Название | Formación en Psicología |
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Автор произведения | César Augusto Sierra Varón |
Жанр | Документальная литература |
Серия | |
Издательство | Документальная литература |
Год выпуска | 0 |
isbn | 9789587206838 |
Llama la atención que la discusión permanente, rasgo característico de la psicología como profesión, se marcaba de manera profunda durante estos años, puesto que a las exigencias académicas convencionales que como estudiantes debían sortear, se sumaban las invitaciones a la afiliación de métodos y conceptos específicos. Si bien el ICFES consideraba fundamental implementar una formación profesional que incluyera todas las ramas de la psicología, los estudiantes juzgaron pertinente entablar discusiones frente a la validez metodológica, teórica y aplicativa de las diversas propuestas de la profesión. Y no eran espectadores, sino protagonistas, con la responsabilidad de elegir y sustentar su elección.
En el caso de la Universidad de Antioquia, las experiencias de quienes fueron pioneros como estudiantes no distan significativamente de lo que percibían sus futuros colegas formados en la Universidad de San Buenaventura. La discusión epistemológica –producto de las diferencias metodológicas y conceptuales de la profesión–, la inexistencia de certezas sobre los campos de acción y los constantes cambios en las formas de enseñar y evaluar llenaban de dudas a quienes habían apostado por esta profesión y terminaron interesándose más por cursos generales de la universidad.
El caso de un estudiante –que fue representante de sus compañeros ante las directivas universitarias durante casi toda su carrera y participó de los momentos decisivos en los cuales se tomaron decisiones drásticas por la presión ejercida por los entes gubernamentales– es ilustrativo de cuan activos eran los estudiantes y que conocían de primera mano las presiones y obstáculos a los que se enfrentaba su formación. Indica que para ellos eran confusos los cambios de directrices durante la carrera, pues llegaban a percibir que aquello ofertado al momento del ingreso iba siendo reemplazado paulatinamente por aspectos que incluso criticaban de la disciplina psicológica en el ámbito internacional (Ortega, comunicación personal, febrero de 2016).
Para este estudiante, quizá el aspecto más problemático y retador durante sus estudios fueron las exigencias por parte del ICFES al funcionamiento del programa, especialmente después de la formulación del Decreto 80 de 1980, cuando la universidad decide implementar prácticas profesionales para el programa, y ellos como estudiantes cuestionan las funciones a realizar y los escenarios (Ortega, comunicación personal, febrero de 2016).
Al igual que acontecía en la Universidad de San Buenaventura, la discusión interna entre corrientes psicológicas era una constante en la Universidad de Antioquia. Si bien desde su fundamentación buscó diferenciarse de la psicología establecida en el país y adoptar una formación más vinculada al campo investigativo con sustentos psicoanalíticos, el establecimiento y la demanda estudiantil pretendieron adoptar aspectos psicológicos convencionales, que era lo esperado en el medio, tanto por la regulación estatal como por las necesidades sociales. Algunos de sus estudiantes creen que fueron formados de manera permanente en la discusión entre psicología y psicoanálisis (Ortega, comunicación personal, febrero de 2016).
Las experiencias de los estudiantes de ambas universidades dan cuenta de que los retos institucionales no eran meramente diligencias ante estatutos nacionales, sino que la formación profesional necesitaba elaborar un camino, que, si bien contaba con un terreno abonado, buscaba el reconocimiento y establecimiento a partir de todos sus estamentos. Que los estudiantes hayan sido protagonistas activos es muestra de que no recibieron un estudio ya validado, sino que debieron formar parte de una construcción.
Sin lugar a dudas, el papel activo del estudiantado es una característica destacada del proceso de implementación de la formación profesional. Esta implicación activa de los estudiantes es un reflejo de la situación que vivía el escenario intelectual de la época y es probable que sea uno de los elementos que permitieron una validez de la disciplina en el escenario local. Esta posición activa respondió también a una necesidad que evidenciaban los primeros candidatos al título de psicólogos en la ciudad, pues sentían la responsabilidad de asumir un papel protagónico en la construcción del programa que habían elegido como profesión, debido a los cambios permanentes en las disposiciones de las universidades y la forma como estas respondían al interés formativo.
Las contingencias al inicio de la formación profesional
Cuando se evidencia que la formación profesional de la psicología en la ciudad de Medellín cuenta con reconocimiento y numerosas ofertas académicas, eventos y publicaciones, podría considerarse que el proceso ha sido exitoso y ha recolectado unos frutos cosechados. Si bien lo anterior es una perspectiva adecuada, no puede asumirse que desde un inicio la formación profesional en la ciudad haya estado destinada al éxito. Quienes vivenciaron de cerca el proceso podrían dar fe de las implicaciones y de que la situación que se vive hoy fue gracias a los esfuerzos y las luchas.
Para 1972 y 1975, fechas en las que aparecen las dos primeras apuestas de formación profesional, la ciudad vivía un auge modernizador de la universidad y un escenario social que mutaba a condiciones de vida más urbana. Las instituciones de educación superior empezaban a despuntar como centros de formación de una nueva clase y, de esta forma, cumplían un papel social de divulgación del conocimiento y capacitación de profesionales competentes para vincularse con las actividades que demandaba la sociedad. Por su parte, la cotidianidad social cambiaba en la ciudad de Medellín desde lo urbanístico y la distribución de las zonas urbanas; las desigualdades sociales empezaban a marcarse de manera evidente, y la vocación económica tradicional daba un giro.
Estas dos realidades –una de mayor impacto intelectual y otra más relacionada con la sociedad en general– fueron retos para la apuesta por el establecimiento de la formación profesional en psicología. La infraestructura y oferta universitaria se amplió y recogió esfuerzos nacionales e internacionales para una mayor cobertura, y todo aquel programa que quisiera funcionar debía cumplir unos estándares específicos y apuntar a la vinculación entre las disciplinas y la actividad cotidiana de las ciudades. De igual manera, las profesiones encontraron nuevos retos y exigencias, resultado de las condiciones cambiantes de la vida de las personas, y las nuevas preocupaciones que solicitaban explicación e intervención marcaron la discusión de la disciplina.
Aun cuando la situación para la época implicaba retos, es innegable que existía una favorabilidad para el surgimiento de la formación profesional en diversas áreas. Esta favorabilidad era aún más notoria para las ciencias sociales y humanas, y como se ha visto en la expresión de algunos autores, la psicología ocupaba allí un lugar preponderante. Esta contingencia de la situación de la universidad en la sociedad es, sin lugar a dudas, uno de los aspectos más relevantes del inicio de la formación profesional, porque a la par que conllevó retos, fue el escenario que potenció su aparición.
Cuando las universidades deciden postular programas profesionales de psicología se enfrentan a retos que no pueden ser solucionados de manera tajante a la primera ocasión, sino que implican un esfuerzo permanente de todos sus estamentos. Esta es la realidad que acontece con las dos instituciones que en ese entonces apostaban por formar psicólogos en la ciudad: la Universidad de San Buenaventura y la Universidad de Antioquia. Ambas encontraron que las regulaciones nacionales tenían unas altas exigencias que ameritaban amplios esfuerzos para su cumplimiento, y también que de manera interna sería complejo acordar los aspectos más relevantes de la naciente formación.
La entidad nacional encargada de la regulación de la educación superior, el ICFES, ejerció un papel preponderante con los dos programas profesionales pioneros en la ciudad. En sus múltiples visitas y los informes derivados de estas se solicitaron diversos aspectos, tanto logísticos como formativos, a ambos programas. Así, a la Universidad de San Buenaventura se le recomendó implementar espacios como laboratorios de psicometría y