Название | Enséñales a amar |
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Автор произведения | Donna Habenicht |
Жанр | Документальная литература |
Серия | |
Издательство | Документальная литература |
Год выпуска | 0 |
isbn | 9789877983432 |
La tercera meta principal para tus hijos podría ser llevarlos a aceptar la salvación que Cristo ofrece. En tanto que el desarrollo del carácter cristiano comienza en la infancia, la aceptación del sacrificio y la gracia personal de Cristo ocurre algunos años más tarde. La mayoría de los niños criados en hogares cristianos reconocen a Jesús como su Salvador personal, en algún momento durante sus años en la escuela elemental (edades de 6 a 14 años). Algunos niños parecieran tener una percepción espiritual fuera de lo común a temprana edad, y aceptan el don de Cristo como suyo durante los últimos años preescolares, mientras que otros no efectúan tal aceptación personal hasta mediados o fines de la adolescencia.
La cuarta meta principal está estrechamente ligada a la tercera: comprometerse a una continua comunión con Dios de toda la vida. Un cometido tal, que abarque nuestra vida entera, nos lleva a “buscar primeramente el reino de Dios y su justicia” (Mat. 6:33). Afecta todo lo que hacemos y todo lo que llegamos a ser. Al transformarse en el centro mismo de nuestra vida, el propósito de nuestra existencia, nos hace caminar tan cerca de Dios que nuestro pensamiento y el suyo llegan a ser uno y el mismo. Cuando actuamos, estamos reflejando, simplemente, lo que él haría si estuviera en nuestra situación. Seguramente, esto es lo que queremos para nuestros niños como también para nosotros mismos.
Los niños pueden comenzar su relación con Dios antes de tener edad suficiente como para ir a la escuela, simplemente cuando Jesús llega a ser su amigo y compañero. Pueden aprender a confiar en él en procura de ayuda en sus dificultades. Al hacerse más grandes, su relación madura a medida que su comprensión de Dios se expande.
Por supuesto, estas no son todas las metas espirituales que podrías tener para tus hijos. Representan solo un comienzo: algunas de las principales, si te parece. Pero lo cierto es que tus posibilidades de guiar el crecimiento espiritual de tus hijos son mucho mayores si tienes metas claras en mente. Como matrimonio, después de que los niños se han ido a la cama, tomen un poco de tiempo para conversar tranquilos acerca de las metas espirituales que ambos tienen para la crianza de sus niños. Si eres un padre o una madre solo(a), ve con otro padre o madre para discutir con él (ella) las metas espirituales para sus familias. Escríbanlas en un cuaderno. Luego revísalas con frecuencia para ver cómo te está yendo.
Los especialistas en el desarrollo infantil hablan, a menudo, de tareas de desarrollo para niños de diferentes edades. Consisten en logros importantes en cada etapa del desarrollo, si queremos que el niño progrese normalmente. Un niño debe completar cada tarea antes de pasar a la siguiente etapa. Por ejemplo, las tareas de desarrollo para los primeros dos años incluyen aprender a caminar y hablar.
He preparado una lista de control de las tareas de desarrollo espiritual que ayudarán a los niños a crecer hacia una fe y una espiritualidad maduras. Las primeras tareas preparan para las posteriores. Si el desarrollo temprano ha sido deficiente, el desarrollo espiritual posterior será más difícil; no imposible, pero más desafiante.
Notarás que las tareas caen dentro de cuatro áreas principales: fe en la Palabra de Dios, relación de fe con Dios, fe para el diario vivir y relación de fe con otras personas.
He confeccionado dos listas de tareas: una, para la niñez temprana (desde el nacimiento hasta los 6 años) y otra, para la niñez avanzada (6 a 12 o 13 años).
Pon el nombre de tu niño en el encabezamiento y luego, revisa tarea por tarea, teniéndolo en mente. Trata de pensar en maneras específicas en las cuales sabes que tu niño ha cumplido esa tarea. Por ejemplo: ¿puede ella perdonar a su hermano cuando este la fastidia?, ¿o mantiene un rencor en contra de él y a menudo trae a la memoria su mala conducta?
Dar y aceptar perdón son componentes claves para entender y aceptar lo que Jesús ha hecho por nosotros. Echan el fundamento de la salvación. Aprender a perdonar es una dura lección. ¿Está ella dando pasos en esa dirección? No esperes perfección, sino solo progreso.
DESARROLLO DE LA FE
Tareas para el desarrollo de la niñez temprana
Nombre del niño
Fe en la Palabra de Dios
Disfruta de las historias de la Biblia y considera algunos personajes bíblicos como amigos queridos (Daniel, Noé, Jesús, y otros).
Sabe de memoria algunos versículos de la Biblia y puede decir algo acerca de su significado.
Usa algunos versículos bíblicos para ayudarse en el diario vivir (cuando tiene miedo o se siente tentado a hacer algo malo, etc.).
Relación de fe con Dios
Sabe y siente que Dios y Jesús lo [la] aman todo el tiempo.
Demuestra amar a Dios, que es feliz con su amistad y quiere agradarle.
Manifiesta culpa y siente pesar cuando ha hecho algo malo.
Generalmente confiesa o admite que ha hecho algo errado.
Saca provecho de la disciplina (procura hacer lo mejor en el futuro).
Respeta los deseos de los padres y los maestros, y trata de agradarles.
Le gusta hablar con Dios por medio de la oración.
Recurre a la oración para pedir perdón por sus errores y buscar ayuda, cuando la necesita.
Confía en el perdón de Dios y en su ayuda durante las dificultades.
Fe para el diario vivir
Sabe sacar la lección (lo que debe aprender) de un relato bíblico u otra historia sobre la formación del carácter.
Aplica la “moraleja” de la historia a su propia vida.
Conoce un conjunto claro de reglas de “sí” y “no” que guían su conducta, y las sigue la mayor parte del tiempo.
Reconoce la voz de la conciencia (sabe que está mal hacer algunas cosas).
Puede seguir la voz de la conciencia y privarse de hacer algo que quiere hacer, pero que sabe que está mal.
Sabe cómo decidir qué es lo correcto y qué, lo incorrecto en una situación nueva.
Relación de fe con otras personas
Reconoce cómo se sienten otras personas y quiere ayudarlas cuando tienen necesidades.
Está aprendiendo a entender los efectos de sus acciones sobre otras personas (que al otro niño le duele cuando él [o ella] lo golpea).
Acepta el perdón cuando ha hecho algo malo.
Por lo general, perdona a alguno que lo [la] ha tratado injustamente.
Por lo general, obedece las reglas (en casa, con los amigos o los abuelos, en el jardín de infantes o en la guardería infantil, en la Escuela Sabática, etc.).
Conoce las reglas de Dios y trata de obedecerlas.
Confía en sus padres y maestros.
Tus hijos tendrán un fuerte fundamento para la fe, el carácter cristiano y la vida espiritual, si durante su temprana niñez han aprendido a:
1 Amar, confiar y obedecer a sus padres y a Dios.
2 Empatizar con la gente y tratarla amablemente.
3 Perdonar y ser perdonados.
4 Gustar de la amistad con Jesús.
5 Ser autodisciplinados.
Como el desarrollo de la fe es un viaje de toda la vida, las tareas de desarrollo espiritual continúan durante la niñez avanzada. Cada una de las tareas de la niñez temprana se profundiza, expande y madura, durante