Название | Para una crítica del neoliberalismo |
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Автор произведения | Rodrigo Castro |
Жанр | Социология |
Серия | Fuera de serie |
Издательство | Социология |
Год выпуска | 0 |
isbn | 9788483812716 |
Quiero mencionar otro de los trabajos de alta difusión que han adoptado esta «hipótesis Foucault» sobre el neoliberalismo. Me refiero al trabajo coordinado por Mirowski y Plehwe (2009). Nuevamente se trata de un trabajo que presta gran atención al Coloquio Lippmann siguiendo la observación foucaultiana, aunque rompe el binarismo anterior, especialmente porque pone al coloquio como uno de los hitos del neoliberalismo francés, la compilación en su conjunto presta atención a diversas formaciones neoliberales en contextos nacionales diferentes, volviendo por ejemplo sobre el neoliberalismo latinoamericano, abandonado en el esquema binario.
Tenemos una suerte de doble efecto, el neoliberalismo se vuelve más complejo que en la versión demasiado homogénea que se tenía por ejemplo en los acercamientos de Harvey o Anderson, pero al mismo tiempo este binarismo vuelve un poco líquida la valencia política, una especie de mal neoliberalismo norteamericano y de buen neoliberalismo alemán —tercera vía inclusive—. Este binarismo es complejo. Pero hay que insistir en que una forma de leer el coloquio ha sido como proyección de este binarismo, y quisiera hacer algo diferente.
De todos modos hay que tener a la vista que la noción de neoliberalismo no es unívoca, que en la literatura especializada hasta el 2005 aproximadamente, este término designaba sobre todo el programa político de extensión de los principios neoclásicos; pero que tanto la investigación de Anderson como el curso de Foucault han colaborado a que la literatura al respecto se haya formado una idea más compleja en la que habría un abanico de posiciones con evidentes diferencias teóricas y políticas, aunque con una unidad irrenunciable (Ptak, 2009).
4. Elementos fundamentales del análisis de Foucault sobre el coloquio
En primer lugar conviene destacar la función de este pasaje del coloquio en el argumento general de Nacimiento de la biopolítica. Según ha planteado Foucault, el contexto de interpretación de la biopolítica es el neoliberalismo; pero se tiene, en el contexto teórico general, una imagen del neoliberalismo simplificada o errada. Esa imagen general que se tiene puede expresarse brevemente en tres hipótesis, según Foucault. El neoliberalismo sería desde el punto de vista sociológico una reedición de la sociedad de mercancías, desde el punto de vista económico, una reactivación del laissez faire, y desde el punto de vista político una generalización del poder del Estado. De modo que será necesario para Foucault replantear esas tres hipótesis, modificarlas o desecharlas. Las comenta del siguiente modo:
[…] desde el punto de vista económico, ¿qué es el neoliberalismo? Nada más que la reactivación de viejas teorías económicas ya desgastadas.
En segundo lugar, desde el punto de vista sociológico, ¿qué es el neoliberalismo? No es otra cosa que el elemento a través del cual pasa la instauración de relaciones estrictamente mercantiles en la sociedad.
Tercero y último, desde un punto de vista político, el neoliberalismo es solo la cobertura para una intervención generalizada y administrativa del Estado tanto más gravosa porque resulta insidiosa y se enmascara bajo la apariencia de un neoliberalismo.
Como podrán darse cuenta, estos tres tipos de respuesta ponen de manifiesto que el neoliberalismo en definitiva no es nada en absoluto o, en todo caso, es nada más que siempre lo mismo, y siempre lo mismo para peor. Es decir: es Adam Smith apenas reactivado; segundo, es la sociedad mercantil, la misma que había descifrado y denunciado el libro 1 de El capital; y tercero, es la generalización del poder del Estado, vale decir, Solzhenitsyn a escala planetaria (Foucault, 2007: 155-156)
Gran parte de las descripciones de Foucault sobre el neoliberalismo buscan precisamente desactivar alguna de estas tres hipótesis. Tomemos un momento en cuenta las referencias a las que alude Foucault en la cita anterior. Considerar al neoliberalismo como una forma de la sociedad de mercancías, a juicio de Foucault, implica asumir la vigencia del análisis de Marx sin modificaciones, no habría condiciones sociales esencialmente diferentes a las descritas por Marx. En algún momento Foucault menciona también a Sombart para mostrar esta postura, además enumera una serie de descripciones entrelazadas. Sería también «la sociedad de masas, la sociedad de consumo, la sociedad de mercancías, la sociedad del espectáculo, la sociedad de los simulacros, la sociedad de la velocidad» (Foucault, 2007: 182). En fin, se alude a una buena parte de los diagnósticos críticos del siglo xx. Ya veremos que la respuesta de Foucault es que estas hipótesis no dan en el blanco pues no ven algo nuevo en el neoliberalismo. Tomemos en cuenta la otra referencia: Solzhenitsyn, como ejemplo de una estatalización cada vez mayor, en algún momento también complementa: «sociedad mercantil y del espectáculo, universo concentracionario y gulag» (Foucault, 2007: 156) y finalmente remata el argumento:
Esa transferencia de los efectos políticos de un análisis histórico bajo la forma de una simple repetición es sin duda lo que hay que evitar a cualquier precio, y por eso insisto en ese problema del neoliberalismo para intentar desembarazarlo de las críticas que se plantearon a partir de matrices históricas lisa y llanamente traspuestas. El neoliberalismo no es Adam Smith; el neoliberalismo no es la sociedad mercantil; el neoliberalismo no es el gulag en la escala insidiosa del capitalismo (Foucault, 2007: 157).
Habría que preguntarse quién sostiene en efecto algo así, cuáles son las vocerías de estas tres hipótesis, a la distancia la identificación de estas posturas no resulta nada transparente. Por ejemplo, la primera, la hipótesis de la sociedad mercantil es presumiblemente más fácil. Pero asumir que el neoliberalismo equivaldría a una expansión estatal-disciplinaria es particularmente difícil de identificar.
Transparente u opaca, lo que quiero enfatizar es que esta triple afirmación anterior marca los temas que Foucault tratará del neoliberalismo y puede usarse como esquema, al menos provisorio, para revisar el tratamiento que Foucault dará a la cuestión del neoliberalismo en Nacimiento de la biopolítica. De modo que los desafíos fundamentales del análisis foucaultiano serán 1.- establecer que el neoliberalismo trata de realizar una sociedad de empresas basada en relaciones de competencia y desigualdad, 2.- que el neoliberalismo rompe con el principio económico naturalista del laissez faire, 3.- que el neoliberalismo implica una modificación de las estrategias de gobierno esencialmente diferente a las disciplinas.47
En este punto del argumento me parece hay que insertar el coloquio Lippmann. Su función como elemento argumental, al interior del discurso, consiste precisamente en evidenciar los elementos novedosos del neoliberalismo, que como recién he mostrado Foucault quiere hacer visibles. Así introduce Foucault el pasaje: «En el transcurso de la reunión, entonces, se definen —todo esto lo hallarán en el resumen, salpicado de otras tesis y de temas del liberalismo clásico— las propuestas específicas y propias del neoliberalismo» (2007: 161). Si tenemos a la vista la triple propuesta de análisis de Foucault, en rigor en el coloquio aparecerán sobre todo elementos de la segunda, es decir una crítica clara al laissez-faire, y formulaciones liberales no naturalistas, y por otra parte aparecerán elementos de la tercera propuesta, aunque de manera muy primitiva, podríamos decir axiomas más que estrategias. Es decir, algunos de los principios de lo que eventualmente, en el tiempo, podría llegar a ser una tecnología neoliberal de gobierno, por ejemplo, el principio de no intervención económica sobre el mecanismo de precios, especialmente la fijación de salarios conforme al modo de libre fijación de los precios, el sometimiento de los subsidios al equilibrio presupuestario. Como se ve, se trata de ciertos principios negativos, en el sentido de algo que no hay que traspasar. Hilando más fino, hay en el coloquio una aceptación tácita de los participantes de la necesidad de subsidios y algunas correcciones. Pero no aparecen rasgos claros de una «forma de gobernar». Dicho de otro modo, las ideas se orientan a desregular, generar las condiciones para que las cosas funcionen desreguladamente y arreglar problemas en el camino ya sean frutos de esa misma desregulación o de que aún no se desregula lo suficiente. Al contrario, un principio de gubernamentalidad implica algo diferente, implica regular de cierto modo específico y diferenciable. Esa profundidad gubernamental, que Foucault