Sermones temáticos sobre Isaías 53. John MacArthur

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Название Sermones temáticos sobre Isaías 53
Автор произведения John MacArthur
Жанр Документальная литература
Серия
Издательство Документальная литература
Год выпуска 0
isbn 9788417620356



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      La segunda sección habla de la salvación del pecado y la sección tres, los últimos 9 capítulos, salvación de la tierra maldecida. Entonces, la primera tiene que ver con la liberación de Israel de Babilonia, la del medio —como dije antes—, tiene que ver con la liberación de los pecadores del pecado y la tercera de la liberación de la tierra de la maldición, el Reino Glorioso Venidero del Mesías. Entonces, estamos en la del medio. La sección de en medio que va del 49 al 57. Y esta de en medio trata con el asunto del perdón de pecados y hace la pregunta acerca de la salvación del pecado. No liberación temporal de Babilonia, y no el Reino Escatológico que está por venir en el futuro, sino liberación del pecado.

      Ahora, eso presenta una pregunta muy importante, no pierda esto de vista, esto vale la pena esperarlo. ¿Por qué Dios necesita salvar a su pueblo de sus pecados? Esto es enorme. Y este era el problema con los judíos. Ellos no estaban convencidos de que necesitaban a un Salvador. Ellos pensaban que únicamente necesitaban un Rey Justo. Ellos pensaban que, debido a su descendencia abrahámica, debido a los pactos y las promesas y todo eso, que estaban en el lugar de bendición, debido a su bondad y su religiosidad, debido a sus esfuerzos en sus actividades religiosas, ceremonias, rituales, intentos por obedecer la Ley de Dios, se habían ganado su favor con Dios y entonces lo tenían por raza y lo tenían por mérito. Entonces este mensaje acerca de un Salvador que nos va a librar de nuestros pecados para que podamos escapar del infierno eterno y entrar al cielo eterno, este es un lenguaje extranjero para ellos, no debió haberlo sido.

      Mensaje de salvación al pueblo judío

      Regrese al primer capítulo de Isaías. Isaías está tratando de comunicarles el mensaje a ellos. Capítulo 1 versículo 4: “¡Oh, gente pecadora, pueblo cargado de maldad, generación de malignos, hijos depravados! Dejaron a Jehová, provocaron a ira al Santo de Israel, se volvieron atrás. ¿Por qué querréis ser castigados aún? Todavía os rebelaréis, toda cabeza está enferma y todo corazón doliente o débil”. Como Jeremías 17: “Engañoso es el corazón más que todas las cosas y perverso. Desde la planta del pie hasta la cabeza no hay en él cosas sanas sino herida, hinchazón y podrida llaga, no están curadas ni vendadas ni suavizadas con aceite. Vuestra tierra está destruida, vuestras ciudades puestas a fuego, vuestra tierra delante de vosotros comida por extranjeros y asolada como asolamiento de extraños”.

      Él habla de desolación: “Príncipes de Sodoma”, versículo 10, “oíd la palabra de Jehová; escuchad la ley de nuestro Dios, pueblo de Gomorra. ¿Para qué me sirve, dice Jehová, la multitud de vuestros sacrificios?”. Su religión falsa dice el Señor: “Hastiado estoy de holocaustos de carneros y de sebo de animales gordos; no quiero sangre de bueyes ni de ovejas ni de machos cabríos. ¿Quién demanda esto de vuestras manos, cuando venís a presentaros delante de mí para hollar mis atrios? No me traigáis más vana ofrenda, el incienso me es abominación; luna nueva y día de reposo, el convocar asambleas”, las cuales por cierto Dios ordenó, “no lo puedo sufrir; son iniquidad vuestras fiestas solemnes. Vuestras lunas nuevas y vuestras fiestas solemnes las tiene aborrecidas mi alma; me son gravosas; cansado estoy de soportarlas. Cuando extendáis vuestras manos, yo esconderé de vosotros mis ojos; asimismo cuando multipliquéis la oración, yo no oiré; llenas están de sangre vuestras manos. Lavaos y limpiaos; quitad la iniquidad de vuestras obras de delante de mis ojos; dejad de hacer lo malo; aprended a hacer el bien; buscad el juicio, destituir al agraviado, haced justicia al huérfano, amparad a la viuda. Venid luego, dice Jehová, y estemos a cuenta: si vuestros pecados fueran como la grana, como la nieve serán emblanquecidos; si fueran rojos como el carmesí, vendrán a ser como blanca lana”.

      Necesitaban salvación. Necesitaban desesperadamente salvación. Eran un pueblo impío, y como dije, aquí en este punto del reinado de Manasés, los peores de ellos estaban conduciéndose como cananeos. Necesitaban desesperadamente salvación y redención. Entonces es cuando usted llega a los cánticos del Siervo de Isaías capítulo 42: “Las promesas de que Él va a traer salvación”. Capítulo 42 versículos 5 y 6: “Así dice Jehová Dios, Creador de los cielos y el que los despliega, el que extiende la tierra y sus productos; el que da aliento al pueblo que mora sobre ella, y espíritu a los que por ella andan: Yo Jehová te he llamado en justiciar, y te sostendré por la mano; te guardaré y te pondré por pacto al pueblo, por luz de las naciones”.

      Él está hablando al Siervo, Él está hablando al Mesías. “Yo te pondré por pacto al pueblo, yo te voy hacer luz a las naciones, voy a hacer que tú abras los ojos de los hijos para que saques de la cárcel a los presos”. “Cantad”, versículo 10, “a Jehová un nuevo cántico, su alabanza desde el fin de la tierra”, el Señor va a traer salvación a su pueblo. Capítulo 43 versículo 1: “Ahora, así dice Jehová, Creador tuyo, oh Jacob, y formador tuyo, oh Israel: No temas porque yo te redimí; te puse nombre, mío eres tú. Cuando pases por las aguas, yo estaré contigo; y si por los ríos no te anegarán. Cuando pases por el fuego, no te quemarás ni la llama arderá en ti. Porque yo Jehová, Dios tuyo, el Santo de Israel”, ¿cuál es la siguiente frase? “Soy tu”, ¿qué?, “tu Salvador”, Yo soy tu Salvador. Yo soy tu Salvador. Versículo 11: “Yo, yo Jehová, y fuera de mí no hay quien salve. Yo anuncié, y salvé”, dice Jehová. Versículo 14, “Redentor vuestro, el Santo de Israel”. Voy a ser tu Salvador, voy a ser tu Redentor y esa es la razón por la que esta sección comienza: “Consolaos”, capítulo 40, “Consolaos, consolaos, pueblo mío, dice vuestro Dios. Hablad al corazón de Jerusalén; decidle a voces que su tiempo es ya cumplido, que su pecado es perdonado; que doble ha recibido de la mano de Jehová por todos sus pecados”. La salvación está por venir, necesitaban salvación, sí.

      El diagnóstico que es dado en el capítulo 1 es reiterado en breve en el capítulo 6, cuando Isaías tiene una visión de Dios, y él dice: “Soy un hombre de labios inmundos y moro en medio de un pueblo de labios inmundos”. Isaías entendió la necesidad de salvación, la necesidad de limpieza. Entonces, la sección del centro de mesa de estos tres nueves, la primera tiene que ver con salvación de Babilonia, la última con salvación escatológica en el Reino, la del medio salvación del pecado para pueblo de Dios, judío y gentil, y va a venir mediante el Siervo, quien será el Salvador enviado de Dios. Entonces, la sección del medio, capítulo 49 al 57, los capítulos de en medio son el 52 y el 53 y el versículo de en medio del 53 es el versículo 5: “Más él herido por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados”.

      La sección de en medio, capítulos de en medio, la mitad del capítulo, el versículo de en medio. Todo se enfoca en la perforación o el traspaso sustitutivo del Siervo de Jehová, por nosotros. ¿Cuál será el medio que Dios usará para salvar a su pueblo? ¿Cuál será el medio que Él usará para perdonar sus pecados por la muerte vicaria sustitutiva de su Siervo, su Esclavo, el Mesías, el Rey Justo? Él cumplirá esta profecía.

      Interpretación judía de la profecía mesiánica

      Este texto, queridos amigos, apunta al Señor Jesucristo. Es tan claro, que es inequívoco. Ahora, permítame darle algo de historia. Los judíos antiguos interpretaron esta profecía originalmente como mesiánica, muy bien. En toda la literatura judía antigua, este capítulo 53, esta área entera, esta sección entera, la sección de en medio, de los últimos 27, todo era mesiánico. Todo era mesiánico, aunque no estaban claros de cómo el Mesías sufriría. Cuando llegaron al capítulo 53 los rabinos escribieron esto: “Que Él será compasivo, que Él en compasión sentirá nuestro dolor”. Y hasta ahí llegaron. Ellos entendieron que Él sería un Mesías compasivo, que Él sería un Rey Justo. Dicho de otra manera, que se sintió tan mal porque un pueblo noble había sufrido tanto que Él sintió el dolor de ellos.

      Ellos no vieron muerte sustitutiva mesiánica a pesar del hecho de que diariamente en su historia estaban muriendo animales, retratando la muerte sustitutiva. Lo único que vieron en sus escritos fue: compasión, empatía. Esta perspectiva mesiánica de esta sección, por cierto, se aparece en la liturgia judía para el día de la expiación. Esta es una cita de lo que ellos decían: “Horror nos ha cautivado no tenemos a nadie que nos libere. Él ha llevado el yugo de nuestras iniquidades y nuestras transgresiones. Es herido debido a nuestra transgresión, Él lleva