Название | Amor a cambio de felicidad |
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Автор произведения | Matut DrawbE |
Жанр | Языкознание |
Серия | |
Издательство | Языкознание |
Год выпуска | 0 |
isbn | 9788418996672 |
Por otro lado, Martha, hermosa, divina, deslumbrante y con una personalidad de encanto; a esta, don Emanuel la quería casar con Celso Aspas, un señor de entre cuarenta y cuarenta y cinco años, con muchísimo dinero, fortuna que nadie sabía su procedencia, ya que hacía cinco años había llegado a Pueblo Nuevo y nadie conocía su historia, no se le conocía ningún tipo de negocio, pero todos conocían de su poder monetario.
Es un hombre hostil, rudo, con un carácter de esos que todos cuestionan y repudian. Se conoce que contrataba personal femenino para el cuidado de su mansión y principalmente para una atención especial a su persona. La gente hacía comentarios negativos de esta situación, ya que se rumoreaba que a las jóvenes que laboraban con él las obligaba a hacer cosas indecorosas aprovechándose de la ingenuidad de las mismas.
A Celso le encantaba la idea de poder casarse con Martha, no perdía oportunidad para halagarla y hacerle comentarios encantadores. En una ocasión se encontró con los hermanos en la plaza.
—Joven Martha, ¿cómo es que camina con tanta tranquilidad sin temer alguna situación lamentable como un secuestro? Lo digo, porque yo me aguanto las ganas de poder cometer tal crimen —dijo Celso, quien terminaba el comentario saludando a Mario—: Joven Mario, un placer saludarle. —Se quitó el sombrero y se inclinó, luego procedió a besar la mano de Martha.
Mientras besaba su mano, Martha respondió:
—Don Celso, usted siempre tan amable, pero considero que dicho acto le haría perder algo muy, pero muy valioso, como lo es la libertad, es decir, no creo que valga la pena. Permiso, adiós, don Celso —contestó la joven en tono amenazador.
—Valdría toda la pena del mundo sacrificar lo que sea que esté bien, joven Martha —terminó el caballero.
A Martha le desagradaba tanto la idea de poder casarse con él que, en muchas ocasiones le mencionaba a su hermano con el que tenía mucha confianza, que quería irse lejos, abandonar todo, y buscar la felicidad en otro lugar, donde pudiera desarrollar su gran talento de ser una cantante reconocida y poder ayudar a los demás con toda libertad, sin depender de la fortuna de sus padres, situación que le traía descontento, ya que su padre era muy criticado en la ciudad por el mal manejo que le daba a los fondos públicos.
Martha era el sueño de todos los jóvenes en la ciudad, y de algunos señorones que por respeto a su padre no se atrevían a hacer del conocimiento de la joven las intenciones hacia ella.
En relación con don Emanuel Cortez, este era criticado por su falta de gestión en la ciudad, ya que gobernaba solo para el sector socioeconómico pudiente.
Este modo de actuar molestaba a sus hijos, quienes de vez en cuando se lo dejaban saber. Esto ponía de mal humor a don Emanuel y a Lucía, padres de los jóvenes.
Una tarde, mientras Martha leía un libro de música en el jardín, apareció su hermano Mario y le dijo:
—Si no fueses mi hermana entendería a cada loco que se muere por ti, estas hermosa, hermanita.
—Si no fuese tu hermana no viviría en esta ciudad, quizás no te conociera… también eres hermoso, tienes un gran corazón, deberías pensar enamorarte de una muchacha de la ciudad. Me encantaría verte tomado de la mano con alguien.
—No está en mis planes eso por ahora, hermanita, pero el día que me enamore serás la primera en saberlo, te lo prometo. ¿Qué dices si le pido a Antonio (criado de confianza de la familia) que nos lleve a la plaza a caminar?
—Me parece muy bien, déjame ir a mi habitación a ponerme un vestido cómodo y nos vamos.
Antonio preparó un carruaje y procedió a esperar a los hermanos a los cuales les tenía mucho aprecio.
Capítulo 2
Marco
Al llegar a la plaza se sentaron en una banca a recibir aire fresco. Mientras conversaban, escucharon a las vírgenes de su entorno murmurar con gran alegría, y hacer comentarios no propios de muchachas decentes y bien educadas. Martha y Mario volvieron a ver de dónde venía tal escándalo, y allí estaba él, Marco. Marco Martell era el nombre de tan apuesto muchacho: 1.88 metros, tez canela que hacía juego con sus ojos verdes y su cabello castaño claro, de facciones muy marcadas en su rostro y un cuerpo fuerte y bastante atractivo, de sonrisa muy expresiva, coqueta y que transmitía seguridad en su persona, llevaba varios libros en sus manos. Martha y Mario estaban sorprendidos con la belleza de Marco. Mientras caminaba frente a ellos se le cayó un libro, y los dos hermanos de inmediato corrieron a recogerlo. Tal acción sorprendió a Marco, ya que ellos se miraban muy finos y además de inmediato reconoció quiénes eran. Quien cogió el libro fue Martha y cuando ella alzó su rostro, las miradas entre ambos chocaron, y se observaron por algunos segundos, los cuales a ambos les pareció toda una vida contemplando lo más bello de la naturaleza.
Martha se puso nerviosa y las manos le temblaban, mientras Marco le recogía el libro. Él, mirándola aún a los ojos le dio las gracias de manera muy lenta. Ambos se olvidaron completamente de la presencia de Mario, el cual solo observaba aquella escena difícil de creer, la actitud de su hermana le parecía tan contradictoria a la manera de pensar de la joven.
Después de un momento, Marco reaccionó y notó la presencia del joven abogado, al cual saludó muy cortés.
El joven se disculpó con ambos por su torpeza de hacer caer el libro y se presentó, inclinó su rostro y dijo:
—Muy buenas tardes tenga la dama más hermosa que mis ojos podrán contemplar. Usted también, joven Mario, mi nombre es Marco Martell para servirles.
—Un placer —contestaron unísonos los jóvenes. Seguido de Marco, estos procedieron a presentarse.
—Sé quiénes son, sería un verdadero descuido por mi parte no reconocer tales rostros.
—Espero que su concepto sobre nosotros sea muy diferente a muchos por acá —replicó Mario.
—En realidad, el concepto que manejan muchos habla muy bien de ustedes, a diferencia de lo que se piensa de su padre, claro está. Me disculpo por mi honestidad, ya que en ocasiones mi personalidad puede ser traducida como impulsiva e indiscreta.
—No se preocupe, estamos al tanto de todo, ¿lee mucho, señor Martell? —intervino Martha.
—Sí, claro que sí, pero estos libros que hoy cargo son para la venta. Me han encargado algunos, no vengo los días entre semana a la ciudad, pero esta vez hice una excepción, y con el simple hecho de cruzar un par de palabras con usted, me hace sentir afortunado y hace que el viaje valga la pena.
Segundos después, Marco se despidió con prisa porque ya caía la noche en la ciudad y aún no había terminado con el objetivo de su viaje a la ciudad. Mientras Marco se alejaba del lugar, con frecuencia volvía la mirada hacia la joven hermosa, mirada que era del agrado de Martha, que también observaba al joven sin parpadear un instante.
Después de esto, Mario le hacía comentarios graciosos del evento a Martha mientras iban en el carruaje de regreso a la mansión para departir la cena con sus padres.
—¿Estás enamorada de un muchacho que ves por primera vez? Mi hermanita enamorada a primera vista, ¿sabes siquiera si es casado, o quizás tenga diez hijos o más?
Pero Martha no escuchaba, ya que iba deslumbrada por aquel joven, no sentía el camino a casa, solo eran sus pensamientos y ella; Marco y ella, según su imaginación.
Llegaron a casa y no saludó a sus padres,