Sociología de las organizaciones Públicas. Mario José Krieger

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Название Sociología de las organizaciones Públicas
Автор произведения Mario José Krieger
Жанр Зарубежная деловая литература
Серия
Издательство Зарубежная деловая литература
Год выпуска 0
isbn 9789870117841



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propio basado en interpretar, conocer, aplicar, facilitar trámites.

      La experiencia acumulada en la materia muestra que:

      a) El sistema revela extrema desconfianza en el funcionario público.

      b) Ninguna legalidad vigente ha impedido el dolo por parte de los funcionarios y agentes públicos cuando estos tienen intención de cometerlo. Es más tras normas complejas y farragosas, muchas veces se genera la industria de la excepción o el “favor de agilizar un trámite”.

      c) El mejor control es la transparencia de la administración mediante la publicidad de sus actos, el control social y la verificación posterior de la licitud de los mismos por parte de los órganos internos, externos y de la justicia.

      d) El sistema, en lugar de otorgarle al funcionario la responsabilidad de su buen comportamiento, e incentivarlo y premiarlo por su buen desempeño, se la sustituye por reglamentaciones.

      e) Cualquier funcionario probo puede ser considerado un transgresor de las normas, por querer hacer cosas, obtener mejores resultados, para satisfacer al usuario.

      La racionalidad general del modelo de gestión por normas genera, paralelamente, una serie de fenómenos derivados que desvirtúan la lógica organizacional.

      La compleja red de normas que reglan hasta lo inimaginable y a las que subyace un concepto peyorativo del hombre, donde uno sólo piensa y muchos ejecutan, recrea permanentemente “la burocracia”. De nada vale la sensibilización, la capacitación, el entrenamiento en servicio y la motivación, si no se remueve la filosofía normativa, que reproducirá la misma estructura burocrática. Debe entenderse que los comportamientos son consecuencia de los sistemas normativos que los modelan o estimulan.

      Existen diferentes normas (leyes, decretos, disposiciones, reglamentos, etc.) de diverso origen ideológico, conceptual y temporal, superpuestas, sin vinculación entre sí, farragosas y enciclopédicas, obsoletas. Otras incongruentes, por anulaciones parciales o transformadas por interpretaciones. La paradoja es que pese al hipernormativismo no se cuenta con pautas claras de funcionamiento. Los funcionarios pueden violar normas por desconocimiento de las mismas.

      La normatización fija límites elcómo (los procedimientos) y no pauta el qué (los objetivos a lograr).

      Las metas trascendentes no están explicitadas y no existe evaluación y control sobre ellas.

      Este modelo de administración pública no cuenta con un sistema de decisiones programadas.

      Se deberá transformar la concepción de gestión por normas, que privilegia el ritualismo, la burocracia, fomenta la falta de responsabilidad individual, castiga la capacidad de emprendimiento, el servicio a la comunidad , la participación, y pretende el control unívoco e indiferenciado del sector público.

      El sistema normativo del Estado debe ser reformulado, simplificado, con objetivos de racionalidad global, orientado a:

      – Facilitar el sistema de toma de decisiones para la implementación de políticas públicas.

      – Canalizar las demandas de la sociedad para satisfacer los servicios requeridos, con calidad total y a entera satisfacción de los usuarios.

      Es necesario revisar el actual sistema normativo público ya que el mismo convalida un sistema de gestión por normas y actividades. Para pasar a un sistema de gestión por objetivos, este plexo normativo debe ser revisado íntegramente y, de ahora en más, no debe sancionarse ninguna norma (ley, decreto, resolución o disposición) que convalide el anterior modelo de gestión pública, si es que verdaderamente se desea transformarlo.

      Los procesos administrativos cobran racionalidad en tanto son instrumentos para la consecución de los mandatos organizacionales, de los objetivos de los planes y programas estratégicos y en última instancia de los macro-objetivos de las políticas públicas.

      Los procesos y sistemas administrativos y normativos deben estar documentados y ser transparentes. Ello hace a la garantía del ciudadano, a evitar potenciales nichos de corrupción y a los actos emanados de la administración pública de objetividad, evaluabilidad y responsabilidad. La documentación de procesos y sistemas, permite una mejor calidad de servicio, ya que pueden ser evaluados, certificados y mejorados.

      En el caso argentino, por ejemplo, esto ha sido evidente, tal como puede observarse del siguiente conjunto de experiencias:

      a) Los sistemas de control interno responsabilidad de las autoridades jurisdiccionales a partir de la ley 24.156 nunca lograron un adecuado desarrollo, ni las actividades de la Sindicatura General de la Nación lograron corregirlo.

      b) El sistema de evaluación presupuestaria no logró corregir los problemas de calidad del gasto público.

      c) La ley de inversión pública fue formalmente adoptada aunque el sistema de inversión pública no logró funcionar como un sistema de evaluación para la asignación de prioridades o control de resultados.

      d) Los sistemas de evaluación de metas macro fiscales aprobadas por los distintos instrumentos de responsabilidad fiscal no lograron evitar la crisis fiscal y económica del año 2001.

      e) Los entes de regulación y control de servicios públicos o la Defensoría del Pueblo de la Nación no lograron corregir los déficit de calidad de servicio (en términos de calidad, cobertura y precio) de los servicios públicos privatizados, derivando en una insatisfacción de usuarios y consumidores con el modelo general de prestación privada de servicios públicos y con el funcionamiento e independencia de los entes reguladores.

      f) El Programa de Carta Compromiso con el Ciudadano ha alcanzado escasa cobertura y resultados en materia de mejora de servicios.

      g) Los mecanismos de auditoría social de programas sociales que se intentaron poner en práctica a mediados de la década del 90 por la SIGEN no superaron la modalidad de sistema de quejas y no proveyó de instrumentos a los grupos de beneficiarios para la realización de auditorías sociales.

      h) Los sistemas de auditoría de la calidad de la atención médica no superaron el estadio de formulación en las políticas públicas.

      i) Los resultados del sistema de evaluación de la calidad educativa no condujeron a políticas de mejoramiento de los programas compensatorios o de incrementos del gasto público en educación como consecuencia de la