Esquematismo. Joan Costa

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Название Esquematismo
Автор произведения Joan Costa
Жанр Документальная литература
Серия Colección Joan Costa / Experimenta
Издательство Документальная литература
Год выпуска 0
isbn 9788418049231



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una figura y su fondo. Hoy está comúnmente aceptado en física que, en un campo integrado -como el campo electromagnético o el entorno de un cuerpo cargado eléctricamente-, un cambio que se produzca en cualquier punto de ese campo produce una redistribución de la energía y establece un nuevo equilibrio en todas las partes. Esto implica no sólo la correspondencia entre las partes y el todo, sino su interdependencia intrínseca. Al mismo tiempo pone de manifiesto -contra la idea atomista- la presencia de una estructura de relaciones entre las partes y entre éstas y el todo, y de unas leyes de estructura que no son en absoluto debidas al azar.

      La escuela de la Gestalt reflejaba, al tiempo que lo amplificaba, el cambio del pensamiento científico entero. Hasta entonces, la ciencia había utilizado esquemas físicos estables e interpretaba una estructura, la que fuere, biológica, mecánica, social o simbólica, exclusivamente como la suma de sus componentes elementales. La Gestalttheorie opuso a esta creencia el viejo axioma: el todo es más que la suma de sus partes. El todo es más, porque en él, cada parte no tiene sentido en sí misma, sino que lo adquiere con la colaboración entre las demás. El todo es más y por eso mismo también es diferente de las partes aisladas, separadas entre sí que lo componen (una bicicleta no es un montón de piezas, sino que se convierte en un todo funcional dotado de sentido y de utilidad por el ensamblaje de las piezas; es la estructura de este ensamblaje lo que “hace” la bicicleta y sus funciones). El todo no es el efecto de una “suma” donde cada sumando permanece independiente, sino de una dinámica sinérgica, lo cual nos lleva a la idea de interacción, de interactividad, de feedback y de retrointeracciones, que es la esencia de la comunicación y la definición misma del paradigma sistémico -que tendremos que introducir necesariamente más adelante.

      La idea de Forma, desbordando el análisis estricto de las partes, había sido puesta claramente en evidencia por von Ehrenfels cuando hizo observar que, transponiendo una melodía al piano a la octava superior, ninguno de los elementos había cambiado, y la melodía persistía sin embargo en todas sus características reconocibles: lo esencial subsiste, aunque no quede nada de sus elementos. Lo que permanece es, en efecto, común a un gran número de diferentes realizaciones posibles, y es la propiedad de isomorfismo (la forma idéntica a sí misma) que supone que cualesquiera que sean las modificaciones de la imagen conducen a un patrón o un esquema mental idéntico que se encuentra memorizado y que redescubrimos en esta experiencia particular. Es la base de las actuales máquinas de reconocer formas.

      Una forma se opone al fondo: un cuadrado negro sobre un fondo blanco da idea de ello. La forma se disuelve difícilmente en relación con su fondo, sólo cuando éste se oscurece progresivamente. Y sabemos por los artistas del arte óptico, que la percepción de la forma existe aunque ésta sea muy poco contrastada sobre el fondo.

      La noción de forma está ligada a la idea de contorno y de pertenencia a ese contorno. La idea de contorno cerrado, que descompone el mundo en dos partes -el dentro y el fuera- es esencial para la mente, que de este modo recorta en el mundo la forma y la aísla, concentra en ella su atención y desvaloriza provisionalmente todo el resto. Nuestro mundo de percepción es tal que preferimos descomponer así el entorno en formas distintas, y dejar la corrección de estas formas para un estadio ulterior de la observación, y decimos que están mal hechas, mal “cerradas”, etc., antes que aprehender de una vez la complejidad de lo real. Una forma imperfectamente cerrada lleva espontáneamente al observador a la actitud perceptiva de cerrarla, es decir, de completarla mentalmente como si ella estuviera cerrada.

      Una forma resiste a las perturbaciones. Si proyectamos sobre ella elementos desordenados o formas superpuestas (ruidos visuales), en nuestra percepción la forma resiste a esta destrucción: cuanta más fuerza tiene, más diremos que una forma es pregnante. La pregnancia es la potencia que posee una forma para imponerse en la mente del observador, impregnándola.

      La pregnancia es, pues, una medida de la fuerza de la forma, de la potencia con la cual ésta se impone a la atención del individuo, y han sido muy numerosas y convincentes las experiencias que se han llevado a cabo en este sentido. La teoría de la información muestra que la pregnancia está ligada al grado de orden que existe estadísticamente en todo el conjunto de relaciones entre los elementos de un mensaje visual o de una Gestalt.

      Finalmente, una forma es jerarquizada. Cuando percibimos un mensaje, el orden con el cual examinamos las diversas partes -bien puesto en evidencia por los trayectos del ojo registrados por el taquistoscopio o el eyetrack- es siempre sensiblemente idéntico. Hay una constancia en el proceso de exploración visual, en la misma manera en que una forma es percibida. Percibir una forma es diferenciar lo esencial de lo accesorio, es ordenar de lo más a lo menos importante, es captar la estructura y, con ella, el significado.

      En este sentido, el estudio de las formas ambiguas, o de las imágenes ambivalentes que pueden ser interpretadas alternativamente de dos maneras diferentes, muestra cómo el cerebro que debe escoger deduce dos organizaciones igualmente posibles. Ello ilustra nítidamente esta noción de jerarquización, que cambia según la elección que hace el individuo de una u otra “forma”.

      El concepto de Gestalt, o de Forma, puede ser considerado como una de las claves de la psicología de la aprehensión del mundo exterior. La teoría de las comunicaciones interhumanas reposa en la interpretación de las formas (del lenguaje, de los gestos, de las figuras, etc.). Los términos de inteligibilidad (leer entre líneas, penetración del conocimiento) o de comprehensión (comprender y aprehender al mismo tiempo), corresponden precisamente a la aptitud de la mente por proyectar formas sobre el mensaje que ha sido propuesto a la visión -lo que es función de nuestros esquemas mentales-.

      La teoría psicológica de la percepción ha tenido el doble mérito de, por una parte, superar los estudios de la visión que se basaron, hasta el Renacimiento, en la Óptica, y vincula la visión al individuo como un sistema psicosensorial global. Por otra parte, remite toda clase de organización visual al órgano que la recibe: el ojo. Lo cual define una “acomodación” del ojo al mundo exterior y, recíprocamente, de éste al ojo. Visualidad.

      Hablar de visualidad implica, como es sabido, el cerebro óptico. Una estructura más amplia que comprende el globo ocular y la zona de la corteza cerebral de la que depende la visión, denominada “sistema retinex” (de retina y córtex).

      La psicología de la visión sobrepasa la percepción artística, las imágenes, y coloca “todo lo que se ve” en relación con el ojo. Todo lo que es visible es competencia ocular: todas las miradas están sometidas a las reglas de la visualidad. Se define así un ángulo desde el cual cualquier estructura visual puede ser juzgada. La consecuencia es evidente: se extiende a todas las cosas del mundo, sean de la índole que sean, ya que poseen un carácter de elementos visivos por el simple hecho de “estar ahí”. Toda cosa, además de las otras funciones que pueda cumplir, es contemplada, vista por los hombres.

      El concepto de Comunicación Visual se inspira en el principio de Visualidad. Y este principio está en la base misma de la Visualización.

      1. Juan Cuatrecasas, El hombre, animal óptico.

      2. Rochon-Duvigneaud, Les Yeux et la Vision des Vertebrés.

      3. Lucien Gerardin, La bionique.

      4. Rudolf Arnheim, Visual Thinking (1969).

      5. Esto fue demostrado con las primeras fotografías del planeta Marte en blanco y negro, que el Spirit envió a la Nasa, donde todo el equipo de científicos, que celebraba el hecho con entusiasmo, quedaba a la espera de las próximas fotos, que serían en color y con las cuales obtendrían una mayor cantidad de información sobre el planeta rojo.

      6. Joan Costa, Diseñar para los ojos (2019).