El genocidio silenciado. Súlim Granovsky

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Название El genocidio silenciado
Автор произведения Súlim Granovsky
Жанр Документальная литература
Серия
Издательство Документальная литература
Год выпуска 0
isbn 9789507547140



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ventanales; los gendarmes clausuraron las puertas y se fueron (…) Todos buscamos un rincón y nos ubicamos. Era ya la noche del sábado; decidimos rezar las plegarias nocturnas. El Padre Gomidás, después de las oraciones, cantó un Der Voghormiá (miserere). Derramando lágrimas amargas, lloramos entre gemidos y sollozos. A su pedido recé un Bahbanich22 ante el santo sacerdote.23

      Es necesario dimensionar la influencia de esta riqueza cultural para entender cómo el pueblo armenio, con tierra o sin ella, se cohesionó en la memoria para sobrevivir en la diáspora.

      11 Las fuentes consultadas para el siguiente apartado son, entre otras, Kurdoghlian, Mihran, Badmoutioun Hayots, vol. I: Athens, Greece: Hradaragoutioun Azkayin Oussoumnagan Khorhourti, 1994, p. 41; Historia de Armenia Antigua, en livius.org; Brunner, Borgna, Time Almanac with Information Please, 2007, p. 685; y www.armenica.org.

      12 Génesis 6:11.

      13 Fuentes: CIA World Factbook: Armenia, y Brunner, Borgna, ob. cit. , p. 685.

      14 La fuente de consulta del siguiente apartado es Ohanian, Pascual, La Cuestión Armenia y las relaciones internacionales, t. III, Akian, Buenos Aires, 1989.

      15 Ohanian, ob. cit., p. 233.

      16 Ibíd.

      17 Fuente de consulta: http://www.cuestionarmenia.com/2009/01/siamanto.html.

      18 Ohanian, ob. cit., p. 236, con cita al diario Piuzanteón, Nº 3603, 1 de agosto de 1908, citado por Hamparian, Azad S., La política nacional y territorial de los Jóvenes Turcos y los movimientos de liberación de Armenia occidental, Ierevan, 1979, p. 144.

      19 Zoharab, Krikor, citado por Ohanian, ob. cit., p. 236, nota al pie 494.

      20 Ver Ohanian, ob. cit., p. 239.

      21 Kasbarian, S. K., “El genio de la música armenia”, en Revista de Historia y Filología (Badma-Panasiragán Hantés), 1969, n° 4, p. 8 (en armenio). La traducción al español puede leerse en Ohanian, ob. cit., p. 241.

      22 Oración con la que se pide la protección divina.

      23 Antreassian, Sarkis, Dos grandes del canto armenio: Saiat Nová y el Padre Gomidás, Nueva York, 1919, p. 112 (en armenio). La traducción al español puede leerse en Ohanian, ob. cit., p. 246.

      4. EL IMPERIO TURCO-OTOMANO

      Para llegar documentadamente al análisis final de la Causa Armenia debe ser estudiado el Imperio turco-otomano (circa 1300-1922).

      Los límites del Imperio fueron Hungría, al norte; Aden, al sur; Argelia, al oeste, y la frontera iraní, al este. El territorio de la Turquía actual era el centro del poder. El poder otomano se extendió por Ucrania y el sur de Rusia.

      Cuando desaparece el sultanato selyúcida de Rum surgen una serie de principados, entre los cuales está el primer Estado otomano. El Islam aportó los guerreros de la Guerra Santa (yihad) y los otomanos se les unieron en la lucha contra el Imperio bizantino cristiano.

      El perfil de los otomanos se fue definiendo por sus éxitos guerreros y las alianzas que tejieron para su consolidación. A partir de la expulsión de los otomanos de Anatolia, se expanden al sur y al este, se hacen de Ankara, en la Anatolia central, y de Galípoli (Gelibolu), en el estrecho de los Dardanelos, que sirvió para su expansión por el sudeste europeo. Adrianópolis (Edirne) fue su capital y tras la derrota de los serbios en la batalla de Kosovo sumaron Tracia, Macedonia, parte de Bulgaria y Serbia.

      El mongol Tamerlán derrota a los otomanos hacia el 1402; éstos se recuperan y expanden su poder a Constantinopla (Estambul), después de su conquista en 1453, que será la última capital otomana. Sumaron nuevos territorios a expensas de los safawies iraníes y de los mamelucos sirios y egipcios, gracias a los cuales accedieron a los lugares sagrados de Arabia, al Mar Rojo y al océano Índico.

      En 1534, Solimán I el Magnífico suma Irak al Imperio y a través de Argel controla el Mediterráneo. El paso siguiente fue avanzar sobre Europa, Belgrado y Hungría, pero el intento con Austria fracasa. La Liga Santa (el Papado, Venecia y la monarquía hispánica) derrotan a la flota del Imperio en Lepanto.

      4.1. EL EJÉRCITO Y LA ADMINISTRACIÓN

      La guerra permitió las conquistas e hizo del ejército el eje central institucional. Gracias a los recursos generados por las concesiones de tierras pudo pagarse la caballería turca, que crecía a medida que iban enajenándose otras tierras.

      Mercenarios, esclavos, prisioneros de guerra y los jenízaros (formados con niños secuestrados de los pueblos que esclavizaban) nutrieron a la disciplinada infantería imperial; artilleros e ingenieros se sumaron a fines del siglo XV. (Eso explica que hoy haya turcos rubios de ojos claros y no oscuros y rasgados como los de los mongoles.)

      En un sistema institucional cuyo eje era el ejército, toda la administración operaba en función de las necesidades de las fuerzas armadas: obtención de fondos, reclutamiento de efectivos, caminos, puentes. En la cima de la pirámide del poder estaba el Sultán; por debajo de él, el Gran Visir, que controlaba la institución religiosa a su vez responsable de la educación y la legislación, y los cadíes, ocupados en la administración central y el derecho penal.

      Los musulmanes libres servían particularmente en la institución religiosa; los cristianos conversos (llamados “los esclavos del sultán”) habían sido reclutados militarmente y constituían el resto de la administración.

      El idioma oficial y corriente era la lengua turca otomana; se escribía con caracteres arábigos.

      Las diferencias culturales, lingüísticas y religiosas eran toleradas. Las provincias europeas aportaron los fieles de la Iglesia ortodoxa, menos onerosa que la cristiana católica.

      Convivían musulmanes, cristianos, griegos y armenios agrupados en tribus, y gremios en las ciudades, a los fines económicos; en comunidades religiosas —con un aceptable nivel de autonomía— y los terratenientes y jefes tribales reconocidos como notables.

      El desarrollo cultural fue brillante, en la literatura (historia, geografía y poesía), pintura y arquitectura.

      4.2. DECADENCIA DEL IMPERIO

      A fines del siglo XVII comenzó el ocaso del Imperio turco-otomano. Las guerras perdidas (Austria, Rusia) menguaron los territorios. Para rescatar su pasado esplendoroso, la burocracia civil aconsejaba imitar los avances militares de los Estados europeos. Así lo entendió Mahmud II, pero el objetivo sería inalcanzable sin cambios en el gobierno y la sociedad.

      Si el eje institucional pasaba por el ejército, la modernización exigía un cambio en su estructura. Desprendido en 1831 del viejo ejército, el Sultán optó por una fuerza moderna con sus estamentos bien pagados y educados para la disciplina. La burocracia debía crecer para recaudar eficientemente los impuestos y crear un sistema educativo apto para proveer oficiales y