Encuentro con las élites del Mediterráneo antiguo. Julián Gallego

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Название Encuentro con las élites del Mediterráneo antiguo
Автор произведения Julián Gallego
Жанр Документальная литература
Серия Estudios del Mediterráneo Antiguo / PEFSCEA
Издательство Документальная литература
Год выпуска 0
isbn 9788418095917



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un “aura” cultual-ritual. Sin embargo, debemos preguntarnos: ¿cuál es la naturaleza precisa de esa aura que permanece después de la cesación del ritual?; ¿cómo mutaron los rituales en guerras reales?

      De manera similar, Thomas Kelly ha argumentado que la enemistad arcaica entre Esparta y Argos nunca existió. El único objeto de disputa entre Argos y Esparta atestiguado tanto en las fuentes clásicas como en las anteriores es el territorio de la Tireátide/Cinuria. Sin embargo, Kelly (1970: 980-981) ha señalado que un requisito previo para el interés estratégico de Esparta en ese territorio era el dominio espartano sobre Tegea, que controlaba el único acceso posible a la Cinuria. No está claro, por lo tanto, por qué Esparta habría estado dispuesta a luchar por esa llanura aislada, situada en un terreno extremadamente montañoso, antes de mediados del siglo VI, cuando estableció su hegemonía sobre Tegea. A partir de entonces, tenemos un registro claro de hostilidades entre Argos y Esparta.

      Mitos y rituales bélicos entre ciudades vecinas

      Entonces, ¿tuvieron lugar los enfrentamientos por la Tireátide y la llanura lelantina antes de mediados del siglo VI a.C.? Al mismo tiempo, tenemos la imagen de una Guerra Lelantina global, de alto perfil, transmitida por Tucídides (1.15.3), quien afirma que “en aquella guerra entre los calcídicos y eretrios, el resto de los griegos también se dividieron en alianzas con uno u otro bando” (ἐς τὸν πάλαι ποτὲ γενόμενον πόλεμον Χαλκιδέων καὶ Ἐρετριῶν καὶ τὸ ἄλλο Ἑλληνικὸν ἐς ξυμμαχίαν ἑκατέρων διέστη). En consecuencia, considero que si bien podemos dudar sobre si la guerra realmente tuvo lugar, es justo derivar de la referencia de Tucídides al “resto de los griegos” (τὸ ἄλλο Ἑλληνικὸν) que se creía que la Guerra Lelantina había involucrado a todo el mundo griego. En otras palabras, que era una tradición panhelénica. Y, si pensamos en la Guerra Lelantina como un mito panhelénico, las referencias a esa guerra en la poesía panhelénica de Hesíodo, Arquíloco y Teognis pueden ser tomadas como indicadores adicionales de la importancia política y cultural de esa guerra.

      Cuando intenté reconstruir los mitos relacionados con la lucha por la llanura lelantina, quedó claro que la referencia a los Curetes luchando reiteradamente por la llanura es parte de una estructura mítica más extensa. La versión local euboica de la genealogía de los Curetes los hacía hijos de la ninfa Calcis, y los retrataba (a ellos o a su madre) como los inventores de la armadura de bronce.

      De manera que el mito contempla a los Curetes, primeros humanos en Eubea, cobrando vida, cubriéndose de bronce y luchando continuamente por la llanura lelantina. En mi reconstrucción, se trata de una lucha intestina, que tiene lugar entre los Curetes y resulta en la aniquilación de la antigua ciudad de Calcis-Eubea, a la que se imaginaba situada en la llanura lelantina (Bershadsky, 2013: 80-93; 2018a).

      En el caso de la confrontación argivo-espartana por la Tireátide es posible un análisis similar, aunque existen diferencias entre los dos casos. La guerra por la Tireátide no parece ser un fenómeno panhelénico. Sin embargo, es posible distinguir, de manera similar, elementos del mito, el ritual y la historia en nuestra fuente más antigua, la descripción de Heródoto de la Batalla de Campeones.

      Participantes aristocráticos de los combates rituales

      Es de gran importancia el hecho de que los participantes en los enfrentamientos rituales parecen ser de la aristocracia (cf. Howe, 2008: 81): pertenecen a la clase social de los caballeros (hippeîs). Los hippeîs eretrios y los hippobótai calcídicos son explícitamente señalados como participantes clave en la Guerra Lelantina. Sabemos por numerosos pasajes de Aristóteles que la Eretria arcaica era gobernada por los hippeîs (Aristóteles, Política, 1306a; [Aristóteles], Constitución de los atenienses, 15.2) y Calcis por los hippobótai (Heródoto, 5.77.2-3; Aristóteles, fr. 603 Rose, ap. Estrabón, 10.1.8), y que ambas clases superiores criadoras de caballos estaban en guerra entre sí (Aristóteles, Política, 1289b). Infiero que los enfrentamientos por la llanura lelantina funcionaron como ritos de pasaje a la adultez para los jóvenes hippeîs e hippobótai que participaban en ellos (Bershadsky, 2013: 137-139; 2018a).

      La situación con Esparta y Argos es menos sencilla. Sin embargo, es probable que en las primeras etapas de las batallas rituales argivo-espartanas por la Tireátide los participantes también pertenecieran a la clase social de los caballeros. La clave está en la institución espartana de los hippeîs.

      Las fuentes antiguas describen a los hippeîs espartanos como un cuerpo de trescientos hoplitas selectos. En el período clásico, los hippeîs luchaban cerca del rey y tenían la tarea de protegerlo. También servían como “fuerza de emergencia” en casos de peligro interno o externo (Figueira, 2006: 58-60; asimismo, Detienne, 1968: 135).

      Eran escogidos, mediante una competencia, del cuerpo de los hebôntes (Jenofonte,