La Gestión Cultural en la formación integral de la infancia. María Elena Marc

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Название La Gestión Cultural en la formación integral de la infancia
Автор произведения María Elena Marc
Жанр Учебная литература
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Издательство Учебная литература
Год выпуска 0
isbn 9789875431546



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      En una reflexión más profunda, podemos pensar formas de imaginar e innovar, a nivel individual y colectivo, para generar desarrollo social inclusivo; a la vez que se promueve la sostenibilidad medioambiental, la seguridad y se disminuye la violencia.

      En el informe se consideran tres campos en los que el valor de la cultura como motor de desarrollo humano, trasciende el análisis económico de modo significativo.

      1. El primero de estos campos es la expresión cultural individual y colectiva, que dinamiza a individuos y grupos, sobre todo a marginados y oprimidos.

      Se trata de una energía cultural que puede impulsar a la gente a unirse en esfuerzos grupales, estimular su imaginación e impulsar sus aspiraciones para transformar sus vidas, ayudándolos a encontrar una fuerza que no estaban seguros de poseer. Prácticas grupales, como cantar o bailar, aumentan el capital social, creando vínculos más fuertes entre los participantes, elevan la autoestima, mejoran el bienestar físico y mental.

      El análisis de casos, permite pensar que las luchas desarrolladas por el no reconocimiento de la diferencia, son factores de inestabilidad y conflicto que producen el mal uso de los recursos, pero esas diferencias, se ven transformadas en un valor, a partir del cambio de visión de la política implementada.

      Si tenemos en cuenta los flujos migratorios que sufren las ciudades, se puede capitalizar la diversidad como un valor generador de recursos. Las posiciones que adopten las PP y las actitudes del conjunto de la sociedad determinarán si esta diversidad lleva a una creatividad fecunda o por el contrario, a conflictos y tensiones excesivas. Se debe tener en cuenta que la construcción de patrones locales de convivencia, requieren de la formulación de políticas locales autónomas que tengan en consideración la diferencia cultural.

      Una creatividad urbana en la que esté ausente el interés por valores como la cordialidad y la camaradería está condenada a presentar conflictos y al fracaso como grupo. Si tenemos en cuenta, la incorporación de todos los estratos sociales a la vida activa de la ciudad, la expresión cultural es un medio para dar rienda suelta a los poderes creativos de la ciudadanía.

      2. El segundo campo considerado es el patrimonio cultural tangible e intangible.

      El patrimonio construido tangible, fue reconocido por su valor como motor de desarrollo en la década de 1970, cuando el PNUD y el Banco Mundial justificaron inversiones para la preservación histórica. A mediados de la década de 1980 se convirtió en algo habitual hablar de la “industria patrimonial” en relación con la creciente industria del turismo.

      Los monumentos y museos se consideran importantes fuentes de ingresos y constructores de la imagen de una ciudad. La reutilización adaptada de monumentos históricos como edificios públicos, resulta rentable y ayuda a rejuvenecer las partes más antiguas de la ciudad, generando ingresos y empleos, aprovechando los flujos turísticos. Sin embargo, estas posturas suelen apoyar operaciones comerciales que desordenan y confunden los barrios y su patrimonio monumental, expulsando a los más pobres, constituyéndose en una parte oscura y destructiva del patrimonio en lo que respecta a iniciativas de desarrollo; por que promueven operaciones comerciales que degradan las delicadas relaciones entre los niveles económicos, la vida del vecindario y el tejido urbano y monumental. Estas situaciones hacen difícil la posibilidad de generar recursos socio económicos que respeten las estrategias de conservación e inclusión.

      Diferente es la situación del patrimonio construido intangible que proporciona a la gente habilidades, conocimiento y memorias fundamentales para el establecimiento de relaciones sostenibles en el tiempo y el espacio.

      El patrimonio cultural inmaterial (PCI), que definió la Convención de Unesco de 2003, está constituido por “los usos, representaciones, expresiones, conocimientos y técnicas sumado a los instrumentos, objetos, artefactos y espacios culturales que corresponden a las comunidades y los grupos…, que los individuos reconocen como parte integrante de su patrimonio cultural.” Su impacto en el desarrollo humano, en la sensibilización de la comunidad y la afirmación de la identidad, es semejante al de la expresión cultural y aporta muchos de los mismos beneficios; pero debemos agregarle un valioso aporte para la “economía verde”, pues posibilita la sostenibilidad medioambiental a través del uso reducido de recursos como bosques, minerales o combustibles fósiles.

      3. El tercero de los campos es la planificación urbana y la arquitectura.

      El paisaje urbano como conjunto es un rasgo característico de toda ciudad y representa un valor que debe ser entendido, preservado y mejorado a través de políticas atentas a la necesidad y la participación de los ciudadanos que lo habitan.

      El tejido histórico de la ciudad y el desarrollo interactúan y se refuerzan mutuamente. La conservación del entorno construido, tiene tres significados destacables:

      1 La preservación de la memoria.

      2 La conservación de logros artísticos y arquitectónicos.

      3 La valoración de lugares cargados de significado con un sentido colectivo.

      La imaginación y la planificación urbana son soportes que mantienen vivos el sentido de pertenencia e identidad de la ciudad. Son herramientas que ayudan a responder a las preguntas ¿quiénes somos? y ¿a dónde queremos ir? De ahí la importancia de la arquitectura y la planificación urbana en el desarrollo humano.

      El entorno construido impacta en las oportunidades que tienen las industrias culturales y creativas para florecer. Pero las nociones de identidad cultural y sentido de pertenencia no están presentes en la misma dimensión, por eso pensamos que los nuevos paradigmas urbanos deben incluir: memoria ciudadana, historias orales e imágenes como formas de reconocer el papel de la cultura en la vida diaria.

      El primer informe del Foro Urbano Mundial de 2010, cuyo tema era “El derecho a la ciudad: uniendo el urbano dividido” Habla sobre el origen de la fuerza de las comunidades urbanas, dice que surge de las percepciones de sus habitantes expresadas por la comunidad que vive, trabaja y hace vida social en el lugar. Son las comunidades locales las que hacen los lugares. Teniendo en cuenta los principios de urbanismo inteligente que promueve la cultura como motor de desarrollo (equilibrio con la naturaleza, con la tradición y tecnología adecuada a la convivencia). El informe sostiene que la cultura es el pilar central, alrededor de él se levantan los otros tres: el económico, el social y el medioambiental.

Gráfico. En el centro se lee la palabra 'Cultura', y salen tres flechas. A la izquierda una que dice Economía, a la derecha una que dice Social y abajo una que dice Medioambiental.

      Desde esta perspectiva, la unidad social clave en la que el cambio transformativo tiene lugar, es una comunidad culturalmente definida, con sus raíces en las instituciones y los valores específicos de su cultura, que confía en sus propias fuerzas y recursos. Esta es la visión al decir: la cultura es eje central del desarrollo.

      Este plan es el producto del esfuerzo de una Guatemala pluricultural y de una GC que elaboró esta propuesta conceptual y metodológica, apoyando un desarrollo verdaderamente humano, incluyente e intercultural, que tiende a una mejor calidad de vida. Inspirado en la sabiduría de sus pueblos enfrentan el futuro, seguros que la diversidad cultural es su capital, frente a las tendencias de