Название | Mujeres universitarias, profesionales y científicas |
---|---|
Автор произведения | Ruth López Oseira |
Жанр | Документальная литература |
Серия | |
Издательство | Документальная литература |
Год выпуска | 0 |
isbn | 9789587837919 |
[como en] la sociología rural, donde la labor de la mujer ingeniero agrónomo puede ser estudiar y planear la solución de los numerosos problemas rurales, no solo económicos sino también morales [...] en la rama de la extensión también puede hacerse presente la labor de la mujer colombiana, ya que la misión del ingeniero agrónomo no es dedicarse directamente a los trabajos materiales del campo, sino que su objetivo es el de prestar dirección técnica [...]. Hoy llena de optimismo estoy segura que no pasarán muchos años sin que en esta misma Facultad estudien muchas damas cuya finalidad y empeño sea no la de suplantar al varón, sino la de ser su colaboradora. (Escudero, 1954)
Pese a que se hace evidente la intención de estimular que sus contemporáneas se interesasen por una profesión percibida socialmente como masculina, no deja de llamar la atención que subrayara enfáticamente que ellas no pretendían poner en cuestión el dominio de los varones sobre sus feudos académicos y laborales. Por el contrario, realizarían un aporte específico dentro de una esfera de acción femenina orientada a los aspectos sociales y humanos de la profesión; dimensiones con las que, a su vez, se ampliaría el alcance de la propia ingeniería agrónoma. Llama la atención que este imaginario sobre las dimensiones femeninas y masculinas de estudios y profesiones persiste en la actualidad entre las y los estudiantes de ingenierías (Arango, 2006b).
Las expectativas de Estela Escudero se cumplieron y desde la primera mitad de la década del sesenta aumentó el porcentaje femenino en las cohortes de ingenieros agrónomos graduados. Aunque su mera presencia transformó, en alguna medida, estereotipos y formas de interacción personal, no se analizó cómo este proceso cambiaba la universidad e impactaba los campos disciplinarios, incidiendo en el ámbito laboral o modificando las relaciones de la institución con su contexto social y económico. Por ello nos planteamos conocer las experiencias personales y los procesos institucionales en que se inscribieron las carreras académicas y profesionales de las primeras egresadas de la Facultad de Ciencias Agrarias de la Universidad Nacional de Colombia - Sede Medellín. Durante la investigación realizamos entrevistas a graduadas y graduados entre 1960 y 1980.
Inicialmente nos preguntamos quiénes habían sido las primeras ingenieras de la Facultad de Agronomía (hoy Facultad de Ciencias Agrarias), cómo eran la universidad y la sociedad en la que estudiaron y comenzaron a ejercer su profesión, qué obstáculos explícitos o implícitos debieron superar. Sin embargo, al tratar de interpretar los contenidos de las entrevistas, comprendimos que no era suficiente con escucharlas o visibilizarlas. Surgieron preguntas de mayor calado que implicaban poner bajo el lente del género las experiencias personales, los procesos institucionales y las formas de producción del conocimiento. Nuestra intención fue trascender el componente anecdótico de las experiencias, para formular hipótesis mejor elaboradas acerca de los estereotipos o barreras que limitaron, y aún limitan, la incorporación o la trayectoria académica y profesional de las mujeres en este campo, cómo operan dichas barreras o cómo se han producido los avances en ciencia y tecnología mediante procesos contradictorios que, a la vez, incluyen y excluyen a las mujeres.
Para ello fue importante tener la oportunidad de encontrarnos con investigadoras con una trayectoria más larga en este ámbito, ocasión que se propició durante el Seminario Internacional Mujeres Universitarias, Profesionales y Científicas: Contextos y Trayectorias, realizado en la Facultad de Ciencias Agrarias de la Sede Medellín en diciembre de 2015. Este encuentro permitió intercambiar información, así como perspectivas conceptuales y metodológicas valiosas, con otras investigadoras y líderes de programas de promoción de la equidad de género en la educación superior, en la ciencia y la tecnología, las cuales se vienen implementando en contextos académicos e institucionales de distintos países hace varios años.
Por otro lado, los estudios académicos acerca de la presencia de mujeres en la educación superior, la ciencia y la tecnología han experimentado un crecimiento extraordinario en la última década, sin embargo, sus inicios se encuentran en los años setenta del siglo XX. Por entonces, activistas de movimientos sociales y académicas feministas en Europa y Estados Unidos comenzaron a preguntarse por la escasa presencia femenina en las ciencias, y por la forma en que los conocimientos científicos detentados por hombres habían sido, a lo largo del tiempo, una herramienta fundamental para alienar a las mujeres del conocimiento y del control sobre sus propios cuerpos, su sexualidad y sus capacidades reproductivas (Ehrenreich y English, 2010; Federici, 2010).
A continuación, se inició la tarea de rescatar del olvido a pioneras en diversos campos de la ciencia y la tecnología. A través de documentación biográfica, estas investigaciones hicieron visibles y revalorizaron las contribuciones de científicas que habían sido minusvaloradas y excluidas del repertorio de referencias que ha edificado el imaginario social de la ciencia. Otro aporte significativo fueron los estudios dedicados a resaltar las actividades que las mujeres realizaron en disciplinas o tareas auxiliares y que jugaron un rol fundamental para el avance de las ciencias. Como resultado de este conjunto de investigaciones emergió un relato diferente al tradicional y se evidenció cómo se había construido, de manera casi sistemática, la invisibilidad de las investigadoras, auxiliares y divulgadoras en la historia de las ciencias (Rossiter, 1984, 1993, 1995, 2012; Ogilvie, 1986; Phillips, 1990; Schiebinger, 1993, 2004; Alic, 2005).
Recuperar a estas figuras olvidadas hizo visible un conjunto de referentes femeninos inspiradores, aunque rodeados de un halo de excepcionalidad. Pero este enfoque no siempre pudo dar cuenta de la experiencia colectiva ni explicar cómo operan las barreras que las científicas encuentran, con demasiada frecuencia, al acceder o tratar de avanzar en una carrera profesional en el ámbito de la ciencia y la tecnología.
Demostrar que muchos aspectos del campo científico están afectados por los mismos prejuicios que predominan en la sociedad sobre las aptitudes, predisposiciones y capacidades femeninas ha sido un reto de gran envergadura, pues las ciencias se han construido sobre el axioma de que el pensamiento científico y las instituciones donde este se desenvuelve han logrado elevarse sobre los condicionantes de la vida ordinaria, convirtiendo las nociones de autonomía, neutralidad, mérito y capacidad en una divisa irrenunciable.
A medida que la sociología de la ciencia fue cuestionando estas nociones, comenzó a desarrollarse una línea de investigación que analizó distintas dimensiones de las prácticas científicas para tratar de dar una explicación al fenómeno generalizado de por qué las mujeres acceden en proporción tan baja y, cuando lo hacen, tienden a concentrarse en campos disciplinares específicos y experimentan más dificultades para obtener los recursos y reconocimientos que impulsan carreras científicas exitosas.
Algunos estudios revelaron que, incluso después de eliminar las restricciones más evidentes, persisten otro tipo de dificultades en forma de estereotipos y reglas de funcionamiento, por lo general implícitas, tanto en la sociedad como en las instituciones académicas y científicas. Otros demostraron que, bajo la aparente lógica de la carrera académico-científica, subyacen factores que contribuyen a retrasar, cuando no a estancar, la trayectoria de muchas investigadoras y académicas. En especial el hecho de que, en ciertas etapas cruciales, confluyen simultáneamente las exigencias propias de un contexto altamente competitivo con las decisiones personales y familiares acerca de tener hijos. Estos obstáculos, que se refuerzan unos a otros, juegan un papel determinante en las trayectorias académicas, científicas y profesionales, en forma de “techos de cristal”, “pisos pegajosos” o “tuberías que gotean”.
Muchos de estos estudios fueron impulsados para respaldar, de manera rigurosa, la formulación de políticas de igualdad de oportunidades en la educación superior, la ciencia y la tecnología. Esto también desató un notorio debate académico —que se ha trasladado a la vida pública, dando lugar a una nutrida colección de anécdotas presentes en los medios de comunicación y las redes sociales— entre quienes consideran que las desigualdades entre hombres y mujeres en