Название | Güemes |
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Автор произведения | Alejandro C. Tarruella |
Жанр | Документальная литература |
Серия | Los caudillos |
Издательство | Документальная литература |
Год выпуска | 0 |
isbn | 9789878303505 |
Pastor S. Obligado narró así el combate: “Pueyrredón, al recibir el despacho, puso inmediatamente bajo el mando de Güemes la única tropa montada de que disponía: no más de treinta gauchos armados con lanzas, boleadoras, facones, sables y algunas tercerolas. Los milicianos descendieron la empinada barranca y se zambulleron en el brumoso río. Con sus caballos metidos en el agua hasta los ijares, se lanzaron tacuara en mano en una carga asombrosa, pocas veces registrada en la historia militar: el abordaje a caballo de un buque de guerra de la marina más poderosa del mundo de aquel entonces”.11 Los paisanos abordaron la nave enemiga y rindieron a su tripulación en reñido combate. Güemes incluso capturó la bandera del Justina y Santiago de Liniers dispuso que fuera colocada a los pies de Nuestra Señora del Rosario, Patrona de la Reconquista.
La humildad de Güemes lo hizo cauteloso en el comentario de su logro. Cuentan que, en un oficio respecto de los honores recibidos al titular interino del Directorio, Ignacio Álvarez Thomas, el 11 de septiembre de 1815, Güemes le expuso: “Me avergüenza porque nunca he deseado ser vano, sino bueno, un soldado de la Patria y un ciudadano honrado”. Eran tiempos de fragores intensos en búsqueda de armonizar un destino y años en los que su rol iba a ser decisivo en un capítulo principal para la independencia de las tierras.
El hecho fue anticipo y anuncio del triunfo de la Reconquista. Pueyrredón les había arrebatado el estandarte a los invasores para colgarlo en la basílica de Santo Domingo. Sin embargo, el 12 de agosto, Día de la Reconquista, no figura en los calendarios patrios. Incluso, regimientos, como el de Patricios, jamás fueron homenajeados en su carácter de puntales en la defensa. Era un principio que daría marco al tratamiento del salteño en la historia oficial.12
5 Archivo General de la Nación, Sala 9 - Intendencia de Salta. Carta del Virrey Sobremonte al Gobernador Intendente de Salta D. Rafael de la Luz. Reservada. Citado en Sara Mata de López: “La Guerra de la Independencia en Salta y la emergencia de nuevas relaciones de poder”, Conicet-Cepiha, Universidad Nacional de Salta. Disponible en bit.ly/sara_mata
6 Juan Manuel Beruti: Biblioteca de Mayo, tomo IV, Edición Histórica del Congreso de la Nación, Sesquicentenario de la Revolución de Mayo, 1960.
7 El apellido Martínez de Hoz regresó en 1976, a partir de la asunción de José Martínez de Hoz en el Ministerio de Economía, el 2 de abril de ese año.
8 Fermín Chávez: Historia del país de los argentinos, Buenos Aires, Peña Lillo Editor, 1972, p. 82.
9 Sumaca es una embarcación de vela de dos palos, de bordas poco elevadas. Se usó antiguamente en América del Sur para navegar aguas de escasa profundidad.
10 Juan Agustín García advertía sobre los intentos frustrados de tomar Buenos Aires por el Río de la Plata. “La silueta de alguna urca pirata flamenca o inglesa solía dibujarse en las afueras del río y les dejaba su impresión siniestra. […] Se vive bajo la presión del enemigo exterior. En 1582, un corsario inglés llegó hasta Martín García y no tomó Buenos Aires por ignorar que allí estuviesen poblados los castellanos; en 1587, el pirata Cavendish inspiró tanto miedo que ‘se retiró cuando podía encender la codicia de los ingleses, o servir de embarazo para la defensa’ […]. En 1628, los holandeses, en 1658, una escuadrilla francesa. […] en 1699, los dinamarqueses […]” (Juan Agustín García: La ciudad indiana, Eudeba, Buenos Aires, 1964, p. 44).
11 Pastor S. Obligado: “Güemes en Buenos Aires”, La Razón, 12 de agosto de 1920.
12 La colonización británica se inició con las Invasiones Inglesas, se afirmó jurídicamente con el “Tratado de Amistad, Comercio y Navegación del 2 de febrero de 1825” y hay que agregar, en nuestros días, con el “Pacto de Madrid”, de 1991, que firmó el presidente Carlos Menem, llamado “el Versalles argentino”, que cayó con la salida de Inglaterra de la Unión Europea el 1° de enero de 2021. De ahí que el papel de Güemes sea histórico, ya que defendió en el sur y proyectó en el norte.
3
Triunfador en Suipacha, negado en la historia
Aquí estamos, de pie sobre tu sombra,
cruzamos el paisaje hacia tus ojos,
agujeros de cielo vigilante;
mientras tú, en la sustancia de los héroes,
reconoces las sendas y lugares
que asombraron tu sangre sin defensa.
Jaime Dávalos
La Revolución de Mayo de 1810 lo sitúa a Güemes prestando servicios en la provincia de Salta. Allí revistaba como teniente de Granaderos de Fernando VII, destacado al frente de la Partida de Observación que él mismo había organizado en la Quebrada de Humahuaca. Su misión era observar los pasos del enemigo e impedir los contactos con los realistas que operaban en Córdoba. Se trataba de cortar sus comunicaciones. Para ello, creó un servicio de vigilancia de frontera para divisar las líneas de invasión desde el Alto Perú y aislar las vías que llevaban a Córdoba. Su labor de inteligencia era vital para luego diseñar la acción contra las fuerzas realistas de la región.
Fue así que Martín Miguel de Güemes lideró el triunfo en la batalla de Suipacha, el 7 de noviembre de 1810, aunque la historia de raíz mitrista, centralista y porteña, lo niega aún en la actualidad. Esa victoria fue decisiva para que los patriotas recuperaran el Alto Perú y así detuvieran el avance de los realistas, triunfo que permitió también la llegada de las tropas revolucionarias sobre la zona minera del Potosí.13 Miguel Otero, en sus Memorias de Güemes a Rosas, lo expresó así: “En el presente caso [se refería a Suipacha] no fue la vanguardia del ejército de Buenos Aires, fue la división de Salta, compuesta con tropas de allí y de un batallón de milicias de Tarija. No fue Balcarce, fue Güemes quien encabezó ese combate”. Corresponde analizar cómo se llegó a ese triunfo.
Cotagaita: el primer combate por la Independencia
La Partida de Observación que conducía el joven teniente Martín Güemes, había comenzado a operar desde de agosto de 1810 y se dedicó a las acciones de inteligencia previas al enfrentamiento en Cotagaita.14 La partida instaló su campamento en Humahuaca y, desde allí, tenía que averiguar cuál era la capacidad de combate de los realistas en el Alto Perú e impedir que tomaran contacto con los realistas de Córdoba.
Como capitán, designado por el gobernador de Salta Feliciano Antonio Chiclana, a raíz de su intenso trabajo de reclutamiento y formación de soldados, Güemes partió a Tarija para sumar milicianos con lo que constituiría la vanguardia de los efectivos de Salta y de Tarija. Así, el mariscal Domingo Nieto y Márquez, jefe de los realistas, había retrocedido desde Tupiza acechado por las guerrillas de Diego Pueyrredón15 y los salteños de Güemes que los obligaron a replegarse hacia Cotagaita.
El combate de Cotagaita, del 27 de octubre de 1810, es el primero registrado entre la vanguardia del Ejército Auxiliar del Perú de la Junta Provisional Gubernativa de las Provincias del Río de la Plata y la vanguardia del Ejército Real del Perú del Virreinato del Perú. Se lo considera el combate inaugural de las guerras de Independencia hispanoamericanas en América del Sur. Woodbine Parish,16 observador británico de la época, en su libro Buenos Aires y las provincias del Río de la Plata, se expresó sobre los hechos con suma precisión: “[…] aprestóse en consecuencia una columna de 800 a 1000 hombres de las provincias de Salta, Jujuy y Tarija, que al mando