La Conquista De Glouster. Enrique Laurentin

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Название La Conquista De Glouster
Автор произведения Enrique Laurentin
Жанр Приключения: прочее
Серия
Издательство Приключения: прочее
Год выпуска 0
isbn 9788835423119



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mientras cerraba sucesivamente los ojos.

      A esa hora, ya muchos Biogrunts adornaban los campos de cultivo atendiendo afanosamente las diferentes plantaciones, los arados y cada planta, mientras otros verificaban la calidad de las aguas destinadas a los cultivos y otros más cuidaban de la naturaleza alrededor de los cultivos para garantizar que la armonía con la naturaleza y la calidad inigualable del agua incidiera sobre los productos cultivados como era ya una tradición en la realización de sus tareas. Mientras tanto, en la ciudad, los Chendis estaban encargados de todas las tareas de construcción y de los avances tecnológicos que mejoraban los procesos de desarrollo de Crestor a pasos acelerados en comparación con ciudades como Lambar, Glouster e incluso Elsum, la Capital.

      El Sub Comandante Theodore Lewis mantuvo un dedo elevado hasta ganar la atención del sub comandante Bernard Dartnell luego de transcurridos algunos segundos.

      “¿Cuantos de los Grunters necesitaremos para cubrir todas las tareas de logística que usted expone? Debemos tomar en cuenta de que debemos reservar una cantidad suficiente de Grunters para reforzar las posiciones defensivas en prevención de cualquier alteración, además contaríamos con un control más eficiente si destináramos previamente un buen contingente de Grunters solo a las tareas de logística y los excluyéramos del servicio mientras dure el evento” Preguntó y agregó el Sub Comandante.

      “Efectivamente, considero muy acertada su recomendación, además de otorgarnos un mayor control, nos permitirá no mezclar peras con manzanas en sentido de mantener la información de cada evento en mejor resguardo.” Respondió el Sub Comandante Bernard Dartnell.

      “Muy bien Comandantes, entonces repasemos las tareas de logística ya expuestas para que no queden dudas y comenzar a asignar las funciones respectivas” Acotó el Comandante General Lionel Sangma, a la vez que hacía una seña al Oficial que fungía como edecán para que se alistara a registrar las decisiones a tomar en el respectivo libro de anotaciones.

      “Al finalizar la reunión necesito reunirme en privado con Usted Sub Comandante Lewis. Dartnell y los Comandantes de Combatientes podrán retirarse a sus respectivos comandos a cumplir sus planes operativos de manera rutinaria y por favor recuerden actualizar la información relacionada con cada combatiente debido a la reciente incorporación de los nuevos reclutas, y hago el recordatorio porque aún no la he visto en todo lo que he revisado. ¡La disciplina abarca todos los aspectos de sus actuaciones!”

      Con un gran abrazo Lexi y Ava se despedían luego de haber compartido por aproximadamente una hora, acordando incluir a Amelia en su próximo compartir, sin embargo Lexi ya estaba planificando dispensar una visita imprevista a Amelia ese mismo día…

      Capítulo Dos

      Tres fuertes golpes en la puerta alertaron a Amelia quien se encontraba en la cocina de su vivienda, se apresuró a ver quién tocaba con tanta fuerza a través de una especie de mirilla disimulada que había sido instalada por su esposo, el Sub Comandante Lewis aprovechando un pequeño cristal en forma de prisma que reflejaba la imagen de toda el área externa del porche y que colocó de manera disimulada con la ayuda de una planta.

      Abrió rápidamente al ver a Lexi parada frente a la puerta e imaginando que alguna urgencia habría surgido por la forma como golpeó la puerta.

      “Amelia entremos y cierra la puerta rápidamente” fue el saludo que dispensó Lexi.

      “¿Qué ocurre Lexi, hay alguna urgencia?” Preguntó Amelia disimulando sus nervios.

      “No, pero puede haberla si no te pongo al corriente de los hechos”

      “Ava vendrá a verte, no sé si hoy, mañana o cuando, pero vendrá”

      “¿Pero para qué? ¿Qué desea de mí?” Preguntó Amelia.

      “Desea invitarte a que te incorpores a nuestras charlas en el café”

      “Pero ¿sabe algo, o tiene alguna sospecha?”

      “Estoy segura que no, pero considero que si te niegas a reunirte con nosotras podría despertar sus sospechas”

      “Mientras tú estés allí, estaré segura, no me negaré” Respondió Amelia, y luego se quedó pensativa por unos instantes y se llevó una mano sobre la boca.

      “¿Qué? Preguntó Lexi viéndola fijamente mientras esperaba una respuesta.

      “¿Será que su esposo le ha asignado la misión de averiguar si estamos de alguna manera conspirando?”

      “Estoy segura de que no, nadie maneja la información de nuestras actividades y su comunicación con su esposo se limita al saludo, según me ha confesado. Al extremo de que muchas veces se entera de las reuniones de nuestros esposos por algún comentario que yo le haya hecho”

      “Bueno y cuéntame acerca de qué hablan ustedes cada vez que se reúnen en ese café, para mantener esa misma línea de conversación”

      “Realmente hablamos de todo y de nada, mayormente banalidades de la ciudad o acerca de los territorios, sobre los próximos juegos, o cotidianidades del hogar, sin embargo a veces y de manera inesperada me ha preguntado cosas acerca de la situación de los territorios o sobre alguna decisión reciente que haya dictado el Primer Ministro y es esa la razón por la que me he mantenido alerta. Una simple ama de casa no anda pendiente de ese tipo de informaciones y menos aún si no la lesionan de ninguna manera.”

      “Entonces repasaré las recetas de cocina que más domino para ocupar su mente con mis capacidades culinarias, y adicionalmente le hablaré acerca de las técnicas de bordado de los tapices que tanto me gusta confeccionar, ¡la perfecta ama de casa!” Argumentó Amelia guiñando un ojo hacia Lexi.

      “Perfecto amiga, ahora invítame un vaso de agua fresca para recuperarme del apuro que me causo venir a verte de inmediato, Recuerda que el factor tiempo es nuestro segundo mejor recurso”.

      Al terminar el vaso de agua, Lexi le pidió a Amelia dejarla retirarse por la parte trasera de la casa y así evitar ser vista por cualquier persona mientras salía de regreso a la cotidianidad de su vida doméstica.

      “Lewis, ya el tiempo de la acción se aproxima, debemos afinar todos los detalles y sobretodo ser muy precavidos para detectar posibles informantes de Elsum y neutralizarlos silenciosamente". Argumentó el Comandante General Lionel Sangma.

      “Sí Señor, ya está todo planificado, las acciones de neutralización también listas y los aliados ya comprometidos” Respondió el Sub comandante Lewis sin ningún titubeo, demostrando la veracidad de sus palabras y la firmeza con que se actuaría en caso de detectarse algún posible infiltrado.

      “Recuerda que debemos actuar con la mayor contundencia y rapidez posible para neutralizar cualquier reacción. Que cuando intenten reaccionar toquen nuestras armas, y no las de ellos.” Instruyó con firmeza el Comandante General Lionel Sangma.

      “Ya nuestros Grunters están realizando el doble de los entrenamientos cotidianos, a los comandantes de combatientes se les ha instruido acerca de la necesidad de aumentar el nivel de entrenamiento porque se ha observado el aumento de bajas por falta de entrenamiento y condición física adecuada, además de la necesidad de mejorar la capacidad de reacción de nuestras fuerzas en cualquier contingencia que pueda presentarse”

      “Excelente Sub Comandante Lewis, no podía esperar menos de usted conociendo su trayectoria y la posibilidad cierta de que más adelante me sustituya en este cargo como bien merecidamente lo tiene. Un nuevo amanecer y una nueva realidad son necesarios en Ramsary y nosotros propiciaremos esos cambios para siempre”.

      Ava recordó que debía recoger una tela que había encargado para la confección de un nuevo uniforme para su esposo y otra para unos vestidos que deseaba confeccionar para ella y su hija, por lo que se vio forzada a desviarse antes de llegar a su casa.

      “Buenos días bella dama, bienvenida nuevamente”. Le dijo el tendero al verla entrar a la tienda.

      “Buenos días, caballero, Vengo a buscar unas telas que encargue y que debían llegar