Inteligencia lúdica. Marcos Cristal

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Название Inteligencia lúdica
Автор произведения Marcos Cristal
Жанр Социология
Серия
Издательство Социология
Год выпуска 0
isbn 9788417880156



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en el mundo real, esa sensación de estar completamente vivo, concentrado y comprometido en cada momento, que me brindan los juegos? ¿Dónde puedo encontrar esa sensación de poder, de designio heroico y comunidad que me ofrecen los juegos? ¿Dónde puedo encontrar la emoción que me proporcionan los estimulantes y creativos logros de los juegos? ¿Dónde puedo hallar ese estremecimiento que ensancha mi pecho ante el éxito personal y la victoria en equipo?”. Si bien de vez en cuando los jugadores tienen ocasión de experimentar estos placeres en la vida real, dentro de sus juegos favoritos los obtienen de manera prácticamente constante. […] En pocas palabras, el mundo real no se abre a ellos con tanta facilidad como los excitantes desafíos, los placeres cuidadosamente diseñados y los poderosos vínculos sociales posibilitados por los entornos virtuales. La realidad no logra motivarlos de manera tan efectiva. La realidad no fue creada para maximizar su potencial. La realidad no fue diseñada de pies a cabeza para hacerlos felices»10.

      «Cuando se juega un buen juego –cuando se enfrentan obstáculos innecesarios– la persona se desplaza de manera activa hacia el extremo positivo del espectro emocional. El jugador se compromete con intensidad, y esto lo lleva exactamente al estado de ánimo y al estado físico adecuados para generar cualquier tipo de emociones y experiencias positivas. Todos los sistemas neurológicos y fisiológicos que subyacen a la felicidad –los sistemas de atención, el centro de recompensas, los sistemas motivacionales, los centros de emoción y memoria– se activan plenamente durante el juego.

      Lo que afirma McGonigal nada tiene de sorprendente. Se trata de un texto escrito hace más de diez años, cuando aún la explosión de las aplicaciones de redes sociales no estaban en su plenitud. Probablemente la autora incluiría ahora un párrafo mencionando que los que activamente participan de estas apps, sin duda experimentan una sensación parecida. Es una excelente descripción, a la vez que un descubrimiento que verificamos a diario… en todos los que jugamos o los que interactuamos lúdicamente en las redes sociales. La pregunta clave sería:

      ¿Es posible trasladar estos mecanismos, generar estos procesos de compromiso y emoción o de empeño por alcanzar y superar metas, al ámbito del trabajo?

      Sí. Y además de posible es recomendable, dada la envergadura de los resultados que genera. Brindaré unos ejemplos.

      Te invito a imaginar de qué tratan las dos escenas siguientes:

      Escena 1

      Transcurre en uno de los mejores hoteles de Cancún, en un salón con piso de césped sintético color verde con líneas demarcadas en blanco. A los costados dos arcos o porterías. Equipos de once personas, henchidas de garra y adrenalina. Pantalones cortos. Se oyen cánticos fervorosos que alimentan las emociones y estimulan los músculos, el cerebro y el corazón. Se distinguen acentos que revelan la existencia de participantes de países diversos de Latinoamérica. Mujeres y hombres. Sí, también mujeres en un deporte tradicionalmente de hombres…

      En una pantalla gigante, a uno de los costados de la cancha o estadio, aparece el nombre del equipo ganador. Un repentino clamor se eleva, proveniente de los que fueron reconocidos como «los mejores». Toda la emoción, todo el apasionamiento, el trabajo compartido con el equipo, el «jugárselo todo», justifica el esfuerzo realizado y la satisfacción del trabajo cumplido.

      Dos equipos más reciben sendos primeros premios por otros aspectos del juego y lo celebran con igual felicidad. La alegría se extiende a todos los equipos participantes. Uno de los jugadores, brasileño, comenta que se parece a «uma verdadeira festa do futebol».

      “Estimado lector, ¿te resulta difícil visualizar lo que esta escena representa?”

      Escena 2

      Transcurre en uno de los mejores hoteles de Cancún, en un salón grande a puerta cerrada donde no hay ventanas ni vista al exterior. Distribuidos en varias mesas, grupos de personas discuten acaloradamente, frente a la pantalla de una computadora, si subir o bajar los precios de los productos, hacer más publicidad, tomar más visitadores médicos, lanzar nuevos artículos, etc. Entre gestos adustos, imaginan escenarios futuros diferentes, estrategias diversas para su negocio.

      “Y en esta segunda escena, lector, ¿te cuesta imaginar de qué trata?”

      Más datos: estamos en Cancún, 13 de marzo de 2014, faltan pocos días para que comience la primavera en el Caribe, pocas semanas antes del inicio de la Copa Mundial de Fútbol de Brasil. Una empresa líder en el mundo en productos medicinales reúne a sus mejores ciento diez visitadores médicos, procedentes de varios países de Latinoamérica. Los lleva al Caribe, como premio por sus resultados, a uno de los mejores hoteles costeros, junto a una de las playas más bonitas del mundo. Los divide en diez equipos con once personas cada uno. Todo debe ser fiesta y diversión. Eso es lo que se busca. ¡Eso es lo que se merecen!

      Si a ti, estimado lector, te resulta difícil imaginar estas dos escenas como una sola, es, probablemente, porque aún no has descubierto el papel que va ganando lo lúdico en las dinámicas de las empresas. No es un caso aislado.

      Completemos entonces la información: las dos escenas ocurren en la misma sala, al mismo tiempo, con las mismas personas. Se trata, en realidad, de una única escena.

      La dinámica incluía algunos tiros al arco (penaltis) para sumar puntuación, pero, en general, más que jugar al deporte en sí, se trataba de crear una escenografía y un clima futbolísticos. El juego real fue una competencia entre los equipos para lograr los mejores resultados de la compañía a través de una simulación de negocios de última generación, un software diseñado especialmente para esta ocasión, en la que los equipos competían en un mismo mercado, para ver quién generaba más ventas, más rentabilidad, más satisfacción en los clientes.

      Los colaboradores, ataviados con las camisetas futboleras de sus países de origen y entonando sus propios cánticos, en un salón especialmente decorado, alternaron tiros de penalti con el trabajo grupal para la toma de decisiones de negocios en computadoras; todo en un entorno animado por el juego del fútbol y su competencia máxima a nivel mundial en Brasil, que se jugaba pocas semanas después y que todos los participantes latinoamericanos vivían anticipadamente.

      La evaluación de este grupo de visitadores médicos fue coincidente: se divirtieron jugando, pero sobre todo aprendieron como nunca antes acerca de los factores cruciales del negocio y sus interdependencias, así, compitiendo, cooperando, jugando… Destacaron que, sin darse cuenta ni proponérselo, aprendieron mucho más de su rol y del negocio que en la mayoría de las actividades de capacitación anteriores, más tradicionales, más aburridas. Es decir, se logró mantener y reforzar toda la diversión y alegría del encuentro, al tiempo que se generaba un aprendizaje importante sobre el negocio y sus retos principales.

      He aquí solo un sencillo ejemplo, de cómo se pueden integrar –para generar resultados superiores– las tres características ya mencionadas:

       Lo que las empresas buscan de sus colaboradores.

       Lo que las personas buscan sentir en sus trabajos.

       Lo que cualquiera experimenta cuando juega.