Название | El golpe de Estado más largo |
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Автор произведения | Gonzalo Varela Petito |
Жанр | Социология |
Серия | |
Издательство | Социология |
Год выпуска | 0 |
isbn | 9786072924437 |
“Minutos después” la agrupación emitió su posición. ¿Después de que? La redacción no lo aclara, y es de notar que habían llegado legisladores de ese sector “antes y después” de que el presidente hablara. Si fue como parecería, minutos luego de terminada la alocución presidencial, sería antes de la medianoche del día 8, pero tanto El País como El Popular asentaron que el comunicado de Unidad y Reforma se emitió recién a la 01:30 del día siguiente.
Días más tarde, un debatido asunto de pedido colorado de renuncia a Bordaberry formulado el domingo 11, en que habría participado la 15, saltaría a la prensa. Dejemos por tanto de lado a falta de confirmación la nota sobre Sanguinetti y Medero tratando de disuadir a Bordaberry, no sin observar que queda en el lapso de las 22:00 a las 03:00 de la noche del 8 al 9, en que se realizaban febriles tratativas. Alrededor de las 22:00 El País había descubierto una reunión entre Medero y Gutiérrez Ruiz en la casa de la madre de este último (el nacionalista lo confirmaría a Marcha sin precisar día ni hora) y pasada la medianoche, Ferreira estaría buscando convencer al contralmirante Zorrilla de que aceptara una fórmula de sustitución de Bordaberry con realización de elecciones anticipadas.75
En información del momento el presidente habría contactado a Ferreira, y este habría hecho a Gutiérrez Ruiz emisario de una propuesta de consultar a todos los sectores políticos, acordar con las fuerzas armadas, consensar un plan de gobierno y llamar a elecciones en pocos meses.76 Por lo que —alrededor de las dos de la mañana— Gutiérrez Ruiz se juntó durante veinte minutos con el secretario de la presidencia Barrios Tassano y con el ministro Medero en la planta baja de la Casa de Gobierno. Bordaberry —en el segundo piso, posiblemente acompañado también de Juan José Gari y otras personalidades— entendió que la propuesta conversada a pocos metros llevaría al caos y la rehusó. Hubo una entrevista diferente a eso de las 03:10 entre Medero y el propio Ferreira, quien venía de reunirse con oficiales de la Marina. No hubo acuerdo y el líder blanco se ausentó del teatro político, partiendo a su establecimiento rural en el departamento de Rocha. Para unos la actitud de Ferreira era de neutralidad, a partir del rechazo de su propuesta de formar gobierno de unidad y llamar a elecciones, para otros podía significar apoyo a los militares. El periódico ferreirista Opinión Nacionalista develaría que en realidad no se fue enseguida al campo, sino que permaneció un tiempo más en Montevideo a la expectativa, sustrayéndose a la atención pública. Mientras tanto Gutiérrez Ruiz seguía como su operador.77
La versión que daría el líder blanco al diario frenteamplista Ahora en nombre de Por la Patria y del Movimiento de Rocha, sería negar que el presidente le hubiera ofrecido cargos ministeriales a cambio de apoyo. En cuanto a la proposición atribuida a Gutiérrez Ruiz, “no partió de nosotros sino de […] Ministros del Poder Ejecutivo […] [pero] se entendió que […] esa fórmula […] iba a hacer más difícil encontrar la salida. Ninguna salida será duradera si no reposa sobre una consulta popular”. La conjugación impersonal que usa Ferreira deja en la oscuridad quien “entendió” que esa proposición de funcionarios del Ejecutivo era improcedente, aunque otros asignan la negativa a Bordaberry. Ferreira fue más categórico en señalar que la especie de participación en cargos ministeriales que él desmentía, publicada por El Día, era idea de “un ministro del gabinete de Bordaberry”, quien implícitamente estaba reconociendo la tesis ferreirista de que el “pacto chico” (así llamaba el líder blanco al Acuerdo Nacional) era inválido por no representar a las mayorías nacionales.78
En declaraciones al también frentista Última Hora el día anterior, Ferreira había tachado de “mentira deliberada” la información de El Día y amplió:
La propuesta formulada por Gutiérrez Ruiz al Presidente de la República no partió de nosotros, sino de círculos gubernamentales. Más concretamente […] de Ministros. [...] Nosotros contestamos, y cuando digo nosotros me refiero a […] los movimientos “Por la Patria” y “de Rocha”, que siempre estuvimos dispuestos a colaborar con el gobierno de la República para evitar [esta crisis y] […] entendimos que ahora, en estas circunstancias, ninguna salida podía ser duradera si no reposaba sobre una consulta popular.
Nosotros no sabemos si esto llegó o no a conocimiento del señor Presidente. Sabemos simplemente que toda solución de este tipo fue rechazada por el doctor Barrios Tassano [secretario de la presidencia] lo que se explica perfectamente viniendo de este señor.
Hacemos esta precisión porque el Presidente de la República nunca buscó un contacto político [con el Partido Nacional] […] para indagar su opinión sobre estos sucesos.79
O sea que no hubo comunicación directa con Bordaberry y al insistir en que la iniciativa era de “círculos gubernamentales”, Ferreira mencionaba a “Ministros”, lo que haría pensar que el presidente dejó que estos (o este si fue solo uno) actuaran sin él directamente proponer ni comprometerse a nada.
En más declaraciones Ferreira admitió que tuvo también contacto con militares en los días de la crisis y una vez más
Reconoció […] la gestión del Presidente de la Cámara de Diputados Héctor Gutiérrez Ruiz, quien a través de Benito Medero, ofreció constituir un gobierno de unidad nacional y la realización a los 180 días de una elección nacional, previa reforma constitucional. “Esa fórmula contaba con el asentimiento de las Fuerzas Armadas [...] Y no afectaba al sistema institucional. Se recibió la negativa a través de Barrios Tassano, no sabemos si con conocimiento del Presidente de la República, suponemos que sí. A todos con quienes hice contacto les hice presente […] que nadie cometiera el trágico error de suponer que para violar las instituciones podía contar con el apoyo directo o indirecto del Partido Nacional”.
Aquí Ferreira hacía a Gutiérrez Ruiz —muy cercano a él— y no a agentes del gobierno, portador del pedido de elecciones y constitución de un gobierno de unidad nacional, fórmula que puede interpretarse como de reorganización del gabinete con pluralidad de todas las fuerzas políticas sin exclusiones, lo que el nacionalista había reclamado desde el año anterior. Pero afirmaba que hubo apoyo de las ff. aa. para la idea, cuando informaciones en posdictadura sostienen lo contrario.80 Por otro lado dejaba en firme que no apoyaría un golpe de Estado (cosa de lo que luego se le acusaría). Acción publicó palabras de Gutiérrez Ruiz asintiendo que “fueron rechazadas las sugerencias presentadas por nuestro movimiento en las deliberaciones de la madrugada”; algo similar transcribieron El País y Opinión Nacionalista.81
La duda acerca de si la fórmula fue del gobierno o del ferreirismo se aclara acudiendo a otra explicación del líder blanco, que no se difundió suficientemente:
En cuanto a la propuesta formulada por el diputado Héctor Gutiérrez Ruiz al Presidente de la República no partió de nosotros sino de [...] Ministros del Poder Ejecutivo. Ello no lo dimos a conocer en un principio —añadió— porque se entendió que la procedencia de esa fórmula, de allegados al Ejecutivo, iba a hacer más difícil encontrar la salida.82
O sea que con fines altruistas, el grupo de Ferreira habría hecho suya una fórmula de arreglo que no era suya. Pero con mucho entusiasmo, a juzgar por la persistencia con que trató de convencer a otros —de las tres Fuerzas Armadas sobre todo— de llevarla a cabo. Sumada a la maraña de declaraciones de los actores de febrero, plena de ambigüedades y mensajes en clave, la versión recogida por el embajador francés sería que Bordaberry habría exigido que junto con él renunciara Sapelli, a lo que el vicepresidente se habría negado; y Pacheco le habría instruido al vicepresidente que se abstuviera de todo movimiento.83 Por otra parte, si la 15 realmente consideró esa noche la renuncia de Bordaberry, bien se pudo arrepentir ante la perspectiva de que la sucesión de Sapelli fuera transitoria, mientras se llamaba a elecciones anticipadas, lo que podía simbolizar el triunfo de la tesis nacionalista de que las de 1971 no eran válidas. Tal vez por ello a Ferreira no le extrañó que la negativa fuera comunicada por “este señor” (Barrios Tassano) perteneciente al grupo de Jorge Batlle.
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