Leyendo a Freud desde un diván lacaniano. Osvaldo Delgado

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Название Leyendo a Freud desde un diván lacaniano
Автор произведения Osvaldo Delgado
Жанр Документальная литература
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Издательство Документальная литература
Год выпуска 0
isbn 9789878372587



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de la ley del mercado con el desarrollo científico-tecnológico, no da lugar a la sintomatización, sino que promueve las prácticas directas de goce, sin la operatividad de los recursos simbólicos e imaginarios, para vérselas con lo real pulsional.

      Una sociedad burocrática y totalitaria, que tome a lo diferente como hostil, como enemigo, imponiendo una uniformidad que aplaste lo singular y realice un empuje a la masa, se transforma en una cruel pesadilla.

      ***

      Finalmente, el otro gran aporte. Respuesta fundamental al primero: a la no satisfacción plena por obstáculo interno, lo imposible.

      Ese aporte es el superyó.

      La paradoja del superyó, en tanto que a mayor renuncia de satisfacción pulsional, mayor incremento de la severidad superyoica.

      Esta fórmula, perfectamente observable en ciertos fenómenos clínicos y comportamientos sociales, abreva en la primera construcción teórica de la cuestión que dice así: la renuncia de lo pulsional crea la conciencia moral.

      Pero la segunda fórmula, nos habla de la renuncia de una satisfacción agresiva, vengativa.

      “El superyó entra en posesión de toda la agresión que como hijo, uno de buena gana habría ejercido contra ella (la autoridad paterna)”. Se trata de la sofocación no de una moción libidinal, sino de una agresión.

      Esta segunda fórmula es más acorde a nuestros días, ya que la primera ha estallado por los aires a partir del imperativo de goce del neoliberalismo. El actual es un imperativo sin deuda y sin culpa. Es un imperativo correlativo a la declinación del Nombre del Padre.

      Pero cuál es el encono que alberga este superyó en su segunda fórmula. Encono contra esa autoridad inhibidora dice Freud. No se trata ya del padre. ¿Entonces? Es un encono superyoico contra lo imposible, pero la angustia permanece testimoniándolo.

      Finalmente, respecto al último párrafo del texto: querido Sigmund Freud, lamentablemente el desarrollo cultural no logró dominar la “humana pulsión de agresión y autoaniquilamiento”. Pero su legado, el psicoanálisis, se presenta como aquello que revela que la pretensión psicopolítica de “intervenir hasta lo profundo de nuestra psique y explotarla”, se topa con lo imposible.

      Además, su deseo ha venido a ocupar el lugar de la causa, para mí y para mis colegas psicoanalistas. Encontrarme con su palabra le dio un vuelco decisivo a mi vida, e impidió el pasaje al acto de mi empuje al sacrificio militante. Querido Sigmund Freud: le estoy muy agradecido.

       I. Introducción

      Lacan, en su Seminario 23 llamado El sinthome, va a decir:

      Lacan va a caracterizar a lo real como su respuesta a la elaboración freudiana del inconsciente. Respuesta que también le permitió decir que su único invento es la escritura de lo real, en la medida de responder a la disyunción en Freud de lo simbólico y lo imaginario. En la disyunción entre ambos, lo real, los anuda pero no los une.

      Esta formulación realizada en los finales de su enseñanza, constituye en sí misma todo un programa de investigación. Las diversas conceptualizaciones, y los distintos modos de producción teórica al respecto, son solidarios de otras elaboraciones.

      Implican tanto las diversas conceptualizaciones de lo que Freud llamó aparato psíquico, como las distintas orientaciones de lo que él mismo llamó “dirección de la cura”, y formulaciones respecto a la cuestión del final de análisis, y de lo “inatrapable” del invento freudiano: el analista.

      Por lo tanto, las “huellas freudianas” las hallamos en diversos giros de la conceptualización de lo real, y cuando de la “mano de Joyce” parece desprenderse de Freud, nos encontramos –como ya fue dicho–, con la llamada “respuesta sintomática”.

      Debemos considerar además, que en los diferentes momentos de elaboración doctrinal, hay “disonancias” fecundas respecto a los conceptos privilegiados.

      Estas “disonancias” y el estatuto de “respuesta sintomática” a la elaboración freudiana del inconsciente, implican que no hay una modalidad hegeliana de producción conceptual, como etapas que se superan unas a otras, más allá del “privilegio” acordado al llamado orden simbólico en un momento, y su depreciación posterior.

       II.

      Si como se ha dicho, la conceptualización de lo real por parte de Lacan, es su respuesta sintomática al descubrimiento freudiano, veamos muy sucintamente ciertas huellas freudianas al respecto.

      Los tres freudianos de “Inhibición, síntoma y angustia” hallarán su preciso lugar en el Seminario 22. El primero, como intrusión de lo imaginario en lo simbólico; el segundo, con la represión de la pulsión y la “extraterritorialidad”; y el tercero, tomando la referencia de “Lo siniestro”.

      La cuestión del yo y el cuerpo atraviesa la dimensión de la superficie en su estatuto de narcisismo, refiriéndose a las experiencias dolorosas como modalidad de “tener un cuerpo”, ordenando el caos autoerótico, sin suprimirlo.

      Por su parte la urvergrängt, va a dar cuenta de lo real como imposible, y la realidad psíquica y el Edipo como cuarto, que anuda real, simbólico e imaginario.

      La represión primaria articulada a la identificación primaria, escupe un nombre, dando cuenta de la nominación real. Ambos conceptos freudianos son articulables por Lacan, para dar cuenta de la institución del sujeto.

      Por su parte, los llamados restos sintomáticos, dan cuenta de un nombre de lo imposible en el final de análisis, y responden a las fijaciones tempranas pero no nombradas como fixierung (fijación) sino como niederschrift (transcripciones), tal como las de la “Carta 52”. Estas fijaciones (niederschrift) son primeras transcripciones de las percepciones. No hacen cadena S1 – S2. Su estatuto es de letra.

      Sostienen, en términos freudianos, las condiciones del spielerei (jugueteo de significantes, sin articulación y que no están destinados a comunicar nada a nadie).

      Ese es el verdadero estatuto del sueño, y su referencia es la escritura china como materia prima. En Freud, el sueño no quiere comunicar nada a nadie, su spielerei es una ganancia de placer “autística”.

      Se trata radicalmente de la diferencia entre lo escrito y lo dicho.

      En esta perspectiva, la referencia de los restos sintomáticos es la letra.

      Otra importante referencia, es lo que Freud en el texto “Recordar, repetir y reelaborar” va a denominar: piezas de vida real (stick realen lebens).

      Estas piezas, que se presentan en el tratamiento, no son recuerdos efectos del retorno de lo reprimido, y son la causa del agieren (actuar en transferencia). Pueden tener el estatuto de transferencia negativa, y si el analista realiza un forzamiento simbólico de las mismas, la respuesta será la reacción terapéutica negativa.

      Las referencias de esas “piezas”, no son ninguno de los que Freud agrupa en la “Psicopatología de la vida cotidiana”, ni el sueño, ni las fantasías, ya que no dan cuenta