Название | Maurice Nédoncelle: Una filosofía de la historia |
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Автор произведения | Pedro Antonio Benítez Mestre |
Жанр | Документальная литература |
Серия | |
Издательство | Документальная литература |
Год выпуска | 0 |
isbn | 9786079920135 |
8.2. Hegel releído
8.2.1. Jean Hyppolite y la filosofía de la historia
8.2.2. Una reseña
8.3. La díada criticada
Capítulo 9 Pensar filosóficamente la historia
9.1. Una objeción
9.2. La armonía en cuestión
9.3. El fin de la historia
9.4. La historia pensada
9.5. La historia filosóficamente considerada
1. Sobre el amor y la persona
2. Amor y tiempo
1. Fuentes. Escritos de Maurice Nédoncelle
1.2. Artículos y reseñas
2. Estudios
2.1. Sobre Nédoncelle y su filosofía
2.2. Otros estudios complementarios
Tabla de abreviaturas
AP | Nédoncelle, Maurice, Vers une philosophie de l’amour et de la personne, París, Aubier-Montaigne, 1957. |
CL | Nédoncelle, Maurice, Conscience et logos: horizons et méthodes d’une philosophie personnaliste, París, Éditions de l’Épi, 1961. |
PN | Nédoncelle, Maurice, Persona humana y naturaleza. Estudio lógico y metafísico, Madrid, Fundación Emmanuel Mounier, 2005 (Personne Humaine et Nature. Étude logique et métaphysique, 2a ed., París, Aubier Montaigne, 1963, edición francesa).Exceptuado el Prefacio, citado según la página, esta obra se cita siguiendo la numeración de los apartados hecha por el autor, señalando, tras la abreviatura, el número de apartado precedido por el signo numeral. Por ejemplo: PN, #31, indica el apartado 31 sea del original francés o de la traducción. |
RC | Nédoncelle, Maurice, La reciprocidad de las conciencias. Ensayo sobre la naturaleza de la persona, Madrid, Caparrós, 1996 (La réciprocité des consciences, essai sur la nature de la personne. París, Aubier, 1942, edición francesa).Se cita esta obra según la numeración de los parágrafos hecha por el autor, señalando, tras la abreviatura, el número de parágrafo precedido por el calderón. Por ejemplo: RC, §16, indica que es el parráfo 16, sea del original en francés o de la traducción. |
Nota: en todas las citas, si no se indica el traductor, entonces la traducción es mía.
Introducción
Es conocido entre los historiadores de la filosofía que a principios del siglo xx surgió en Francia una corriente de pensamiento que habría de llamarse personalismo. Fue tanto un movimiento con inquietudes políticas —especialmente el grupo en torno a Emmanuel Mounier— como una coincidencia intelectual entre pensadores preocupados por valorar a la persona y justificar su dignidad filosóficamente. Entre estos últimos ocupa un lugar Maurice Nédoncelle, autor cuya filosofía se ha ido conociendo cada vez más. Al igual que los demás personalistas, Nédoncelle reflexionó sobre aquellos temas más directamente vinculados a la antropología, por ejemplo, la conciencia,1 las relaciones entre las personas, los sentimientos, el amor, etc. Todo esto en Nédoncelle es analizado con preocupaciones auténticamente metafísicas. A fin de cuentas, sus disertaciones filosóficas agregaron al personalismo francés un ingrediente metafísico necesario para dar sustento a las reivindicaciones del movimiento.
También es conocido que desde las primeras décadas del siglo xx y pasado su meridiano un tema ocupaba a los filósofos: la historia. En Francia la reflexión sobre la historia era tema obligado en las facultades de filosofía, y autores como Kojève e Hyppolite, relanzando la filosofía de la historia de Hegel, originaron vivas discusiones en las que intervenían autores cuyos intereses filosóficos podían ser diversos. Con esto quiero señalar que la filosofía de la historia era, por aquella época en Francia (aunque también en Alemania, Inglaterra e incluso en México), el tema en el que muchos filósofos convergían, abordando asuntos relacionados con este tema desde los más variados ángulos.
Uno puede decir entonces que, mientras Maurice Nédoncelle estaba ocupado en sus preocupaciones filosóficas sobre la persona y les daba cauce a través de sus ensayos sobre el amor y las relaciones interpersonales, la filosofía de la historia estaba, a su vez, en el centro de los debates filosóficos. Estas dos instancias son las que originan este libro. En pocas palabras, a lo largo de estas páginas sostengo que Nédoncelle, no obstante estar ubicado entre los personalistas, se ocupó de la filosofía de la historia. Mi argumento nace de la simple constatación de que en los ambientes intelectuales de la Francia de Nédoncelle nadie podía desentenderse de la filosofía de la historia. Más todavía, me atrevo a decir que la filosofía de la historia no ocupa un lugar marginal en las disquisiciones filosóficas de Maurice Nédoncelle. Si bien existen ya varios estudios sobre el pensamiento de Nédoncelle, esta relación entre su filosofía personalista y la filosofía de la historia no ha sido puesta en evidencia. De manera que este trabajo arroja luz para comprender mejor el pensamiento de este personalista francés. De hecho, aunque excede los límites de esta obra, creo que uno podría argumentar que no sólo Nédoncelle sino el conjunto de los llamados personalistas, al menos en Francia, mantuvieron un vivo interés por cuanto se decía en la cátedra de Filosofía de la historia, aportando asimismo ideas, conceptos y propuestas.
Al indicar la pertenencia de Nédoncelle al personalismo, sin embargo, se deben hacer algunas consideraciones. De un lado, su peculiar quehacer filosófico lo sitúa en lugar aparte respecto al grupo de personalistas adheridos a Mounier y su movimiento. Asimismo, uno puede señalar cómo en Nédoncelle no hay interés por proponer un programa social o el de hacer críticas al régimen político, cosa que sí hace Mounier a través de su revista Esprit. Estas y otras consideraciones permiten ubicarlo sin confusiones en el panorama del personalismo. En fin, se puede mencionar cómo Nédoncelle, gracias a su familiaridad con la filosofía anglosajona del siglo xix fue capaz de engarzar los planteamientos de filosofía de la historia de corte anglo-hegeliano con los elaborados en Francia por quienes eran en aquel entonces sus propios profesores, vinculando todo aquello con los temas de interés del personalismo.
¿Cuáles eran los temas que acaparaban la atención de los personalistas? Desde luego la identidad y estatuto de la persona misma. De ahí derivaban cuestiones de ética y de política. Están además los análisis de la estructura de la persona humana. Igualmente, las consideraciones sobre las relaciones interpersonales, muchas de ellas en la estela de Martin Buber o de Emmanuel Lévinas. Cabe también mencionar la atención suscitada por el método fenomenológico de Edmund Husserl aplicado, luego, al estudio de la persona. En esta línea podría citarse a Max Scheler. Otro tema señero, sobre el cual Nédoncelle intervino directamente, es el del amor.2 Sobre este último giraban también estudios de las emociones y la afectividad, recuperando, en cierto modo, para la filosofía, aspectos de la realidad personal que se habían ido dejando a la atención de los psicólogos. En suma, puede decirse que el personalismo se distinguía por su particular interés en defender la singularidad del ser personal por encima del orden material e ideológico.
No sobra indicar cómo las pretensiones de los personalistas en sus estudios varían de autor a autor. Basta considerar los ámbitos en que se mueve cada uno para notar también las