Tú comunicas. Paco Egea

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Название Tú comunicas
Автор произведения Paco Egea
Жанр Социология
Серия
Издательство Социология
Год выпуска 0
isbn 9788418049675



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una de las debilidades propias, y enfrentarlas a cada oportunidad que se detecte o busque. En estos casos, estamos condenados a reorientar nuestra propuesta en base a las debilidades aceptadas. Así, hay que analizar cada intercesión para estudiar las consecuencias derivadas de una situación y las acciones que cabe adoptar.

      Opción de supervivencia: la persona se enfrenta a amenazas externas y carece de la fortaleza necesaria para hacerles frente.

      Opción de reorientación: se perciben oportunidades, pero partimos de una posición de debilidad que nos impide aprovecharlas. Puede ser por falta de preparación, de medios, de condiciones físicas o psíquicas. En esta situación, lo indicado es reorientar tus estrategias, bien para adecuarte a lo que hay, bien para todo lo contrario.

      Opción defensiva: las amenazas están ahí, pero nos encontramos con la suficiente fuerza para enfrentarnos a ellas. Como corean en la NBA: Defense, Defense. Tenemos estatura, estamos en forma, por aquí no hay quien pase.

      Opción ofensiva: esta es la situación de la que a todos nos gustaría disfrutar. Fortaleza más oportunidades igual a «el mundo es tuyo». Si sabes gestionarlo.

      Casi sin darnos cuenta hemos pasado del análisis de lo que nos rodea a las estrategias de acción, y es que una cosa lleva a la otra. Ahora bien, como este tratado no va a llegar tan lejos como para abordar y resolver todos los frentes, aquí apuntado queda el menú, que es largo y estrecho. Cocínalo y que aproveche.

       LA ORIENTACIÓN DE TU IDENTIDAD

      Puede que seas monolítico o puede que no. En el caso de que hayas decidido ser fiel a ti mismo hasta las últimas consecuencias, has adoptado una opción de identidad cerrada. Hay marcas así, su imagen no se toca, no se adapta. Ha sido programada con la mínima variación posible para defenderse de los malos usos y mantenerse inalterable allá donde se reproduzca. El inmovilismo como coraza protectora, propio de compañías globales que deben preservar su identidad a base de restricciones. Café para todos, solo y sin azúcar. Esta estrategia de visualización no es tan inusual en las personas. Propongamos un reto: observa diez imágenes del cantante Julio Iglesias, fotos, vídeos, lo que más a mano encuentres. Mira la orientación de su cabeza y el perfil que predomina. La mayoría de las tomas se decantan por el lado derecho de su cara. Hay quien piensa que su perfil izquierdo es un enigma sin resolver. Menos visto que la cara oculta de la luna.

      Aunque no falten motivos, tampoco es lo normal adoptar posturas tan cerradas. Más bien solemos decantarnos por las abiertas, que permiten mantener unas constantes reconocibles y adoptar, a la vez, variaciones razonables según convenga: no vamos siempre de traje ni siempre de sport, ni vestimos de un color único y severo todos los días del año. Más bien nos acoplamos a la ocasión, somos como un tiempo verbal que se declina. Cambian las terminaciones, se mantiene la raíz. Si somos verbo irregular es otra cuestión y allá cada cual con su especificidad. A veces lo más apropiado es lo diferente, si es tuyo, personal y propio.

      También los hay veletas, polimorfos, ahora redondo, ahora cuadrado, después lo que toque y encaje. El espejo es la marca de Google, que desde luego se reinventa cada día en un infatigable juego visual. La persona también tiene el derecho de acoplarse a las circunstancias y reaccionar ante los imprevistos. Si lo hace de forma imaginativa, el efecto es sugerente. Suelen ser mentes extrovertidas, flexibles, que encajan los cambios con naturalidad. Sobre el papel pueden parecer poco de fiar, aunque no necesariamente. Hasta los camaleones se funden con el entorno, pero conservan su esencia. Desaparecen cuando se sienten vulnerables y llaman la atención si requieren protagonismo. En actitudes defensivas, de asimilación, ataque o cortejo, la naturaleza es sabia y no le llevaremos la contraria. No se trata de juzgar, sino de reconocer, de reconocernos sin prejuicios, que es muy útil y conveniente.

       LA DISTANCIA ENTRE LA IMAGEN REAL Y LA DESEADA

      Ni siquiera las naves mejor construidas están a salvo del naufragio. A las buenas intenciones les ocurre lo mismo. Chocan demasiado a menudo con la realidad, como el Titanic con su iceberg. La imagen no es lo que se emite, sino lo que el otro recibe. La señal puede ser buena, pero en el transporte hay incidentes, una tormenta eléctrica, una deficiente instalación de la antena y las interferencias están aseguradas. Digamos que no es posible controlarlo todo, todo el tiempo. Si en un local hay mucho ruido, tu tono y volumen se verán alterados. Y si acabas de ser testigo de un incidente violento, tu aplomo brillará, pero por su ausencia. Son tantas las situaciones que escapan a nuestro control que resultan incontables. Y, por tanto, imprevisibles.

      Por eso es importante estar entrenado. Eso significa que te has fortalecido para afrontar imprevistos. Empezando, cómo no, por el principio. La distancia entre el punto de partida y los objetivos. ¿Es muy larga? Pues hay que emplearse a fondo. Define lo que quieres conservar y qué deseas mejorar. Las cosas de las que careces y te gustaría incorporar. Esto es lo que hay, aquello es lo que quieres. ¿Es alcanzable? Pues a correr.

       LA FORMULACIÓN DEFINITIVA DE LO QUE QUIERES CONSEGUIR

      El ser social es dueño de una personalidad que debe preservar por encima de todo. Nadie debería asumir una gran historia, por seductora que sea, si no se identifica con ella. Nada es bueno por sí solo, lo que funciona es el conjunto, y el conjunto es la suma coherente de las partes.

      Estas son las instrucciones que cada uno se da a sí mismo, el programa de trabajo. Una vez interiorizados los argumentos que nos definen, es el momento de exponer y ordenar las ideas.

       Nuestro interlocutor

      Lo que para el fabricante son ventas, para el cliente son compras. Considérate fabricante, y piensa en los demás como compradores. Dos dimensiones diferentes y, a menudo, dos intereses encontrados. ¿Interesa tu producto, interesas tú? De entrada, no. Duro trabajo cambiar el foco, adoptar el punto de vista del otro. Si fuera sencillo, nos adaptaríamos como un guante a lo que la gente requiere de nosotros, contaríamos cosas que les interesaran a ellos, no nuestras batallas, que son fascinantes pero casi seguro aburridas. ¿Lo son? Lo son.

      Algunas preguntas clave sobre tus relaciones. Como si de un análisis de viabilidad se tratara. La vida, ¡ay!, es mercadeo. Pero los mercados que te importan no cotizan en bolsa. Están llenos de cosas auténticas. Productos de primera. Gente simpática. Trabajadora. Noble. Orgullosa.

       ¿Cuántos son?

       ¿Quiénes son?

       ¿Qué les caracteriza?

       ¿Qué les motiva?

       ¿Dónde están?

       ¿A quién siguen?

       Nosotros

      Aquí puede haber malas noticias. Si nos ceñimos a lo anterior, a lo mejor resulta que para garantizar el éxito debemos renunciar a cosas que apreciamos de veras. Costumbres adquiridas, rarezas, manías. Suena a accesorio… pero ¿y si se requiere un sacrificio mayor?, ¿y si lo que consideramos nuestra fortaleza es más bien un lastre? Gran dilema, de los que dan que pensar.

       Conversaciones en el bar

      Juan y Javier son amigos de toda la vida. J&J les llamaban en el colegio. Lo que uno pensaba, el otro ya lo había hecho. Javier más abierto, más cerrado Juan. Mantienen el hábito de verse al menos cada dos meses. Esta vez, el encuentro se ha adelantado. Juan está pasando una crisis de ansiedad. Bajo de tono, ha recurrido a la compañía de su amigo.

      —Javier, me pasa algo, no me atrevo a decir que tengo un problema, pero el caso es que la situación me empieza a agobiar.

      Es media mañana, se han sentado en una esquina, alejados del ajetreo de la barra del bar. El camarero interrumpe, una cerveza, un cortado, el pedido en marcha. La conversación sigue.

      —Venga, vamos —le quita hierro Javier—, tú nunca has sido de tirar cohetes,