La Conquista De Glouster. Enrique Laurentin

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Название La Conquista De Glouster
Автор произведения Enrique Laurentin
Жанр Приключения: прочее
Серия
Издательство Приключения: прочее
Год выпуска 0
isbn 9788835423119



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precisa y acorde a los hechos ocurridos, hasta donde se usted ha actuado de manera rápida y oportuna en el esclarecimiento de todo el asunto.”

      “Lewis espero me acompañe a tomar el almuerzo y así podamos conversar acerca de todo los que está en desarrollo en estos momentos con relación a los juegos por venir”

      “Por supuesto, además de aprovechar mi visita para recorrer Lambar que tenía cerca de tres años que no visitaba y mantengo buenos amigos en su ciudad”

      Luego de un rápido recorrido por las instalaciones, el Sub Comandante Arthur Cross le pidió al Sub Comandante Lewis que le acompañara a presenciar uno de los interrogatorios que se realizaba en una pequeña sala ubicada en el mismo pasillo que transitaban como parte de su trayecto.

      “Lewis no le garantizo que lo que vea sea censurable o no, todo depende de la colaboración que esté prestando el prisionero cuestionado”

      “Ningún problema con eso.”

      Al acercarse a la puerta, un Grunter que resguardaba la entrada adoptó enérgicamente la posición de firmes a la vez que saludaba marcialmente a ambos oficiales.

      “Interrogatorio en proceso ¡Señor!”

      “¡Permítanos pasar Grunter!”

      “Adelante Señor”

      Abriendo la puerta cuidadosamente el Grunter se apartó para permitir el ingreso de ambos sub comandantes para luego cerrar la puerta detrás de ellos y permanecer en su puesto externo.

      Dentro de la pequeña sala semi oscura y debajo de una gran lámpara de aceite se encontraba una robusta mesa de madera frente a la cual estaban sentados tres miembros de las fuerzas de inteligencia, solo uno tomaba notas de todo lo que se le preguntaba al prisionero y de lo que este respondía mientras los otros dos interrogaban y analizaban las respuestas y le formulaban nuevas preguntas en base a lo declarado. El prisionero atado a una silla a tres metros de la mesa no tenía mayores posibilidades de moverse, su preparación física y mental era evidente por su apariencia y el aplomo con el que respondía. Cada una de sus respuestas era emitida hacia el interrogador de forma diáfana y clara, acompañada de una mirada sostenida a quien le interpelara, evidenciando la decisión del prisionero en lo que había hecho.

      “Nuestro movimiento no puede catalogarse de subversivo de ninguna manera, actuamos bajo la plena convicción de lo que es mejor para la mayoría de los habitantes de Lambar. Respetuosamente los insto a hablar con cualquier ciudadano en la taberna, en el mercado o en el templo de oración y podrán verificar mi declaración al respecto. La mayoría está convencida que nuestro nivel actual de vida está muy por debajo de la realidad cuando analizamos todas las riquezas que nuestro suelo produce y que están siendo llevadas a Elsum solo para beneficiar de manera obscena al Primer Ministro de Ramsary y su camarilla. Y estoy convencido que mi condena será más por mis palabras que por mis actos”

      Al escuchar estas palabras el Sub Comandante Arthur Cross tocó el brazo del Sub Comandante Lewis y le hizo un ademan para retirarse de la sala.

      Más tarde en el comedor del cuartel general los Sub Comandantes se encontraban ya ubicados frente a la mesa esperando ser servidos para tomar los alimentos.

      “Es interesante ver cuán determinado esta ese Comandante de Combatientes en establecer su motivación, habrá que esperar a las declaraciones de los demás para sacar conclusiones.”

      “Lewis creo que lo que dicen es la evidencia de lo que siente la gente en sus hogares en sus momentos íntimos. Tomo cada palabra como motivo de análisis y corrección sin querer sonar de acuerdo con los tres Comandantes de Combatientes involucrados y lamentablemente debo ser radical en cuanto a la sanción a aplicarles.”

      “Cada detalle de información con un significado, reducirá la incertidumbre o nos permitirá aprender más sobre el movimiento y sus reales motivaciones. Toda esta información nos orientará a las acciones posteriores al reducir el margen de incertidumbre con respecto a nuestras nuevas decisiones.”

      En ese momento entraron cuatro sirvientes portando las bandejas de comida para ambos comensales, liderados por el jefe de cocina, quien al llegar a un lado de la mesa recitó el menú.

      “Muy buenas tardes, presento para su consumo y disfrute una deliciosa crema de vegetales salvajes originarios de los campos de Lambar como apertura, Cochinillo al horno con patatas panaderas aderezadas con ajos, hojas tiernas de laurel, tomillo, sal, pimienta negra y una gran Proción de un fino aceite de oliva traído desde el medio oriente por mercaderes árabes.”

      Luego de esto los cuatro sirvientes procedieron a colocar los alimentos en forma muy organizada sobre las diferentes áreas de la mesa, y al terminar dos de ellos se encargaron de atender y servir de manera refinada los alimentos, comenzando por la crema de vegetales esperando alguna señal del comensal cuando considerase suficiente la ración que le estaban sirviendo.

      “Buen apetito Sub Comandante.”

      “Muy buen apetito a usted mi honorable visitante.”

      Ya finalizado el almuerzo, ambos Sub Comandantes compartieron cuentos de la academia mientras terminaban de consumir el vino que quedaba sobre la mesa.

      “¿Y qué otra actividad tiene programada para cumplir en Lambar? Y por supuesto ¿Cómo puedo ayudarle? ¿Necesita alguna escolta, alojamiento o cualquier cosa?”

      “Muy amable de su parte Cross, solo requiero alojamiento por los próximos dos días para visitar a algunos amigos que viven en esta ciudad.”

      “Hecho.”

      Luego de haber compartido el almuerzo el Sub Comandante Cross se excusó para retirarse a su comando a atender los asuntos inherentes a su cargo mientras preguntaba nuevamente si necesitaría algún escolta que le acompañara por la ciudad.

      “Cross no intentes enseñarme como estar seguro en Lambar pues he estado acá más veces de las que imaginas, pero nuevamente muchas gracias. Lo que queda pendiente es saber adónde me alojaré estas dos próximas noches”

      “Hostería Juliette, allí le atenderán cuando usted llegue, ya todo está coordinado.”

      “Nuevamente siéntase en su casa.”

      Concluyó con un fuerte estrechón de manos y un saludo marcial posterior que fue correspondido inmediatamente por el Sub Comandante Lewis.

      Capítulo Cuatro

      El agudo sonido de la campanilla de la entrada alertó a Amelia quien a través de la mirilla disimulada que había sido instalada por su esposo observó el no muy agradable perfil de Ava escudriñando todo lo que había en el frente de la casa. Amelia se apresuró a responder, mientras recordaba todo lo conversado con Lexi en su visita durante días pasados.

      “Un momento por favor”

      Luego de un breve momento y ya habiéndose librado del delantal que portaba previo a la llegada de Ava, Amelia abrió la puerta fingiendo una gran sorpresa.

      “Ava, pero que inmensa sorpresa recibirla en mi humilde morada”

      “Gracias Amelia estaba apreciando sus hermosas plantas. ¿Puedo pasar?”

      “Por supuesto que sí. Considérese mi invitada de honor”

      Respondió Amelia, indicándole a Ava por dónde dirigirse a través de la casa hasta un patio lateral con el ambiente perfumado a azahar adónde había una hermosa mesa campestre con sillas de espaldar labrado ubicada debajo de una amplia sombrilla.

      “Que hermosa estancia” expresó con evidente sorpresa Ava, quien nunca antes se había aventurado a visitar a Amelia a quien consideraba una mujer dedicada únicamente a su hogar.

      “Muchas gracias, considero que este es un pequeño paraíso que me regaló mi esposo cuando nos mudamos a esta casa desde los campos remotos. La vida de los combatientes es por demás abnegada pero cuenta con sus bien merecidas bondades.”

      “Ciertamente Amelia.”