da ch’è tuo voler che più si spieghi di nostra condizion com’ ell’ è vera, esser non puote il mio che a te si nieghi.
Pero, ya que tu deseo es que mejor te expliquemos nuestra verdadera condición, en manera alguna puedo negarte nada. | Questi non vide mai l’ultima sera; ma per la sua follia le fu sì presso, che molto poco tempo a volger era. | Este no ha visto aún su última noche; pero, por su locura, se halló tan cerca, que le quedaba muy poco que vivir. |
Sì com’ io dissi, fui mandato ad esso per lui campare; e non lì era altra via che questa per la quale i’ mi son messo. | Como digo, fui enviado a él para salvarle, y no había otro camino que este por el cual entré. |
Mostrata ho lui tutta la gente ria; e ora intendo mostrar quelli spirti che purgan sé sotto la tua balìa. | Le he mostrado todos los condenados, y ahora pretendo mostrarle aquellos espíritus que se purifican bajo tu custodia. |
Com’ io l’ho tratto, saria lungo a dirti; de l’alto scende virtù che m’aiuta conducerlo a vederti e a udirti. | Cómo lo he conducido hasta aquí, sería largo de contar; de lo alto desciende la virtud que me ayuda a guiarlo hasta verte y oírte. |
Or ti piaccia gradir la sua venuta: libertà va cercando, ch’è sì cara, come sa chi per lei vita rifiuta. | Dígnate acoger con complacencia su venida; va buscando la libertad, que es tan amada como sabe el que desprecia la vida por ella. |
Tu ’l sai, ché non ti fu per lei amara in Utica la morte, ove lasciasti la vesta ch’al gran dì sarà sì chiara. | Lo sabes tú, que por ella no te resultó amarga la muerte de Utica, donde dejaste el cuerpo que en el gran día resplandecerá tanto. |
Non son li editti etterni per noi guasti, ché questi vive e Minòs me non lega; ma son del cerchio ove son li occhi castidi Marzia tua, che ’n vista ancor ti priega, o santo petto, che per tua la tegni: per lo suo amore adunque a noi ti piega.Lasciane andar per li tuoi sette regni; grazie riporterò di te a lei, se d’esser mentovato là giù degni». | No se han violado por nosotros los edictos eternos; este vive, y nada me sujeta a Minos, sino que estoy en el círculo donde están los castos ojos de tu Marcia7, que, por lo que parece, aún te ruega, santo corazón, que la tengas por tuya. En nombre de su amor, acoge nuestros deseos: déjanos caminar por tus siete reinos. Le llevaré nuestro agradecimiento a ella si consientes en ser mencionado allá abajo». |
«Marzïa piacque tanto a li occhi miei mentre ch’i’ fu’ di là», diss’ elli allora, «che quante grazie volse da me, fei. | «Marcia fue tan grata a mis ojos mientras estuve allá —dijo entonces—, que cuantas gracias me pedía se las otorgaba. |
Or che di là dal mal fiume dimora, più muover non mi può, per quella legge che fatta fu quando me n’usci’ fora. | Ahora que habita al otro lado del tenebroso río, ya no tiene poder sobre mí, por la ley que me fue dada cuando dejé mi cuerpo. |
Ma se donna del ciel ti move e regge, come tu di’, non c’è mestier lusinghe: bastisi ben che per lei mi richegge. | Pero si una mujer del cielo te mueve y dirige, como has dicho, no son menester halagos; basta que me lo pidas en nombre de ella. |
Va dunque, e fa che tu costui ricinghe d’un giunco schietto e che li lavi ’l viso, sì ch’ogne sucidume quindi stinghe;ché non si converria, l’occhio sorpriso d’alcuna nebbia, andar dinanzi al primo ministro, ch’è di quei di paradiso. | Ve, pues, y haz que este se ciña un junco liso, y lávale el rostro de modo que se extinga toda suciedad, pues no conviene que con los ojos nublados se presente ante el primer ministro, que pertenece al Paraíso. |
Questa isoletta intorno ad imo ad imo, là giù colà dove la batte l’onda, porta di giunchi sovra ’l molle limo:null’ altra pianta che facesse fronda o indurasse, vi puote aver vita, però ch’a le percosse non seconda. | Aquella islita, todo a su alrededor y en la parte más baja, allí donde más le combaten las olas, cría juncos sobre el blando limo. Ninguna otra planta frondosa o resistente puede tener vida allí, porque no se doblegaría al oleaje. |
Poscia non sia di qua vostra reddita; lo sol vi mosterrà, che surge omai, prendere il monte a più lieve salita». | Después, que no sea por aquí vuestro regreso; el sol que ahora nace os mostrará mejor subida para escalar el monte». |
Così sparì; e io sù mi levai sanza parlare, e tutto mi ritrassi al duca mio, e li occhi a lui drizzai.El cominciò: «Figliuol, segui i miei passi: volgianci in dietro, ché di qua dichina questa pianura a’ suoi termini bassi». | Con esto desapareció, y yo me levanté en silencio, colocándome junto a mi guía, fijando los ojos en él, que dijo: «Sigue mis pasos; volvamos atrás, porque desde aquí desciende esta llanura hasta el punto más bajo». |
L’alba vinceva l’ora mattutina che fuggia innanzi, sì che di lontano conobbi il tremolar de la marina. | El alba vencía el aura matutina, que huía delante de ella; tanto, que desde lejos advertí el movimiento de las aguas del mar. |
Noi andavam per lo solingo piano com’ om che torna a la perduta strada, che ’nfino ad essa li pare ire in vano. | Caminábamos por la solitaria llanura como el hombre que vuelve a la senda perdida y hasta que no está en ella le parece que camina en vano. |
Quando noi fummo là ’ve la rugiada pugna col sole, per essere in parte dove, ad orezza, poco si dirada,ambo le mani in su l’erbetta sparte soavemente ’l mio maestro pose: ond’ io, che fui accorto di sua arte,porsi ver’ lui le guance lagrimose; ivi mi fece tutto discoverto quel color che l’inferno mi nascose. | Cuando estuvimos allí donde el rocío resiste al sol y, por hallarse en parte sombría, se evapora lentamente, mi maestro puso suavemente ambas manos abiertas sobre la hierbecilla, y yo, que me di cuenta de su propósito, tendí hacia él mis mejillas, que habían bañado las lágrimas, y él hizo que quedara al descubierto aquel color que el infierno me había oscurecido. |
Venimmo poi in sul lito diserto, che mai non vide navicar sue acque omo, che di tornar sia poscia esperto. | Llegamos después a la desierta playa que no vio nunca navegar sobre sus aguas a hombre alguno que fuese capaz de volver. |
Quivi mi cinse sì com’ altrui piacque oh maraviglia! ché qual elli scelse l’umile pianta, cotal si rinacquesubitamente là onde l’avelse. | Allí me ciñó como el otro quería, y, ¡oh maravilla!, cuando arrancó la humilde planta, otra renació súbitamente en el sitio donde había arrancado la anterior. |
1 La musa de la poesía épica.
2 Las hijas de Pieri, rey de Pella, fueron convertidas en urracas por atreverse a desafiar a las musas.
3 Venus.
4 La Cruz del Sur.
5 La Osa Mayor.
6 Este viejo es Catón de Utica, que en el año 46 a. de J. C. se dio muerte por no caer en manos de César.
7 La mujer de Catón.
CANTO II
Él les hizo la señal de la santa cruz, a la cual se lanzaron todos a la playa, y él se marchó tan veloz como había venido.
(II, vv. 49-51)
Nos hallamos en la playa situada delante de la montaña del purgatorio. Está amaneciendo y Dante y Virgilio ven acercarse una barca guiada por un ángel de la que bajan algunas almas (vv. 1-51). Entre ellas, Dante reconoce a un amigo músico, Casella, al que le pide que cante, y todos se paran a escucharle (vv. 52-117). En ese momento reaparece Catón y reprende a las almas por pararse, y estas se apresuran hacia la montaña del purgatorio (vv. 118-133).
Una vez terminado el rito de purificación, el Dante personaje está listo para partir. Pero el Dante poeta prolonga la espera, parece querer seguir degustando este nuevo inicio. Los primeros tercetos (vv. 1-9) contienen una larga perífrasis que indica que aún estamos antes de que rompa el alba, en el momento lleno de expectativa que anuncia algo nuevo; e inmediatamente después vemos a Dante y Virgilio en la playa, deseando moverse pero todavía quietos, sin saber el camino que tienen que seguir, a la espera de algo que les guíe (vv. 10-12).
Ya hemos señalado que estamos en el amanecer del domingo de Pascua, el día de la resurrección, el día en que irrumpe en el mundo una novedad absoluta, clamorosa, impensada e impensable, imposible para los hombres. Y