Название | La Palabra del Señor |
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Автор произведения | Pedro Alurralde |
Жанр | Документальная литература |
Серия | |
Издательство | Документальная литература |
Год выпуска | 0 |
isbn | 9789874792310 |
NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO, REY DEL UNIVERSO
2 de febrero: PRESENTACIÓN DEL SEÑOR
24 de junio: NACIMIENTO DE SAN JUAN BAUTISTA
29 de Junio: SANTOS PEDRO Y PABLO
15 de agosto: ASUNCIÓN DE LA SANTÍSIMA VIRGEN MARÍA
14 de septiembre: EXALTACIÓN DE LA SANTA CRUZ
1º de noviembre: TODOS LOS SANTOS
2 de noviembre: CONMEMORACIÓN DE TODOS LOS FIELES DIFUNTOS
8 de diciembre: LA INMACULADA CONCEPCIÓN DE LA VIRGEN MARÍA
Noticias biográficas de los Autores citados en las notas
Presentación
En el transcurso de su vida monástica el P. Pedro fue escribiendo sus reflexiones sobre los Evangelios dominicales de los tres ciclos que actualmente celebramos en la liturgia. Fiel a su estilo coloquial, breve y conciso, sus meditaciones “jugosas”, nos transmiten siempre un mensaje de esperanza, saliendo al encuentro de las preocupaciones de nuestro tiempo.
Cuando ya llevaba algún tiempo en esa tarea, me pidió que colaborara con él, agregando, a continuación del texto evangélico, algún aporte de los autores de los primeros siglos de la era cristiana. Acepté con gusto el ofrecimiento. Y así vio la luz la sencilla obra que ahora presentamos.
El plural presentamos no es un error porque, aunque el P. Pedro ya no está físicamente entre nosotros, siempre tuvo el deseo de que, concluida la tarea, el trabajo realizado pudiera estar disponible para el mayor número posible de fieles.
A las reflexiones sobre los Evangelios dominicales, en un segundo momento, el P. Pedro quiso añadir algunos aportes para las fiestas o solemnidades que, en determinados años, se celebran el domingo.
Esta obra tiene algunas limitaciones que no conviene silenciar. La primera, no están presentes todas las grandes fiestas de nuestro calendario, por ejemplo, faltan las meditaciones sobre la Solemnidad del Sagrado Corazón de Jesús. Segunda, nunca se le puso un título a esta obra. El que ahora se ha escogido, por tanto, es un agregado póstumo. Finalmente, algunas de las meditaciones puede que se repitan, o sean muy parecidas entre las de un ciclo y otro.
Las limitaciones creo que en modo alguno le quitan valor a este gran esfuerzo de una vida entera, que está en plena consonancia con otra importante obra del Autor, e incluso emparentada por el título: Tomando por guía el Evangelio, que guía e ilumina nuestras vidas.
Enrique Contreras, osb
JESUCRISTO, NUESTRA COMÚN ESPERANZA DE GLORIA
En memoria del P. Pedro Eugenio Alurralde, osb (14.01.1933 – 24.04.2020)
¡Cuántas veces escuchamos al P. Pedro utilizar esa frase, especialmente en la celebración de la Eucaristía! Ella sintetizaba el sentido de su vida: Jesucristo; y la meta anhelada: llegar a la eterna felicidad anunciando la gloria del Resucitado1.
La vida monástica del P. Pedro se caracterizó por un deseo ferviente de dar a conocer el seguimiento de Jesucristo en la vida monástica, propagarla, irradiarla e implantarla en diversas regiones de América Latina.
Fue un monje extremadamente “móvil”; tal vez para el sentir de muchas personas: “un poco mucho”. Es muy posible que nunca hayamos comprendido ese secreto “ardor” que lo movilizaba, el mismo que experimentaron los discípulos de Emaús de camino con el Resucitado.
Poco tiempo después de su ordenación sacerdotal (10.12.1967), fue designado primer prior del Monasterio autónomo de Los Toldos (19.05.1968). Pero pronto comenzó a sentir que debía ponerse al servicio de otras Comunidades del Cono Sur: en 1974, fue a colaborar con los monjes de la Abadía de Cristo Rey (El Siambón, Tucumán); y en 1976, como prior de este Monasterio, inició la fundación del Monasterio de Nuestra Señor de la Paz (Calmayo, Córdoba); poco más tarde, en 1977, fue elegido primer abad del Siambón, concluyendo su servicio abacial el 13 de noviembre de 1978.
No habían transcurrido seis años, cuando, en 1984, fue designado prior de la nueva fundación de la Abadía de Los Toldos en Paraguay: Tupäsy María, donde trabajó con mucho empeño hasta 1992. En esta etapa su cuerpo comenzó a dar signos de cansancio y a pedirle que transitara un poco más despacio