Название | Las No Personas |
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Автор произведения | Dorian Derek |
Жанр | Документальная литература |
Серия | |
Издательство | Документальная литература |
Год выпуска | 0 |
isbn | 9789403608389 |
El tiempo también nos da muchas pistas sobre la mentira, son las que descartan que se sienta una emoción u otra. El tiempo que tardan en aparecer y desaparecer ciertas emociones son la base de la mentira, si una de estas emociones dura en el rostro más de 5 segundos es falsa, una expresión emocional auténtica no dura tanto en la cara a no ser que quien lo experimente esté en pleno éxtasis, en depresión o en un momento de furia violenta, pero en ningún caso las expresiones duran más de unos pocos segundos. La sorpresa es la más breve de todas, dura hasta el momento que el sorprendido se ha enterado de lo ocurrido, si alguien se sorprende durante más tiempo ya sabía de que se trataba eso que lo "sorprende" y está fingiendo, esta emoción tiene un arranque rapidísimo y un desvanecimiento igual de rápido.
Estos son los ejemplos de una sorpresa verdadera en el rostro de Beyoncé y una sorpresa fingida en el de la presentadora Ophra Winfrey. La primera se sorprende porque un fanático irrumpe en el escenario mientras está actuando, dura menos de un segundo en su cara, luego siente miedo. Ophra se sorprende 8 segundos en uno de sus shows ante una sorpresa que previamente venía escrita en su guión. El tiempo también manda en la sincronía de la emociones, si alguien grita y después aparece una emoción de ira es probable que esa ira sea falsa, ya que una emoción verdadera de ira aparece al mismo tiempo que la acción de gritar. La vergüenza es el paso posterior a la culpa o una prolongación de la propia culpa, la vergüenza se mostrará después de que una mentira es descubierta. La vergüenza es un sentimiento de pérdida de la dignidad por una falta cometida o por una humillación, también se puede sentir ante la incomodidad de hacer el ridículo ante alguien.
Desde pequeño te entrenan para mentir y los primeros profesores son tus padres. No niego sobre la honestidad de ellos, pero dime, seguro que has escuchado: "¿Por qué no sonríes a tu tía que te acaba de hacer un regalo?, "¡No pongas esa cara de enfadado!", ¿Qué te pasa que tienes esa cara?". Te piden indirectamente que mientas, te enseñan a reprimir las emociones y que te adaptes a unas reglas de exhibición donde aprendes que al final lo que cuenta es la apariencia, no como te sientas, esto con el paso del tiempo se convierte en un hábito. La mentira es un pasaporte al éxito en una sociedad en la que no se condena una mentira, se condena la diferencia y la debilidad. La mentira existe también en el reino animal, se puede ver en las pieles de camuflaje que muchos animales tienen de manera innata para camuflarse o cazar, serpientes que fingen ser venenosas para ahuyentar a sus depredadores y orugas que fingen ser serpientes con el mismo fin. Existen plantas que tienen flores que parecen avispas hembra para atraer a los machos, estos se lleven pegado el polen a otra flor y así logran polinizarla. El croar de las ranas verdes indican a otras lo grandes que son, el croar de un gran macho es suficiente para espantar a otros machos, para que no les desafíen, aunque la mayoría de esos cantos sean sinceros no siempre son así, algunos machos pequeños modifican el tono de su croar a más grave para parecer más corpulentos e intimidar a otras ranas que les vencerían en un combate limpio. Mienten desde los crustáceos a las plantas, desde los pájaros hasta las medusas, ¿qué quiere decir esto? Que la mentira es adaptativa, no hay que olvidar que los seres humanos somos animales y tenemos que tener aún más claro que las mentiras no son todas iguales, se puede mentir para no hacer daño a alguien, por vergüenza, para quedar bien o para ligar, pero de todas formas las personas mienten en exceso.
Tenemos un lado del rostro más expresivo que el otro, el lado izquierdo es mucho más expresivo que el derecho y está relacionado con los hemisferios cerebrales que funcionan contralateralmente, el hemisferio derecho está asociado con el procesamiento emocional y el hemisferio izquierdo con el lenguaje. Una persona que miente mejor procesa información de manera más organizada, rápida y eficaz. El cerebro está siempre preparado para decir la verdad, para mentir se necesita justo eso, organización. Nuestra mente construye un recuerdo falso, los recuerdos a su vez están muy conectados con las emociones, tanto cómo lo está la conciencia y la atención. Como nuestra memoria es algo parecido a un editor de contenidos, no evocamos solamente aquello que recordamos haber vivido, sino también lo que pensamos que hemos vivido, esto da como resultado esos falsos recuerdos y por eso dos personas distintas ante una misma vivencia común, pueden recordarla de manera distinta según las emociones que hayan vivido uno u otro, de ahí esa fuerte conexión entre recuerdos y emociones, aunque los recuerdos sean inventados. Contaminamos así la memoria con la mentira y recordarla durante mucho tiempo es propio de una mente prodigiosa, cuanto más estiramos una mentira en el tiempo más se agrieta y más fallos cometemos para defenderla, para mantenerla la memoria debe soportar el seguimiento coherente de una enorme cantidad de información. Un truco que no falla para detectar una mentira, sobretodo en interrogatorios, es pedirle a la persona que cuente lo ocurrido con pelos y señales, hacer que se detenga en todo tipo de detalles. Una vez concluida su historia hay que pedirle que cuente la misma historia al revés, al no tener memoria sobre unos hechos que son inventados de la nada, le será imposible relatar una historia en la dirección contraria, porque no la ha vivido, se la ha aprendido en una sola dirección. La mentira necesita mucha memoria, la verdad mucho valor. En el caso anterior, en el contexto de un interrogatorio, la persona puede haberse aprendido una historia previamente, pero... ¿y si la pregunta le coge por sorpresa?. Ante esto podemos revelar algo muy común cuando le preguntamos a alguien y este te responde "¿qué?", cómo si no lo hubiese escuchado, pero realmente escuchado la pregunta sin ningún tipo de problemas, porque se ha realizado a una distancia suficientemente cercana. A veces te responde después de ese "¿qué?" a la pregunta que le has formulado sin necesidad de que le repitas la pregunta de nuevo. Si alguien te responde "¿qué?" después de una pregunta, lo que venga después será mentira, ese "¿qué?" de apenas unos microsegundos le hace ganar tiempo para inventar algo ante una pregunta que le coge por sorpresa. Ocurre lo mismo cuando se detienen mucho en el discurso y estiran las palabras a la vez que no terminan de conectar una frase con la siguiente "Me levanté pronto yyyyyyy pues cogí el coche, entonces, eeeeh fui al centro mmmmm que estaba lleno de trafico y me pasé una hora para aparcar". Estiramos los "yyyyyyy", "eeeeeeeh" y "mmmmm" para ganar tiempo e inventar lo siguiente que vamos a decir, porque no vamos a decir la verdad, no hemos generado aún el embuste y estamos presionados a crearlo rápido. Responder con otra pregunta también hace ganar tiempo, al igual que repetir en exceso un "yo no, yo no...", son necesarias para encontrar una respuesta entre los escombros de la verdad. En el otro extremo nos encontramos a personas que dan mucha información, en