Название | Gobernanza china |
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Автор произведения | Tyra Diez Ruiz |
Жанр | Социология |
Серия | |
Издательство | Социология |
Год выпуска | 0 |
isbn | 9786078704293 |
[Adhesión a la línea ideológica de buscar la verdad a partir de los hechos. Discurso en la ceremonia de apertura de la Escuela Central del Partido en el semestre de primavera de 2012 (16 de mayo de 2012).] |
Ya decían los antiguos que las palabras bonitas no eran creíbles. La crítica incisiva, las palabras incómodas, cuanto más valor tienen más difícil resulta oírlas, pues se necesita coraje para escucharlas. Pero tanto la historia como la actualidad nos enseñan que poder decir la verdad depende enteramente de aquellos que quieran oírla.
Pei Ju, un conocido ministro de los primeros emperadores Tang, fue previamente consejero de los últimos Sui. Era buen conocedor de la forma de pensar del emperador Yang de los Sui y por eso satisfacía sus deseos; una vez, el emperador Yang lo alabó diciendo: «Pei Ju me conoce bien, todas sus propuestas me complacen y se adelanta a mis deseos sin tener yo que pedirlos. Sirve al imperio con toda lealtad, pues ¿cómo si no podría anticiparse?». Como al emperador le gustaba presumir, Pei Ju le sugirió celebrar el más grandioso Festival de las Linternas jamás visto en la capital oriental Luoyang; puesto que soñaba con una época dorada en la que «todas las naciones admirasen a los Sui rindiéndoles pleitesía con sus tributos», Pei Ju le animó a comenzar una guerra para conseguirlo. Cuando cayó la dinastía, Pei Ju lideró sus tropas para rendirse ante los Tang. El nuevo emperador Taizong, sin embargo, estaba dispuesto a aceptar el franco consejo de su corte, y Pei Ju se trasformó entonces en otro hombre, criticando abiertamente los errores del emperador con el fin de que fuesen enmendados. Taizong lo alabó entonces: «En su calidad de consejero, Pei Ju expone sus argumentos con vigor, frente a frente, sin intrigar a espaldas de sus superiores. Si todos fueran como él, no necesitaríamos preocuparnos por el gobierno del imperio».
En su obra Espejo completo para ilustrar al gobierno, Sima Guang escribió: «Los antiguos decían: si el monarca es sagaz, sus oficiales serán francos. Pei Ju aduló a los Sui y criticó a los Tang, pero este cambio de actitud no fue debido a su naturaleza. Un monarca que detestaba oír opiniones contrarias transformó la franqueza en adulación y, al contrario, aquel que gustaba oírlas, convirtió la adulación en franqueza». En otras palabras: el cambio en el comportamiento de Pei Ju se debió a la distinta disposición de los emperadores Sui y Tang a oír la verdad, y no a su propio carácter. Es tal disposición de los superiores a aceptar la verdad sobre sus fallos lo que troca la adulación en franqueza y viceversa. El monarca es como el cuerpo y sus consejeros como las sombras que lo siguen.
Xi Jinping recurrió al ejemplo de Pei Ju para enfatizar que es el líder quien lleva la batuta y conduce a su orquesta a decir la verdad. Solo si los gobernantes están dispuestos a oír la verdad, así como alentar el coraje de sus subordinados para decirla, si son magnánimos al recibir críticas y muestran una actitud amigable «para corregir los errores ya cometidos y estar alerta ante los venideros», la verdad y la franqueza serán su práctica común.
En este discurso, Xi Jinping declaró que los líderes del Partido debían persistir en la búsqueda de la verdad a través de los hechos, desarrollando todo trabajo bajo el auspicio de lo real y siendo pragmáticos a la hora de tratar asuntos concretos, para así lograr que los problemas existentes puedan explicarse, reconocerse y, en su caso, ser resueltos de forma realista. Explicar la realidad es explicar la naturaleza de las cosas, contar su verdad. Y esto es precisamente lo que encarna el sentido de verdad, justicia, rectitud y vocación de servicio público de un líder del Partido. Pues para contar la verdad, es necesario haber querido oírla previamente.
Además de la historia de Pei Ju, Xi citó también unas palabras al respecto del filósofo inglés Francis Bacon, para quien la capacidad de oír la verdad era un tipo de inteligencia: «Tener la capacidad de saber escuchar la verdad sobre uno mismo en boca de otros, nos permite caminar sin retroceder tanto, errar poco o al menos no cometer grandes errores, lo cual es ciertamente una feliz fortuna».
LOS DE ABAJO IMITAN A LOS DE ARRIBA
El estilo o forma de hacer las cosas proviene de los que tienen el liderazgo, las costumbres las forma el pueblo. El estilo y la actitud vital de los cuadros dirigentes no solo son una cuestión de apariencia y calidad personal, sino que atañen más aún al prestigio e imagen pública del PCCh. Su ejemplo es clave en la formación de la conducta social, así como en el cultivo de los intereses vitales de la gente. Nuestra tradición atesora numerosas anécdotas y episodios que ilustran esta idea, dos de los cuales son tremendamente inspiradores hoy día. El primero proviene de la Colección de anécdotas de la dinastía Song. Cierto día, Qian Chu ofreció como obsequio al emperador Taizu un precioso cinturón ornamentado con cuernos de rinoceronte, a lo que este repuso: «Ya poseo tres cinturones, y son muy superiores a este», y al pedirle Qian Chu que se los mostrase, el emperador replicó riendo: «El río Bian, el río Huiming y el río Wuzhang», avergonzándolo con esto. La otra anécdota aparece en el libro Notas literarias de Nancun. El vendaje de pies. Cuentan allí que Yao Niang, concubina del último emperador de la dinastía Tang del Sur, era grácil y bella y bailaba como ninguna otra. El emperador le ordenó vendarse los pies con seda para que, al bailar, semejasen la danza de las nubes. A raíz de esto, las mujeres comenzaron a imitarla avergonzándose al poco tiempo si sus pies no estaban vendados. Tanto de forma positiva como negativa, estas dos historias ilustran que ni el más ínfimo detalle de la forma de vida de los mandatarios es trivial.
[«La actitud vital no es ninguna trivialidad», del libro Nuevas ideas desde Zhejiang, Zhejiang People’s Publishing House, 2007.] |
El ejemplo de los dirigentes ha sido una valiosa medida para mejorar las costumbres populares y gobernar el país durante siglos. Tal y como decían los antiguos: «Si no reverencia ni se afecta, carecerá de la confianza del pueblo». Las Analectas de Confucio también recogen esta idea: «Si el gobierno es justo y dirige al pueblo con rectitud, ¿quién osará ser injusto?». En El libro de Mencio se afirma que: «Los de abajo gustarán de aquello que a los de arriba guste. La virtud de los altos rangos es como el viento, y la del pueblo como la hierba, que cuando el viento sopla, la hierba se doblega». Y también lo expresa aquel dicho popular que dice: «Si la viga maestra no es recta, las demás se torcerán». Las dos historias que recoge Xi en su discurso son asimismo dos ejemplos, tanto negativo como positivo, que nos confirman la suma importancia de la actitud vital de los dirigentes.
Qian Chu era el nieto de Qian Liu y el último monarca del reino de Wuyue durante el periodo de las Cinco Dinastías y los Diez Reinos. Cuando el emperador Taizu de los Song pacificaba las regiones del sur del Yangzi, Qian le proporcionó tropas para ayudarle a destronar a la dinastía Tang del Sur, encabezada por el emperador Li Yu, y una vez vencida, se puso bajo sus órdenes, ofreciendo al primer emperador de los Song preciosos obsequios como tributo. Sin embargo, el emperador los rechazó todos exclamando: «Todo esto no son más que reservas de las arcas del imperio, ¿qué utilidad tendrían como tributo?». La anécdota del cinturón que refiere Xi Jinping ilustra la rectitud del monarca, al observar celosamente el principio de velar antes que nada por el bienestar del imperio. Por su parte, las gentes de Wuyue agradecieron que Qian Chu se rindiera ante los Song, evitando así una guerra que habría minado su supervivencia. Aún hoy existen algunos monumentos