Ensayos maquínicos. Bily López

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Название Ensayos maquínicos
Автор произведения Bily López
Жанр Документальная литература
Серия
Издательство Документальная литература
Год выпуска 0
isbn 9786078692101



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que intentamos dar cuenta de los flujos que atraviesan la escritura cuando ésta se deja invadir con insistencia y persistencia por el extrañamiento procedente del propio cuerpo. Además, la combinación de ejercicios nos posibilitó, también, profundizar mediante la práctica en los problemas planteados en torno al autor, pues al devenir corporalidad y sensibilidad en la escritura, se hacía claro, cada vez con más fuerza, que quien escribe no es necesariamente sí mismo, sino que ese sí mismo está indefectiblemente poblado por otredades no siempre advertidas.

      En el ejercicio de lectura colectiva de las entradas de los diarios aconteció un fenómeno del que es preciso dar cuenta, así sea brevemente, en este lugar. Alejandra Rivera y Karla Montalvo leyeron, entre otras, dos entradas de sus diarios que nos colocaron con vehemencia en la irremediable situación —funesta para todos— de las desapariciones forzadas en nuestro país. Por medio de exploraciones intensas e imágenes breves —sin teorías, sin cesuras grandilocuentes, sin autores citados—, dieron cuenta de lo que implica, corporalmente, vivir en un clima de opresión, inseguridad y violencia como este en el que vivimos. Imperceptible, pero contundentemente, todos nos colocamos en el lugar de la afectación; y no es que no estuviéramos afectados —en ese momento lo supimos—, es que no lo percibíamos con la claridad necesaria. Fue precisamente en ese momento y por medio de la escritura, que todos nos movimos hacia una reflexión lenta, pausada y precisa de lo que implica existir en un clima así. Rápidamente comenzamos a hacer anotaciones y a esbozar reflexiones que se vieron reflejadas en un nuevo ejercicio en el que se trató de dar cuenta, como fuera, de lo que había sucedido en esa sesión de seminario en la que todos —a partir de un contexto, un supuesto afuera, pero también un supuesto adentro conformado por la escritura— devenimos indignación, llanto, terror. Los textos resultado de este último ejercicio los agrupamos en el apartado intitulado «El afuera (extrañamientos colectivos)», en el que intentamos mostrar que la escritura es siempre un agenciamiento colectivo de una experiencia que difícilmente puede ser reducida a la mismidad de una conciencia autofundada.

      A partir de este último momento, continuamos con nuestras preguntas sobre el autor, pero, partiendo de esa experiencia dislocante, lo hicimos con la convicción de que una escritura no es posible sólo por la agencia de un autor en soledad, sino que se hace posible por la multiplicidad de acontecimientos, pasiones y afecciones que devienen en la construcción, también múltiple, de quien escribe. Por ello, desde ese momento, decidimos producir textos en los que se hicieran patentes las multiplicidades que nos constituyen. Resultado de este último experimento en el seminario es, en su mayoría, el apartado final intitulado «El autor, sus pliegues», en el que a partir de sueños, entradas de diarios, experimentos poéticos o sentidas confesiones, intentamos mostrar que la escritura constituye un acontecimiento más allá de quien escribe, pues quien escribe asimismo está conformado por pliegues que a veces se crean en la escritura misma.

      Reflexionar si a través de las dinámicas, los conceptos y los textos de los que hemos intentado dar cuenta en este lugar logramos, o no, solventar el problema que nos planteamos al inicio del proyecto lo dejamos para el final. Lo único que nos resta en esta introducción es dar cuenta de la composición y organización de la antología de textos que aquí presentamos.

      Como hemos descrito, algunos de los textos agrupados en los distintos apartados proceden directamente, en su mayoría, de ciertos ejercicios ya descritos; sin embargo, muchos de los textos producidos fueron construyendo cuerpos textuales que dieron paso a otros apartados. Aprovechando este movimiento, y leyendo los textos en su conjunto, decidimos agrupar los textos creativos de modo que, en la medida de lo posible, pudieran dar cuenta tanto de las dinámicas como de los conceptos que fue construyendo el seminario, agregándoles un texto introductorio que diera cuenta de su unidad —múltiple—. De esta forma, creemos, quien se acerque a esta colección de textos podrá leerla por partes, al azar, en distintas secuencias, o bien de atrás hacia delante, por capítulos, pero, en cualquiera de sus formas, tendrá la posibilidad de encontrar la insistencia y persistencia de los temas, los problemas, las fascinaciones y las aversiones de los acontecimientos escriturales que se suscitaron a lo largo del trabajo; pero, sobre todo, al avanzar —sin importar el orden— será capaz de advertir que la estructura rizomática del texto se corresponde con el ejercicio mismo de la escritura, siempre múltiple, plural, siempre en devenir, siempre otra.4

      Una última consideración que debemos realizar gira en torno a la composición misma de los textos. En lo que corresponde a los textos creativos hemos conservado, en la medida de lo posible, la forma en la que emergieron en el proceso del seminario; ahí mismo fueron comentados, criticados y corregidos, pero hemos intentado no hacer mayores correcciones que las que ahí sucedieron con la intención de mostrar, lo más fielmente posible, el trabajo que realizamos juntos. En lo que corresponde a los textos introductorios hemos procurado dar cuenta en ellos de las reflexiones teóricas, pero, al mismo tiempo, hemos querido mantener un tono ensayístico que no interrumpa el flujo de los textos creativos; por ello, en ocasiones, no nos detenemos en explicaciones minuciosas de ciertos conceptos, y apostamos más bien por un funcionamiento orgánico y aprehensible de los mismos en su interior. Al final, en la bibliografía, consignamos los textos que leímos y que nutrieron nuestro trabajo.

      Como grupo de trabajo, y como resultado de las reflexiones sobre la autoría, habíamos decidido no firmar los textos, no poner nuestro nombre en cada uno de ellos, y asumirnos como una máquina colectiva de escritura, pero al final advertimos que consignar los textos con un nombre —aunque sea frágil, nebuloso o ficcional— le permitirá al lector seguir otras rutas, construir nuevas cartografías, otras vías de comprensión para descifrar cómo en la escritura —pero también en la lectura— se puede devenir otro.

Planos, perspectivas

       Presentación

      CARMEN ROS

      En una de las primeras sesiones de este seminario, atravesado —entre otros—por el concepto de rizoma, después de escuchar la intervención de Bily López así como de apreciar sus dibujos y gráficas en el pizarrón, para hacer más clara una lectura de Deleuze,1 brotó una propuesta: representar, mediante la escritura, un rascacielos, buscando una línea de fuga y, desde luego, una perspectiva que, siguiendo las reflexiones de Genette,2 pide elegir desde dónde ha de mirarse y restringir la información de la que se quiere dar cuenta; es decir, determinar un punto de vista.

      En cuanto a lo último, cabe una observación que Luz Aurora Pimentel sostiene: todo punto de vista está constituido por un conjunto de siete planos: espacio-temporal, cognitivo, afectivo, perceptual, ideológico, ético y estilístico.3 Sí, quien mira y cuenta tiene una relación de tiempo y espacio con el mundo narrado, un modo de conocerlo, establece un vínculo de carácter emocional (desprecio, ternura, ironía, admiración, etcétera), una manera de percibirlo, una actitud ética e ideológica y, por último, también un estilo en cuanto a técnicas de exposición: giros del lenguaje y figuras retóricas.

      ¿Y la línea de fuga? Esta expresión deleuziana me condujo, inevitablemente, a recordar que la escritura literaria vale por cuanto se atreve a fugarse de las convenciones, a salirse, aunque sea así de poquito, por una línea tangencial —o curva— del horizonte de expectativas de quien lee. En palabras de los formalistas rusos, que, no por haber hecho reflexiones hace cien años, éstas han dejado de tener vigencia y herencia: crear formas literarias que desautomaticen lo que la percepción, a fuerza de ver, de costumbre, ha automatizado haciéndolo, de tan familiar, inadvertible.4 En otras palabras, decir, como Rubén Bonifaz Nuño, De otro modo lo mismo. Sí, y otro poco más: desviarse de la norma, en palabras de la escuela estilística.

      Línea de fuga, puerta que se abre para mostrar que la literatura rebasa la experiencia vivida o posible. Gregorio Samsa y Jacques el fatalista han dado evidencias de ello. El ejercicio literario da cuenta del devenir humano y —aquí viene la precisión deleuziana— ese devenir no se ciñe únicamente a alcanzar una forma artística de carácter mimético, sino que se expande hasta dar con una zona de vecindad para iluminar lo indiscernible: aquello que el discurso dominante, en la escritura literaria, haya invisibilizado. Línea de fuga, devenir, conceptos