Metraje encontrado. Germán Carrasco

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Автор произведения Germán Carrasco
Жанр Языкознание
Серия
Издательство Языкознание
Год выпуска 0
isbn 9789563651621



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sol ilumina el lenguaje por dentro

      El sol es un gato montés luminoso

      que enciende los senderos a su paso

      Ustedes se reúnen a trabajar y a comunicarse.

      A meditar y a trabajar el cuerpo.

      De la palabra al cuerpo.

      De la palabra a la acción.

      A terreno.

      Cuerpo y terreno.

      ¿Quieres dejar en cada rincón la luz

      de tu presencia?

      ¿Quieres iluminar los lugares sombríos con tu presencia?

      ¿Por eso incluso estás conmigo?

      ¿por el contraste brutal con mi grisura?

      Aquí no manda dios sino el viento

      y da la impresión que no hay nadie

      en las casas. Por ahí un niño juega solo.

      Hay un pequeño museo croata:

      los instrumentos rústicos, rifles y botellas de whisky

      de gente aperrada y loca que buscaba

      migajas de oro en el fin de la galaxia.

      SOBRE LA AMISTAD

      Cuando nos subimos al ferry que sale

      desde Punta Arenas a Porvenir, Tierra del Fuego

      conocimos a un anciano con muletas

      que llevaba flores a un amigo muerto.

      Apenas caminaba.

      Traía además paltas y hortalizas

      que había sembrado en la zona central.

      Eran para su amigo, pero ahora

      eran para la familia del difunto

      a quienes ni siquiera conocía

      y con quienes iba a recordarlo.

      –¿Quién, todo viejo y patuleco

      se manda tamaña travesía

      al fin de la galaxia?

      En estas ventolerías le había hablado

      de su huerto en la zona central

      y ahora, viejo y cojo, vino a cumplir.

      Quizás era un señor muy solo

      o tal vez los hijos que lo amaban

      lo apoyaron para cumplir esa promesa.

      BAGUALES

      En Porvenir no hay mucho

      pero si uno se aleja

      puede ver baguales,

      criaturas esquivas y soberbias

      que huyen lo más lejos posible

      como nosotros.

      Pingüinos-rey, cisnes,

      aves, toninas, focas leopardo,

      elefantes marinos

      y la casa del criminal de guerra

      Walter Rauff que come su strudel

      con un earl grey y mira

      sereno y altivo el Estrecho.

      Quizás te quedó la costumbre

      de huir lo más lejos posible

      del tiempo en que éramos amantes.

      Un chacal de la zona

      cazaba y faenaba baguales

      y vendía carne, piel y crin.

      No sé si lo habrán agarrado.

      Esto está lejos de todo.

      Luego de caminar bajo el viento

      dimos con una picada chilota

      donde había una estufa y comida caliente.

      LA CIUDAD NOS VOMITA

      Podríamos parafrasear “la ciudad nos vomita”

      de las siguientes maneras:

      a) la civilización o la modernidad

      nos vomitan o expulsan

      o

      b) la ciudad vomita sobre nosotros.

      La ciudad nos vomita

      no sólo a las poblaciones infectadas

      de gárgolas que fuman pasta base

      en una muerte larvaria.

      ¿Se acuerdan, Juan, Gastón, cuando fuimos

      al festival de cine Feciso en Bajos de Mena

      y demolían los departamentos

      con la gente dentro?

      Era como un bombardeo en Medio Oriente.

      La ciudad nos vomita

      no sólo hacia sus propios márgenes

      sino a los extremos del país:

      Comala, Luvina;

      Pisagua y Porvenir

      en los dos extremos de este territorio.

      Ahí llega alguna gente que ya no puede

      trabajar en otra cosa. En Pisagua

      buzos que están muy viejos p ej

      y buscan ganarse la vida en el mar.

      Sobreviven, no son fantasmas.

      ¿Y si me fuera a esos lugares?

      ¿Y si todos cara de raja nos instaláramos

      en esas lejanías como colonos o pioneros aperrados

      con ropa adecuada de segunda

      comprada en la calle Bandera

      obligados al trabajo duro?

      PISAGUA

      Un hombre se fugó de la cárcel de Pisagua. Su intención no era escaparse, no hay cómo: mar por un lado, desierto por el otro. Se fugó para no darles el gusto de ser torturado y hablar, o presenciar torturas. Lo encontraron en el muelle, en cuyos pilares se posan hoy los cormoranes y le dieron un tiro. De alguna manera, fue su triunfo.

      En las orgías de Heliogábalo, había un caballo de bronce hueco en donde éste metía a un esclavo o esclava. Luego recalentaba con fuego el caballo para que los alaridos agónicos de la víctima fueran la música de fondo de la orgía y dieran la impresión de relinchos. Hubo uno de esos esclavos que no quiso ser la música de fondo, y se obligó a no emitir sonido alguno. Murió sin dar ese gusto a Heliogábalo. Similar al fugitivo de Pisagua, ese fue su triunfo.

      El pueblo está lleno de automóviles abandonados, de los años 70 y 80 deportivos, de colección. Se echaban a perder y como Iquique está lejos, hay cuestas y es difícil el transporte a Pisagua, salía más a cuenta dejarlos abandonados y comprar uno nuevo en Iquique, zona libre de impuestos. La aerodinámica en estos automóviles espera la carcoma del tiempo de la misma manera que en Porvenir –al otro extremo del país– se oxida un barco. Porvenir, donde van a buscar trabajo los que no lo encuentran en ningún otro lugar, y que son capaces de habitar