Название | Miradas Cruzadas 2-3 |
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Автор произведения | Jorge Martin |
Жанр | Философия |
Серия | |
Издательство | Философия |
Год выпуска | 0 |
isbn | 9789978775356 |
El segundo trabajo de D. Schutijser es una suerte de desarrollo de algunos temas que están planteados en su primera entrega. Estos temas convergen en el campo de la ética nietzscheana, resumida en la pregunta fundamental, “¿cómo vivir?”. El recorrido por las respuestas, tiene como interlocutor a Kant, sus principios morales, las consecuencias de ellos y las posturas que generaron en el campo de la ética. Frente a cada momento, los textos de Nietzsche se suman para formular “un giro” en las concepciones éticas de la metafísica tradicional; sin embargo, dice Schutijser, “Aunque por un lado, con Humano, demasiado humano, Nietzsche da un giro radical a su propia existencia y, tal como nos dirá más tarde, rechaza todo lo que le es extraño, la obra termina con el anclaje de la existencia personal en una pluralidad versátil.” De todos modos, aquello frente a lo que no claudica, es el “espíritu libre”, carácter propio de su filosofía.
La tercera parte suma, desde la filosofía francesa del siglo pasado, tres propuestas; la de Jorge Luis Martin elabora, lo que en sus términos es “un híbrido Hume-Deleuze”; desde allí, propone la “crítica a la conciencia originaria” y, después, la definición de las condiciones “que hacen posible la constitución de la subjetividad”. El aporte fundamental a la temática de la investigación sobre el sujeto, se centra en el cuidadoso ensayo de Martin, a partir del trabajo sobre la experiencia deleuziana con los conceptos del empirismo; el objetivo será, “determinar ni capta o no el verdadero sentido de la filosofía del empirista escocés.”
Desde Badiou y Sartre, Vinolo entra en el ámbito de las propuestas postmetafísicas; el relevo del sujeto constituido en ellas, para dar lugar al sujeto de lo amoroso, supone la diseminación derrideana y la diferencia y repetición de Deleuze; el efecto de una y otra, surgen de “la oposición a la centralidad sartreana del Sujeto.” La entrada de Badiou en la temática, enlaza la condición del amor que se establece tanto en su perspectiva, como en la de Sartre. Este lazo se tensa cuando Badiou determina los peligros que rondan al amor y que lo convierten bien, en un contrato, bien en la fusión; “el Sujeto sartreano, dice Vinolo, en sus relaciones amorosas, permanece prisionero de las dos concepciones del amor”, de allí que naufrague en el solipsismo y no abra el espacio de la alteridad.
Del sujeto del conocimiento, al sujeto amoroso de la postmetafísica, se figura la necesidad de hablar sobre el sujeto político; en este sentido, la tesis de la espectralidad de Marx, elaborada por Derrida, me permite actualizar la lectura de los Manuscritos de 1844 y del Manifiesto. La intención se define en el análisis de categorías tales como “comunismo” y “alienación”, sus implicaciones históricas y la posibilidad de tasar su peso en la contemporánea necesidad de proponer relaciones políticas y económicas distintas a las del capitalismo. De suyo, la interpelación al sujeto de la metafísica tradicional, pone en juego su condición más íntima; en este marco, la escritura termina en una suerte de espera activa junto a los espectros que no cesan de aparecer y, de una u otra forma, consolidarse.
La parte final de la publicación es el resultado de la invitación a Federico Mitidieri y Luz Roa. Ellos traen, no solo una mirada, sino el recorrido por los territorios de la Sociología y la Filosofía, en busca de las historias de aquellos cuya definición es “ser tarefero, es decir, ser cosechero de yerba mate”. Roa y Mitidieri asumen la búsqueda a partir del filósofo argentino Rodolfo Kush, en quien confluyen las propuestas centrales de la Teoría crítica y la visión “americanicista” de la fenomenología del “ser tarefero”. Un encuentro entre el trabajo etnográfico y el filosófico, dan cuenta de las vivencias de sujetos concretos en sus labores cotidianas, a la vez que muestra la tensión entre teoría y praxis, tensión que permite renovar la búsqueda de mejores condiciones para dichos sujetos.
Ruth Ruiz cierra este libro, proponiendo un sujeto constituido en “lo imaginal”, donde el espacio y el tiempo no se traducen dentro de los límites de lo inteligible, sino que hallan sentido “a través de su dimensión cualitativa sobre la que se configura el mundo de los símbolos, determinaciones espacio temporales que están presentes ejemplarmente en el mundo onírico, en la ensoñación y en los mitos.” El análisis emprendido por Corbin, de una dimensión distinta a la que la filosofía tradicional ha supuesto, permite elaborar una comprensión del sujeto que se lanza en una deriva caracterizada por la reinvención permanente y el cambio ontológico.
La invitación a leer cada uno de estos trabajos, no tiene otra intención que abrir la discusión, para continuar recorriendo, con la mirada, los caminos de cada uno de nosotros; podría decirse que, será, en palabras de Aristóteles, una forma de “tocarnos” y dar cuenta de la existencia de una comunidad de pensamiento.
Ruth Gordillo
Octubre de 2020
ALAIN BADIOU - EL SUJETO EN LA PERSONA DE SAN PABLO
STÉPHANE VINOLO
“[…] la ideología “ética” es, en nuestras sociedades, el principal (pero transitorio) adversario de todos aquéllos que se esfuerzan por hacer justicia a un pensamiento, cualquiera que éste sea.”1
“[…] el Día del Señor ha de venir como un ladrón en la noche.”2
Tal como lo señala Badiou3, existen palabras filosóficas que tienen de repente un destino sorprendente e inesperado fuera de su campo disciplinar privilegiado. Hasta hace poco, la palabra epistemología sufrió este problema, pero para bien o para mal, este es el caso ahora de la palabra “ética”, que ha invadido todo el campo social sin dejar ningún espacio vacío que escape a sus inyuncciones ni a su necesidad. De la ética del negocio a la bioética, pasando por la ética ambiental o social, la ética animal o la ética de la investigación, toda actividad humana parece someterse hoy en día al imperio de la ética. No obstante, detrás de esta linda palabra griega, se esconden ideologías que parecen más bien responder a intereses particulares, ya sean individuales o de ciertos grupos sociales. Incluso en la forma más democrática de la reflexión ética, la ética comunicacional, ésta no deja de intentar poner en diálogo a las personas, mediatizándolas con reglas precisas y determinadas que rigen la comunicación, para que cada uno pueda defender y hacer valer sus intereses, con el fin de encontrar cierta articulación de éstos con los intereses de los demás. De allí, la valoración sumamente positiva, casi religiosa, de palabras tales como el diálogo, la negociación, la tolerancia o la apertura a la diferencia del otro. Pero de allí también la forma negativa que tomó la ética en el mundo contemporáneo, negativa en tanto que siempre se trata de no dañar, no perjudicar, no negar al otro en su particularidad, no atentar en contra de, etc. Este movimiento negativo de las éticas contemporáneas se puede entender por razones históricas. Es notable que el siglo XX se caracterizó por haber querido imponer, de diferentes maneras y desde diferentes campos, ciertas concepciones del Bien, que, para muchos, desembocaron en genocidios, terror y catástrofes. Por este motivo, la mayoría de los filósofos se refugiaron dentro de una concepción más prudente de la ética, que ya no afirma ni determina ningún tipo de Bien, sino que se limita