habitar en la época de la poesía y la naturaleza”. Se trata de un aporte organizado en cuatro asuntos que concluyen: i) sobre la poesía y el cambio de época; ii) sobre la antropología y las emergencias para el cambio de época; iii) sobre la etnografía construida con diálogo con los poetas y iv) sobre el futuro de esta línea de investigación. En este capítulo se intenta dar cuenta sobre la perspectiva que resulta al reunir tanto el aparato crítico teórico y metodológico, como la perspectiva etnográfica donde se implica a la poesía como potenciador del paradigma que se construyó; esto es, como posibilidad para comprender los tejidos vivos de los que forma parte la vida humana, tanto como para desdoblar enriquecidamente la etnografía realizada en el proyecto. Desde luego que en este capítulo se alude a los resultados obtenidos al acudir a la poesía y a los poetas en diálogo con los ambientalistas, por lo que se expresa la riqueza que levantan los signos y símbolos poéticos producidos en el occidente de México, así como el campo semántico que abre cada gran referente de la experiencia de la naturaleza por algunos poetas de esta región y que participaron en este proyecto. Así pues se da cuenta de la mirada ambiental en parte del patrimonio estético de este sitio del país.

      Al final se impulsa a dar continuidad a esta línea transdiciplinaria que conjunta la antropología, la poesía y el pensamiento ambiental, especialmente con la educación ambiental, campo que, al verse en el diálogo por medio de sus actores sociales, nutre de ricas y vigorosas potencialidades para su ejercicio pedagógico.

      No sobra reconocer que la poesía es convocada en todo momento en el presente libro, no sólo para ilustrar con sus poderosas imágenes o para dar cuenta de su potencia creativa, sino, sobre todo, para generar en el lector la experiencia de comprensión transdiciplinaria, sintiente y emocional que nos aloja desde dentro del mundo y nos inscribe en el ejercicio de un mundo imposible