Название | La Conquista De Glouster |
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Автор произведения | Enrique Laurentin |
Жанр | Приключения: прочее |
Серия | |
Издательство | Приключения: прочее |
Год выпуска | 0 |
isbn | 9788835423119 |
“Muy agradecida por el gesto, ¿le adeudo algo todavía?” Preguntó Ava.
“No madame, ahora si desea para su comodidad puedo pedir a mi hijo la acompañe cargándole sus paquetes sin ningún costo para usted”
“Nuevamente gracias, es usted muy amable”
Al salir Ava de la tienda, el tendero le ordeno a uno de sus hijos seguirla de lejos para averiguar su rutina de regreso a su casa.
El joven caminando a unos 100 metros detrás de Ava disimulaba estar buscando una dirección cuando repentinamente un grupo de tres jóvenes de su edad pasaron en dirección contraria al lado de Ava y le gritaron a Jeremy saludándolo, lo que obligó a Ava a voltear para ver la escena que se le hizo cotidiana para ignorarla antes de seguir su camino, de igual manera Jeremy le dijo a sus amigos que estaba ocupado en ese momento cumpliendo un encargo de su padre y que no podía parar.
Cuando trató de observar nuevamente a Ava, ya no estaba en el camino, se preocupó y se hizo a un lado del camino disimulando que acomodaba algo en una de sus botas para ganar tiempo y pensar mientras observaba que podía ocurrir. Luego de breves minutos y cuando Jeremy se encontraba a punto de retirarse desesperado por el posible fracaso en la tarea encomendada, vio a Ava salir de una casa y reanudar su avance.
“Al llegar a casa buscaré los figurines del uniforme de mi esposo para comenzar los trazos sobre la tela” Pensaba Ava mientras avanzaba distraídamente hacia su casa ya cercana.
Jeremy se detuvo al observar que Ava se encontraba manipulando una cerca para entrar a una casa, su casa finalmente. Luego de unos breves instantes se acercó cautelosamente al cercado cubierto de plantas que rodeaba la casa adonde Ava había ingresado y pudo deducir que esa era su casa pues ella se había descalzado antes de entrar cargando los paquetes de manera desordenada y ya sin mayor cuidado.
“¡Hola hija ya he regresado!” comentó en voz alta Ava cuando entró a la casa haciendo maromas con los paquetes y sosteniendo torpemente sus sandalias con un dedo.
“Mamá Ava” Gritó su hija efusivamente. “Te he extrañado, ¿Qué te demoró tanto hoy? La abuela me dijo que seguro te habías escapado a visitar a papá y que ambos se habrían ido a vivir nuevas aventuras sin nosotras”.
“Nunca Melany, jamás ni en juego las abandonaría. Estuve en la ciudad comprando abarrotes, luego tomé un café con una amiga y finalmente fui a recoger la tela para el vestido que le confeccionaré a una niña hermosa”
“Siii, mi nuevo vestido, Te Amo mamá desde este momento sé que luciré hermosa. Desde el mismo momento en que tomaste las medidas y lo dibujaste sobre aquel trozo de papel ya lo sabía” respondió alegremente Melany.
“Será el vestido más bello de todo Ramsary” comentó Ava.
“¿Y adivina quién también estrenará uniforme?” Preguntó
“Papá, él también lucirá muy apuesto en su nuevo uniforme”
De regreso en la tienda Jeremy convocó a su padre a la oficina y le contó que la mujer había hecho una parada breve en una casa en la que entró camino a su propia casa y luego de unos minutos había salido y reanudado la marcha.
“¿Alguien te vio?” Preguntó su padre
“Aparte de tres amigos que correteaban por ese camino, no. Además el detenerme a saludarlos sirvió para disuadir cualquier sospecha que la dama pudiera tener de mi a pesar de la distancia que nos separó en todo momento”
“Muy bien muchacho, si lo decides, serás un gran Grunter” le comentó su padre, orgulloso por la forma de actuar de su hijo y ante la posibilidad de que al finalizar su adolescencia se incorporara a las fuerzas defensivas como un Grunter.
Ya transcurrido el día el Sub Comandante Theodore Lewis y el Sub Comandante Bernard Dartnell conversaban amenamente acerca de los venideros juegos y como los mismos representaban una nueva oportunidad para establecer alianzas con las otras ciudades. Comentaban también acerca de unos problemas surgidos en la ciudad de Lambar con algunos comandantes de combatientes que se habían revelado y pretendían deponer al Comandante General de esa ciudad.
“Realmente considero desafortunadas las decisiones tomadas por esos Comandantes de Combatientes” Opinó el Sub Comandante Dartnell viendo fijamente al Sub Comandante Lewis.
“Las investigaciones revelarán cuales fueron sus motivaciones, debido a que conociendo los beneficios inherentes a sus cargos dificulto que hayan estado molestos. Sin embargo estoy consciente de que algún hecho o situación motivó sus actuaciones” Ripostaba Lewis a Dartnell.
“Si, habrá que indagar la información que cada uno aporte durante los interrogatorios y buscar todas las ramificaciones para eliminar cualquier foco de esa rebelión que permanezca activo.”
“Dispensaré una visita cordial al Sub Comandante Cross para indagar en el suceso” comentó Lewis mostrando interés en el asunto, y levantándose de su asiento ya dispuesto a regresar a su hogar debido a la culminación de la jornada.
De camino a la salida se dió un paseo a través de las barracas pasando una revista de manera disimulada a las actividades que en ese momento cumplían los Grunters y sus respectivos Comandantes. En una de las Barracas fue observado y saludado por el Comandante de combatientes Carl Biorg quien se acercó rápidamente y luego de saludarlo marcialmente le informó acerca de todas las actividades que su personal de Grunters estaba cumpliendo en ese momento.
“Comandante de Combatientes Biorg Señor, cuento con 130 Grunters cumpliendo tareas de mantenimiento operacional, Señor. Hoy más listos que nunca, cuente Usted con nuestra Lealtad y preparación, Señor”
“Excelente Comandante, llegada la necesidad de acción contamos con usted y sus hombres para alcanzar, sobrepasar y consolidar todos los objetivos” Le respondió devolviéndole marcialmente el saludo.
A la Salida del Comando General de Crestor le fueron rendidos los honores correspondientes y al concluir la breve ceremonia abordó un carro de guerra que se encontraba siempre dispuesto y con escoltas para trasladar a los jerarcas militares cada vez que necesitaran movilizarse desde o hacia el Comando General.
El ruido emitido por el tránsito del carro de guerra alertaba a los ciudadanos que caminaban por las calles, al pasar frente a la tienda de telas llamó la atención de Jeremy quien se incorporó rápidamente para asomarse a las ventanas de la tienda a observar el paso del carro de guerra sin dejar de concentrarse en la figura del Sub Comandante y volviéndose hacia su padre para preguntarle que debía hacer para llegar a ese grado militar.
“Padre, ¿Qué debo hacer para llegar al grado de ese oficial y ser yo quien sea trasladado sobre ese carro de guerra?”
“Hijo, lo primero es que te conviertas en un Grunter y ya formando parte de las fuerzas, apliques al cargo de oficial” Respondió su padre sin dejar de mostrar interés en la inquietud de su hijo y acercándose a él, mientras imaginaba al joven uniformado en un futuro no muy lejano.
“Es una carrera que exigirá tu disciplina y abnegación, y sé que tienes lo necesario para triunfar”
“He observado cuanto entrenan en los campos del cuartel general y siento entusiasmo al pensar en formar parte de los Grunters” comentaba como pensando en voz alta.
“Mañana te asignaré una misión hijo. Me contaste que la señora que el día de hoy llevó las telas había estado dentro de una vivienda durante su trayecto de regreso a su casa. Entonces voy a necesitar que averigües quien vive allí, cuantas personas y de ser posible a que se dedican quienes allí habitan. Es de suma importancia contar con esa información.
“¡Cuente con eso Padre!” Respondió mientras retomaba las tareas que previamente cumplía.
“Amelia” llamó en voz alta el Sub Comandante Theodore Lewis luego de despedir a la tripulación del carro de guerra y entrar a su vivienda.
“Amor acá estoy” respondió