Sigmund Freud: Obras Completas. Sigmund Freud

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Название Sigmund Freud: Obras Completas
Автор произведения Sigmund Freud
Жанр Зарубежная психология
Серия biblioteca iberica
Издательство Зарубежная психология
Год выпуска 0
isbn 9789176377437



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de contacto es insignificante, mientras que a las neuronas y sólo llegan cantidades del mismo orden de magnitud que esa resistencia. De ser así, una neurona j se tornaría impermeable y una neurona y permeable, siempre que pudiésemos intercambiar su localización y sus conexiones; pero retienen sus características distintivas simplemente porque las neuronas j sólo están conectadas con la periferia y las neuronas y sólo con el interior del cuerpo. De tal modo, una distinción de esencia queda reemplazada por una distinción del medio al que [las neuronas] están destinadas.

      Ahora, empero, tendremos que examinar nuestra presunción de que las cantidades de estimulación que llegan a las neuronas desde la periferia exterior serían de un orden superior a las que les llegan desde la periferia interior del cuerpo.

      Existen, en efecto, muchos datos en favor de tal presunción. En primer lugar no cabe duda alguna de que el mundo exterior es la fuente de todas las grandes cantidades de energías, pues la física nos enseña que aquél consiste en poderosas masas en violento movimiento y que este movimiento es transmitido por dichas masas. El sistema j, que está orientado hacia ese mundo exterior, tendrá la misión de descargar con la mayor rapidez posible las cantidades (Qh) que incidan sobre las neuronas, pero en cualquier caso estará siempre sometido a la influencia de cantidades considerables (Q).

      Según todos nuestros conocimientos, el sistema y está fuera de contacto con el mundo exterior; únicamente recibe cantidades (Q), por un lado, de las propias neuronas j, y por el otro, de los elementos celulares del interior del cuerpo, quedando ahora por establecer tan sólo si es probable que estas cantidades de estimulación sean de una magnitud relativamente baja. A primera vista quizá parezca contradictorio que a las neuronas y deban atribuírsele dos fuentes de estimulación tan dispares como j y las células somáticas, pero es precisamente en este punto donde recibimos un decidido apoyo de la más reciente histología de los sistemas neuronales. Ella nos enseña, en efecto, que las terminaciones de las neuronas y las conexiones entre las neuronas se ajustan a un mismo patrón estructural, y que las neuronas terminan. las unas sobre las otras, de la misma manera que terminan en los elementos somáticos; probablemente también sea homólogo el carácter funcional de ambos procesos. De tal manera es admisible que en las terminaciones nerviosas actúen cantidades similares que en las conexiones intercelulares. También es verosímil suponer que los estímulos endógenos sean del mismo orden de magnitud intercelular. A propósito, es aquí donde se nos abre una segunda oportunidad para examinar la validez de nuestra teoría.

      NADA sé acerca de la magnitud absoluta de los estímulos intercelulares, pero me aventuro a suponer que es de una magnitud relativamente inferior [a la magnitud de los estímulos teleneuronales, (Nota del T.)] y del mismo orden de resistencia de las barreras de contacto, cosa que, de confirmarse, sería fácilmente comprensible. Esta hipótesis dejaría a salvo la similitud esencial de las neuronas j y y y al mismo tiempo explicaría biológica y mecánicamente su diferencia en cuanto a la permeabilidad.

      A falta de pruebas al respecto, son tanto más interesantes ciertas perspectivas y concepciones que arrancan de dicha hipótesis. Ante todo, si realmente nos hemos formado una impresión correcta de la magnitud de las cantidades (Q) en el mundo exterior, podemos preguntarnos si la tendencia fundamental del sistema neuronal, o sea, la de mantener su cantidad (Q) reducida a cero, es suficientemente realizada mediante la rapidez de descarga, o si no actúa ya en el proceso de la recepción misma de estímulos. Comprobamos, en efecto, que las neuronas j no terminan libremente en la periferia, sino a través de formaciones celulares, siendo éstas y no dichas neuronas las que reciben los estímulos exógenos. Estos «aparatos teleneuronales» -en el sentido más amplio del término - bien podrían tener la finalidad de impedir que las cantidades exógenas (Q) incidan con toda su intensidad sobre j, sino que sean previamente atenuadas. En tal caso cumplirían la función de «pantallas de cantidad» (Q), que sólo dejarían pasar fracciones de las cantidades exógenas (Q).

      Con ello concordaría el hecho de que el otro tipo de terminaciones nerviosas -el de las terminaciones libres, sin órgano teleneuronal - sea, con mucho, el más común en la periferia interna del cuerpo. Allí parecen ser innecesarias las pantallas de cantidad (Q), probablemente porque las cantidades (Qh) que allí son recibidas no necesitan ser reducidas al nivel intercelular, dado que de por sí ya se hallan en ese nivel.

      Siendo posible calcular las cantidades (Q) recibidas por las terminaciones de las neuronas j, ello quizá ofrezca un recurso para formarse una noción de las magnitudes que pasan entre las neuronas y y que, como vimos, son del mismo orden que las resistencias de las barreras de contacto.

      Además, aquí asoma una tendencia que bien podría determinar el hecho de que el sistema neuronal esté formado por varios sistemas: una tendencia cada vez más amplia a mantener la cantidad (Qh) apartada de las neuronas. Así, la estructura del sistema neuronal serviría al propósito de apartar la cantidad (Qh) de las neuronas, mientras que su función serviría al propósito de descargar dicha cantidad.

      TODOS los dispositivos de índole biológica tienen un límite de eficiencia, más allá del cual fracasan. Esta falla se traduce por fenómenos rayanos en lo patológico y que, en cierto modo, constituyen los prototipos normales de las manifestaciones patológicas. Hemos visto que el sistema neuronal está instalado de tal manera que las grandes cantidades exteriores (Q) quedan apartada de j y aún más de y. Esta finalidad es cumplida por las pantallas teleneuronales y por por el hecho de que y se halla sólo indirectamente conectado con el mundo exterior ¿Existe algún fenómeno que pueda ser interpretado como el equivalente del fracaso de estos dispositivos? Tal fenómeno es, según creo, el dolor.

      Cuanto sabemos del dolor concuerda con este concepto. El sistema neuronal tiene la más decidida tendencia a la fuga del dolor. Vemos en ella una manifestación de su tendencia primaria a evitar todo aumento de su tensión cuantitativa (Qh) y podemos concluir que el dolor consiste en la irrupción de grandes cantidades (Q) hacia y. De esta manera ambas tendencias quedan reducidas a una y la misma.

      El dolor pone en función el sistema j tanto como el sistema y; ningún obstáculo puede oponerse a su conducción; es el más imperativo de todos los procesos. Las neuronas y parecen ser, pues, permeables al mismo, de modo que el dolor debe consistir en la acción de cantidades (Q) de un orden relativamente elevado.

      La causa desencadenante del dolor puede consistir, por un lado, en un aumento de cantidad: toda excitación sensible (aun las de los órganos sensoriales más elevados) tiende a convertirse en dolor a medida que aumenta el estímulo, cosa que cabe interpretar sin lugar a dudas como una falla [del mecanismo, (Nota del T.)]. Por otra parte, puede ocurrir dolor en presencia de pequeñas cantidades exteriores, caso en el cual aparece siempre vinculado con una solución de continuidad; es decir, una cantidad exterior (Q) que actúa directamente sobre las terminaciones de las neuronas j sin mediación de los «aparatos teleneuronales», origina dolor. Con ello el dolor queda caracterizado como la irrupción de cantidades (Q) excesivas hacia j y y; es decir, de cantidades (Q) que son de un orden de magnitud aún mayor que el de los estímulos j.

      Es fácil comprender el hecho de que el dolor recorra todas las vías de descarga. Según nuestra teoría de que cantidad (Q) produce facilitación, es evidente que el dolor deja tras sí facilitaciones permanentes en y, como si la descarga de un rayo hubiera pasado por ella. Es posible que estas facilitaciones barran por completo la resistencia de las barreras de contacto y establezcan [en y] vías de conducción como las que existen en j.

      HASTA ahora ni siquiera hemos mencionado el hecho de que toda teoría psicológica, además de cumplir los requisitos planteados por el enfoque científico natural, debe satisfacer aún otra demanda fundamental. En efecto, habrá de explicarnos todo lo que conocemos de la más enigmática manera, a través de nuestra «consciencia», y dado que esta consciencia nada sabe de lo que hasta ahora hemos estado presuponiendo -de cantidades y de neuronas -, dicha teoría habrá de explicarnos también esta