Gobernanza china. Tyra Diez Ruiz

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Название Gobernanza china
Автор произведения Tyra Diez Ruiz
Жанр Социология
Серия
Издательство Социология
Год выпуска 0
isbn 9786078704293



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aún objeto de debate. Según Notas literarias de Nancun. El vendaje de pies, provenía de los tiempos de las Cinco Dinastías, surgiendo como una práctica ligada a los cánones de belleza y la estética de la danza propia de los Tang. Cuentan que al emperador Li Yu se le ocurrió la extravagante idea de vestir los pies de sus bailarinas con calzos blancos y largas telas de seda que, bien apretados, resaltaban la fina punta de sus dedos. Poco después, todos comenzaron a seguir su ejemplo, evidenciando de nuevo, esta vez de forma negativa, la suma importancia que conlleva el ejemplo de los dirigentes.

      En sus tiempos como gobernador de Zhejiang, Xi Jinping quiso ilustrar la relevancia de una actitud ejemplar recurriendo a estas dos historias, una de consecuencias valiosas y otra desastrosas. Sin embargo, es una idea en la que ha insistido en múltiples ocasiones, recalcando la necesidad de que los cuadros y miembros del PCCh lideren la corrección constante de su estilo de trabajo. En la primera sesión plenaria de la XVIII Comisión Central de Control Disciplinario, con la intención de enfatizar que la actitud de los miembros del Partido, especialmente la de los altos cargos, tiene una influencia vital tanto en la imagen pública del gobierno como en la conducta social, citó el viejo dicho «para rectificar tu sombra, debes andar recto; para pedir honestidad a tus subordinados, debes predicar con el ejemplo», y en la segunda sesión plenaria, volvió a insistir diciendo que «aquellos que hacen respetar la ley deben acatarla primero».

      Una persona debe cumplir sus exigencias antes de exigírselas a otros, y no debe hacer lo que prohíbe a los demás. Xi Jinping ha sido un gran defensor de esta idea desde su juventud. La razón principal por la que desde el XVIII Congreso Nacional el PCCh goza del favor general de la opinión pública, es precisamente el trabajo constante por llevar a la práctica esta convicción, a saber, que las autoridades practican lo que predican y toman la iniciativa. El Politburó del Comité Central del PCCh lleva desde entonces insistiendo repetidamente en la necesidad de tener un comportamiento ejemplar, principalmente mediante la formulación de sus «Ocho Reglas» para evitar las «Cuatro Formas» de decadencia política, lanzando campañas de crítica y autocrítica, y dando ejemplo mediante la implementación de las «Tres Pautas para el Comportamiento Ético y las Tres Reglas Básicas de Conducta». Todo ello ha contribuido sin duda a mejorar la credibilidad del Partido, influyendo asimismo en el tipo de comportamiento tanto de sus miembros como del conjunto del país.

      En el libro La gran revolución china, el profesor Fairbank de la Universidad de Harvard planteaba la siguiente cuestión: «A partir de 1928, el futuro de China parecía estar del lado del Kuomintang, ¿cómo pues se revirtió la situación veinte años después?», a lo que respondía que «el liderazgo del Kuomintang era decadente y viejo... por lo que perdió el apoyo del pueblo». Por el contrario, prosigue, los líderes del PCCh «estaban entregados con pasión a su causa, y se situaron a la vanguardia de la gran agitación popular que se preparaba para la batalla». El autor reconocía de esta manera la cuestión del apoyo popular —lo cual es raro en un intelectual burgués—, apuntando con ello a la razón fundamental de la victoria de la revolución china, a saber, la estrecha relación del PCCh con la población.

[«La competencia básica de los cuadros del PCCh: mantener estrechos lazos con la gente» (enero de 1989), del libro Sacudirse la pobreza, Foreign Languages Press y Fujian People ‘s Publishing House, 2016.]

       Comentario

      John King Fairbank, profesor titular de la Universidad de Harvard, fue uno de los más prestigiosos observadores estadounidenses de China, conocido como el sinólogo número uno. En su autobiografía constató que había pasado más de cincuenta años intentando comprender este país. A su llegada en la década de 1930, dio clases en la Universidad de Qinghua, donde conoció a los intelectuales Liang Sicheng y su esposa Lin Huiyin, artífices de su nombre chino. La gran revolución china sigue siendo su obra principal, donde narra los cambios políticos y sociales que acontecieron en el país entre 1800 y 1985.

      Las razones históricas que explican el colapso del Kuomintang (KMT, Partido Nacionalista Chino) y la victoria del PCCh son aún objeto de controversia entre los círculos académicos, tanto nacionales como internacionales, así como una cuestión importantísima para entender el desarrollo de la China moderna. Ya en 1946, Theodore Harold White y Annalee Jacoby, corresponsales de la revista Time en China, analizaron en su libro Thunder out of China la corrupción del KMT de forma objetiva, razón por la cual Fairbank lo tildó de «verdaderamente revelador». Se trataba de un estudio atrevido sobre la guerra civil entre el KMT y el PCCh, que concluía que la victoria de este último se debió a su capacidad de movilizar a las masas e introducirse en las áreas rurales.

      A diferencia de los círculos políticos estadounidenses, acostumbrados a tratar la «cuestión china» desde una perspectiva ideológica, Fairbank, familiarizado con la historia de ese país, concluyó tras la profunda investigación de La gran revolución china, que la única clave para la supervivencia de un régimen es el apoyo del pueblo. Asimismo, el también estadounidense Lloyd Eastman señalaba en Semillas de destrucción: guerra y revolución en la China del Kuomintang 1937-1949 que la derrota del KMT no se debió a la falta de «ayuda estadounidense», sino a su propia mala praxis y división interna, corrupción, incompetencia y falta de disciplina, todo lo cual terminó por provocar una falta de apoyo popular y en consecuencia el fin de su régimen.

      El libro Sacudirse la pobreza recoge los discursos y artículos escritos por Xi Jinping durante su gobierno en Ningde, entre los años 1988 y 1990. Aunque es un texto breve, en él podemos encontrar sus reflexiones acerca de muchos temas vitales, tales como la construcción de un gobierno limpio, la importancia de la línea de masas y la prosperidad común, así como una profunda comprensión del poder de la gente. Allí escribe: «En nuestro camino encontraremos inevitablemente numerosos problemas, ¿y dónde exactamente deberíamos comenzar y en qué apoyarnos para resolverlos y superarlos? Si bien podemos aplicar diversas teorías y métodos, la cuestión fundamental sigue siendo movilizar y apoyarse en la gente». Y este importante juicio de Xi Jinping continúa vigente hoy día.

      La falta de apoyo popular siempre ha sido un tema de reflexión para Xi Jinping, y así lo ha expresado en muy variadas ocasiones, en frases tales como «nunca hemos de olvidar que somos el gobierno del pueblo», «hemos de mantener un mismo corazón con la gente, compartir sus penas y alegrías, luchar unidos», «amar a la gente como a nuestros padres» y muchas otras que muestran su hondo aprecio por el pueblo y por las relaciones entre este y el PCCh. Su mención a las conclusiones de Fairbank se añade a todas ellas, como una evidencia más de que el éxito de la revolución china, tal y como muestra la historia, solo es posible si goza del apoyo popular, lo cual sirve también como recordatorio a los miembros y cuadros del Partido de su intención original, que no es otra que mantenerse al lado del pueblo y servirle.

      En cierta ocasión, Huang Yanpei hizo una observación al camarada Mao Zedong; decía que pocas familias, grupos, regiones o incluso naciones enteras habían poseído la fuerza requerida para escapar del patrón histórico. Casi todos los periodos habían comenzado con gobernantes muy concienzudos, que no desatendían ningún detalle, poniendo todo su empeño en los momentos de mayor dificultad, luchando duramente por su supervivencia. A medida que las cosas mejoraban, su espíritu se relajaba también. Surgía entonces la desidia, que se extendía hasta convertirse en norma, y aunque a esas alturas ya suponía un enorme esfuerzo, las cosas seguían como hasta entonces. Huang Yanpei tenía la esperanza de que los «caballeros del PCCh» hubiesen encontrado un nuevo camino, una forma de escapar de aquel patrón que se había repetido históricamente, de pasar de un duro e innovador trabajo a la inane desafección por el conjunto de la gente. Ante esta observación, Mao Zedong replicó de inmediato: «Huang Yanpei, nosotros ya lo hemos encontrado: se llama democracia, caminar allí donde las masas indiquen. Solo cuando se permite al pueblo controlar al gobierno, este no se atreve a relajarse. Solo si todos y cada uno asumen su responsabilidad en el sistema elegido, este no perecerá en caso de que un gobernante muera». Con estas palabras, Mao Zedong resumía la teoría y la práctica del PCCh al tiempo que hacía un solemne llamamiento a «servir al pueblo de todo corazón»,