El Messias en la Negra Nit. Ignacio Luis Caldarola

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Название El Messias en la Negra Nit
Автор произведения Ignacio Luis Caldarola
Жанр Языкознание
Серия
Издательство Языкознание
Год выпуска 0
isbn 9789878344515



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haberme quedado mendigando por las calles catalanas y probablemente tendría hoy menos preocupaciones que las que tengo. O me podría haber buscado un hombre que me mantenga o algún adicto a la tina con ganas de compartirla. Pero decidí dar mi propia pequeña batalla personal para que estemos alertas a las señales, que son muchas pero que pocas veces las vemos.

      En el texto he dejado varias cosas sin contar para no agobiar a mis lectores. Prefiero una literatura llevadera y concisa a una pesada, más cuando hay tantos escenarios y países diferentes en tan poco tiempo.

      CAPÍTULO 1.

      PUNTO G.

      Barcelona es un mundo fantástico en donde se conectan cosas que en otro lugar sería difícil de conseguir. Viéndolo en retrospectiva, es como si hubiera sido una especie de esclavo sexual de un grupo de gente local que me mantenían subsumido en una red de explotación y adicción. Cada día que pasaba eran más los chicos que veía tirados por la calle, y uno tiende a pensar que jamás le va a tocar. Hasta que te toca. Montjuic de día es un hermoso parque, de noche se transforma en un desfiladero de personas sin alma a la búsqueda de alguna víctima desprevenida. Así empezó todo.

      ***

      En 2019 llegué a Barcelona buscando una vida de amor. Había trabajado en una aerolínea haciendo rutas internacionales, principalmente a Estados Unidos y Argentina. En ese momento yo sentia que tenia muchos temas con Buenos Aires entonces aproveché a volver siempre que pude. Por esto cambiaba a mis compañeros las rutas a Buenos Aires porque nadie las quería. ¿Por qué nadie quería venir a Buenos Aires? La mayoría de ellos tenían complicaciones para comunicarse con los argentinos a bordo. ¿Por qué? Los argentinos no querían pagar la comida en el avión. En esas situaciones, los pasajeros mentían al sacar la comida diciendo que ya la había pagado cuando en realidad no era así. Muchas veces–a mi me ha pasado–los argentinos se acercaban a la zona de la tripulación y abrían los compartimentos restringidos sirviéndose de comer y tomar solos. Eso generaba cierto malestar entre la tripulación principalmente por la falta de comprensión del idioma.

      En julio del 2019 durante mi último vuelo a Buenos Aires me pasó algo extraño. Primero, fue la única vez que la manga que va al avión se bifurcó en dos: una para premium y otra para clase económica. Esto no me hubiera resultado extraño si no fuese porque mis compañeros británicos decidieron entregarme al despachante de Ezeiza por la puerta en la que yo no estaba, mi mate con mi termo y paquete de yerba. En el avión no había nadie así que era imposible que el mate y el termo fueran de alguien mas, menos aun siendo el único argentino a bordo. No solo que no me consultaron si no que a mitad de vuelo y luego de uno de los servicios más demandantes que tuve llegó la hora de mi descanso y mis cosas no estaban. Entonces me enteré que lo habían devuelto y era el único tripulante al cual no le habían preguntado. Sin éxito, el capitán con muy buenas intenciones y en pleno vuelo mandó un mensaje oficial a Ezeiza sin respuesta de parte de mis compañeros argentinos. A pesar del pedido de rescate mi mate y mi yerba nunca aparecieron. Mi caso casi desata un conflicto internacional sin precedentes.

      A los pocos días, cuando llegué a Inglaterra me citaron en Gatwick para informar que no me renovaron el periodo de prueba usando como excusa esta situación. ¿Porque era solo una excusa? Porque la aerolínea estaba y está en una situación financiera muy difícil que la obligó a desmantelar su operación en Argentina y en gran parte del mundo. Por eso decido volver a Barcelona. A los pocos días llegue al Prat, el aeropuerto de Barcelona en un vuelo low cost de esos que salen unos pocos euros. Me hospedé en Sant Adria donde alquilé un cuarto pero la mayoría del tiempo la pasaba en el Clot con mi pareja de ese momento. En esos días consigo un trabajo en Fira, un centro de convenciones donde yo me dedicaba a control de accesos y seguridad en el predio. La primera feria que me convocaron fue para el ESMO, una feria sobre aparatos oncológicos. Allí empecé a conocer a los fanáticos del cáncer. Había gente que pagaba para ir ahí y empiezo a notar que había algo raro en toda esa masa de gente con gran nivel de consumo masivo. Esto me hizo pensar en la gran desigualdad de la sociedad y del mundo entero. Veía gran cantidad de comida y bebida que tiraban en un solo día lo cual me interpelaba sobre las desigualdades de nuestra sociedad. Al mismo tiempo pensé que Barcelona no solo vive de turismo sino también de estas ferias que mueven gran cantidad de personas y generan una industria del entretenimiento a nivel masivo pero para un grupo reducido y selecto de las personas que lo pueden pagar. Observaba mucha contaminación visual, ambiental, etc.

      Ahí empecé a trabajar doble turno porque mi pareja de ese momento no trabajaba así que yo hacía turnos de 16 a 18 horas por día con un régimen muy estricto. En mi caso vivía muy lejos de Fira por eso iba a dormir directamente a la casa de mi ex pareja. En esas horas que a mi me quedaban para dormir, el sueño no llegaba por las continuas peleas con él. Entonces pasaba sin dormir tres o cuatro días. En diciembre de 2019 nos mudamos a Hostafranc de Sio para estar relativamente cerca de mi trabajo. En ese cuarto pagaba unos 600 euros por mes porque era doble. Por ese entonces a mi pareja le había hecho una cuenta en Glovo, el servicio de mensajería para ganar unos euros pero la usó muy poco. Digamos que casi no estaba interesado en el trabajo. Un vago a decir verdad.

      CAPÍTULO 2.

      PANDEMIA

      A finales de enero del 2020 decidí volver a Buenos Aires de vacaciones. Ya se escuchaban algunas noticias sobre el Covid-19 pero no existían las restricciones que más tarde se iban a imponer. En Buenos Aires, voy a Tribunales para pedir una copia del expediente de mi adopción, un archivo de cientos de hojas. Ahí le pregunté a mi mamá cuánto habían pagado por mi, mi madre me quiso pegar por la pregunta y entonces salí de mi casa. Al otro dia tenia un vuelo a Barcelona pero estaba tan alterado por la situación del día anterior que no dormí en la casa de mis papás. Esa noche la pasé en las cañitas en la casa de un amigo. Esa misma tarde tomé el vuelo a Barcelona donde ya se escuchaban rumores sobre un virus desconocido. Días antes me había enterado por un correo que leí estando en Buenos Aires sobre las suspensión de mis actividades laborales en Fira por eso la huida de Argentina no era tan expeditiva. Decidí quedarme unos días más y finalmente partí a mi infierno catalán.

      Estando en Barcelona regresé por unos días a la feria por una presentación de celulares y noté a los chinos usando barbijos y quedándose dormidos en todos lados. En ese momento empecé a darme cuenta que todo no iba como antes, la feria fue muy breve y el clima estaba enrarecido. La burbuja del covid ya había explotado.

      A las semanas empezaron los confinamientos en toda la ciudad y yo me quedé sin trabajo, sin ingresos y sin pareja.

      En esos días me peleé con mi ex y también con mi economía doméstica. Me doy cuenta que vivir solo era más económico que vivir en pareja porque tenía menos gastos que antes y toda la libertad del mundo. Él termina viviendo en la casa de un camello que casi me había matado por sobredosis en el pasado. Ante esta crisis decidí alquilar mi cuenta de Glovo a Agustin, un chico que conocí en un grupo por Facebook. Cuando Agustin no trabajaba con mi cuenta de Glovo, yo realizaba delivery de estupefacientes para otro camello sin tener en cuenta el riesgo que eso significaba para mi propia libertad. A eso se le suma que venía reclamando mi última nominación del trabajo de Fira–que hoy más de once meses sigo esperando-.

      Para achicar costos y sabiendo que Agustin se había quedado sin casa, lo invité a que venga a vivir conmigo pero la convivencia con heterosexuales definitivamente no es para mí. La misma no funcionó porque el estaba muy pendiente de mi vida, de mis videos y claramente no trabajaba.

      CAPÍTULO 3.

      CUARENTENA

      Durante la cuarentena me vi obligado a replantearme què era lo que yo quería para mi vida. ¿Realmente quería seguir viviendo en un mundo de ilusiones? Vivir en Europa, ganar en euros. Había soñado tantos años con tener esa vida y al final el sueño se hizo realidad. Cuando se materializa, uno se pregunta: ¿era esto?. Tuve todos los trabajos que quise, toda la plata que quise, pero no me satisfacìa del todo. o tal vez el sueño era mucho más grande,