Sigmund Freud: Obras Completas. Sigmund Freud

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Название Sigmund Freud: Obras Completas
Автор произведения Sigmund Freud
Жанр Зарубежная психология
Серия biblioteca iberica
Издательство Зарубежная психология
Год выпуска 0
isbn 9789176377437



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la [vía de] conducción se ha tornado permeable. La experiencia demuestra, además, que una vez descargado el estímulo y, la [vía de] conducción vuelve a recuperar su resistencia.

      Un proceso de esta especie se denomina sumación. Las vías de conducción y se llenan por sumación hasta que se tornan permeables. Evidentemente, lo que permite que ocurra la sumación es la pequeñez del estímulo individual. También se ha comprobado la sumación en las vías de conducción j -por ejemplo, en la conducción del dolor-, pero en este caso sólo interviene en presencia de pequeñas cantidades. El reducido papel que desempeña la sumación en el sector j hablaría en favor de que allí actúan, efectivamente, cantidades de magnitud más considerable. Las cantidades muy pequeñas parecen ser retenidas por la acción liminal de los aparatos teleneuronales, mientras que, no existiendo éstos en el sector y, sólo actúan pequeñas cantidades [Qh] .

      Es digno de mención que las neuronas de conducción y puedan allí mantenerse alternando entre las características de la permeabilidad y de la impermeabilidad, gracias a que recuperan casi por completo su resistencia a pesar del pasaje de cantidad (Qh). Esta propiedad es absolutamente contradictoria con aquella otra que hemos atribuido a las neuronas y, o sea, la de quedar permanentemente facilitadas por el pasaje de cantidad (Qh) [parágrafo 3]. ¿Cómo explicar esta contradicción? Admitiendo que el restablecimiento de la resistencia al cesar el pasaje de una corriente es un atributo general de las barreras de contacto. No existe entonces dificultad alguna en conciliar esto con el hecho de que las neuronas y son influidas [por el pasaje de cantidad] en el sentido de la facilitación. Para ello sólo necesitamos suponer que la facilitación restante después del pasaje de cantidad [Q] no consiste en la abolición de toda resistencia, sino en su reducción a un imprescindible mínimo permanente. Durante el pasaje de cantidad (Q) la resistencia está suspendida, pero luego se restablece, aunque sólo hasta un nivel particular, dependiente de la cantidad (Q) transcurrida, de modo que la vez siguiente podrá pasar una cantidad menor (Q), y así sucesivamente. Una vez establecida la facilitación más completa, subsistirá todavía cierta resistencia, igual para todas las barreras de contacto, que también exigirá, pues el acrecentamiento de las cantidades (Q) hasta un umbral determinado, a fin de que éstas puedan pasar. Tal resistencia sería una constante. Por consiguiente, el hecho de que las cantidades endógenas (Qh) actúen por sumación no significa otra cosa sino que estas cantidades están compuestas por magnitudes de excitación muy pequeñas y menores que la constante. De ahí, pues, que las vías endógenas de conducción se hallen totalmente facilitadas.

      De esto se desprende, sin embargo, que las barreras de contacto y son, en general, más altas que las barreras de las vías [endógenas] de conducción, de modo que en las neuronas nucleares puede producirse una nueva acumulación de cantidad (Qh). Desde el momento en que la vía de conducción alcanza su nivel de saturación, dicha acumulación no tiene límite alguno. Aquí, y se encuentra a merced de la cantidad (Q), y de tal modo surge en el interior del sistema el impulso que sustenta toda actividad psíquica. Conocemos esta fuerza en la forma de la voluntad, el derivado de los instintos [véase el final del parágrafo 18].

      LA repleción de las neuronas nucleares en y tendrá por resultado una tendencia a la descarga, una urgencia que se libera hacia la vertiente de la motilidad. De acuerdo con la experiencia, la primera vía que es recorrida en tal proceso es la que conduce a la alteración interna (expresión de las emociones, grito, inervación vascular). Pero como demostramos inicialmente [parágrafo 1], ninguna descarga de esta especie puede agotar la tensión, pues a pesar de aquélla persiste la recepción de estímulos endógenos, que restablece la tensión y. En este caso la estimulación sólo puede ser abolida por medio de una intervención que suspenda transitoriamente el desprendimiento de cantidad (Qh) en el interior del cuerpo, y una intervención de esta índole requiere una alteración en el mundo exterior (aporte de alimento, aproximación del objeto sexual), que, siendo una acción específica, sólo puede ser alcanzada a través de determinadas vías. El organismo humano es, en un principio, incapaz de llevar a cabo esta acción específica, realizándola por medio de la asistencia ajena al llamar la atención de una persona experimentada sobre el estado en que se encuentra el niño, mediante la conducción de la descarga por la vía de la alteración interna [por ejemplo, mediante el llanto del niño 1.]. Esta vía de descarga adquiere así la importantísima función secundaria de la comprensión [comunicación con el prójimo. (Nota del T.)], y la indefensión original del ser humano conviértese así en la fuente primordial de todas las motivaciones morales [véase la tercera parte] .

      Una vez que el individuo asistente ha realizado para el inerme el trabajo de la acción específica en el mundo exterior, el segundo se encuentra en situación de cumplir sin dilación, por medio de dispositivos reflejos, la función que en el interior de su cuerpo es necesaria para eliminar el estímulo endógeno. La totalidad de este proceso representa entonces una vivencia de satisfacción, que tiene las más decisivas consecuencias para el desarrollo funcional del individuo. En efecto, tres cosas se producen en su sistema y: 1) Se efectúa una descarga permanente, poniendo fin con ello a la urgencia que generó displacer en W. 2) Se produce la catectización de una o de varias neuronas del pallium, que corresponde a la percepción de un objeto. 3) A otros puntos del pallium llegan las noticias de la descarga lograda mediante el desencadenamiento del movimiento reflejo que siguió a la acción específica. Entre estas catexis [2) y 3)] y las neuronas nucleares [que fueron catectizadas a partir de fuentes endógenas durante el estado de urgencia. I.] establécese entonces una facilitación.

      (Las noticias de la descarga refleja surgen gracias a que todo movimiento, en virtud de sus consecuencias accesorias, da lugar a nuevas excitaciones sensitivas -de piel y músculos-, que producen en y una imagen motriz).

      En cuanto a la facilitación, se origina de una manera que nos ofrece una visión más profunda del desarrollo de y. Hasta ahora hemos visto que las neuronas y son influidas por las neuronas j y por las vías de conducción endógena, mientras que las distintas neuronas y están aisladas las unas de las otras por barreras de contacto con poderosas resistencias. Existe, sin embargo, una ley fundamental de asociación por simultaneidad, que actúa durante la actividad y pura (durante el recuerdo reproductivo) y que constituye la base de todas las conexiones entre las neuronas y. Comprobamos que la consciencia (es decir, la catexis cuantitativa) pasa de una neurona y (a) a otra (b), siempre que la (a) y (b) hayan sido, en algún momento, catectizadas simultáneamente desde j o desde alguna otra parte. En otros términos, la catectización simultánea a-b ha llevado a la facilitación de una barrera de contacto. De ello se desprende, expresándolo en los términos de nuestra teoría, que una cantidad [Qh] pasa más fácilmente de una neurona a otra catectizada, que a una no catectizada.

      Así, la catexis de la segunda neurona actúa de la misma manera que un aumento de catexis en la primera. En este caso, una vez más, la catexis se revela como algo que, con respecto al pasaje de cantidad [Qh], es equivalente a la facilitación. [Véase el parágrafo 3.]

      Aquí nos encontramos, pues, con un segundo factor de importancia para la determinación del curso que sigue una cantidad [Qh]. Una cantidad en la neurona a no sólo se dirigirá en dirección de la barrera más facilitada, sino también hacia la que esté catectizada en su vertiente opuesta. Estos dos factores pueden reforzarse mutuamente o aun antagonizarse en determinados casos.

      Así, la vivencia de satisfacción conduce a una facilitación entre las dos imágenes mnemónicas [la del objeto deseado y la del movimiento reflejo. I.] y las neuronas nucleares que han sido catectizadas durante el estado de urgencia. (Es de suponer que en [el curso de] la descarga producida por la satisfacción, también las imágenes mnemónicas quedan vacías de cantidad [Qh].) Con el restablecimiento del estado de urgencia o de deseo, la catexis pasa también a los dos recuerdos, reactivándolos. Es probable que el primero en experimentar esta activación desiderativa sea la imagen mnemónica del objeto.

      No tengo duda alguna acerca de que la activación desiderativa produce en primer término algo similar a una percepción, o sea, una alucinación. Si ésta lleva a la realización del acto reflejo, su consecuencia ineludible será la defraudación.