Название | El anillo de Giges |
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Автор произведения | Joaquín Luis García-Huidobro Correa |
Жанр | Документальная литература |
Серия | |
Издательство | Документальная литература |
Год выпуска | 0 |
isbn | 9786079845919 |
En suma, aunque la difusión del relativismo sea explicable por diversos factores, entre los que se cuenta el desconcierto que produce la diversidad de opiniones éticas, hay buenas razones para no caer en él. Entre ellas, algunas de carácter negativo, como la dificultad del relativismo para fundamentar la obediencia a las leyes, y otras de índole positiva, como el hecho de que una serie de actividades nuestras, entre ellas el diálogo y la exigencia de un respeto absoluto de ciertos derechos humanos, suponen la existencia de una verdad a la que se trata de acceder.
1 M. Ende, Der satanarchaeoluegeniallkohoellische Wunschpunsch, Stuttgart, Thienemann, 1989, p. 173. Traducción mía. Para la versión castellana véase M. Ende, El ponche de los deseos, Madrid, SM, 1997, p. 126.
2 Cf. § 12.
3 Cf. §§ 4-15; 89-110.
4 O. Wilde, El retrato de Dorian Gray, Madrid, Anaya, 1989, p. 30.
5 B 110, Los filósofos presocráticos, Madrid, Gredos, 1981.
6 “Lo fatal”, en Poesía, Madrid, Alianza Editorial, 1977, pp. 94-95.
7 El utilitarismo, Madrid, Orbis, 1980, p. 141.
8 Citado en P. Bade, Gustav Klimt, Nueva York, Parkstone International, 2011, p. 72.
9 Ética a Nicómaco, VI 5, 1140b7-8.
10 Ética a Nicómaco, I 4, 1195b22.
11 Lo que se diga en el campo de la metaética podrá tener consecuencias en el terreno de la ética normativa. Si se analiza, por ejemplo, la ética emotivista y su tesis de que los juicios morales, como “el homicidio es malo”, en el fondo sólo significan cosas como “no me gusta el homicidio”, se puede sacar la conclusión, en el ámbito de la ética normativa, de que no cabe aceptar una fundamentación objetiva de la ética ni tampoco se admitirá la existencia de normas morales de carácter absoluto. También se da una relación entre los dos primeros sentidos de la palabra “ética”. Así, el hecho de que las costumbres de los pueblos sean muy diversas (constatación que hace la ética descriptiva) puede llevar a algunos a deducir de allí el relativismo moral, es decir, una determinada postura en el campo de la ética normativa.
12 Tampoco faltan autores que llaman “ética” a la reflexión acerca de lo bueno y lo malo que se realiza con las solas fuerzas de la razón, y “moral” a la que recurre no sólo a la razón humana, sino que se apoya también en la revelación divina. En fin, hay también autores que señalan otros criterios para distinguir ambos conceptos, pero no parece necesario detenerse más en este asunto.
13 Cf. Cap. VIII.
14 K. R. Popper, La sociedad abierta y su enemigos, Barcelona, Paidós, 1982, traducción de la segunda edición revisada, Londres, 1945, Cap. V.
15 Cf. § 102.
16 J. Swift, Gulliver’s Travels, vol. I, Londres, Jones & Co., 1826, pp. 48-50.
17 Cf. Cap. XII de este libro.
18 La República. II 360b-d.
19 La República. I, 344c.
20 Heródoto, Historia, III [Talía], 38, Madrid, Gredos, 2000, p. 87.
21 Heródoto, Historia, III [Talía], 38, Madrid, Gredos, 2000, p. 87.
22 Cf. R. Spaemann, “Was ist philosophische Ethik?”, en Ethik-Lesebuch. Von Platon bis heute, Munich, Piper, 1987, pp. 13 ss.
23 La República, II 360b-c.
24 Cf. § 98.
25 Para lo que sigue, Cf. Ch. Taylor, La ética de la autenticidad, Barcelona, Paidós, 1994, pp. 67-76.
26 L. Carrol, Through the looking-glass, and what Alice found there, Chicago, Homewood Publishing Company, 1902, p. 95.
27 C. S. Lewis, Mero cristianismo, Santiago, Andrés Bello, 1994, p. 17.
ii
El conocimiento en la ética
A la naturaleza le gusta ocultarse.
Heráclito
El emotivismo
§ 16. La difusión del relativismo ético va acompañada de algunas actitudes y propuestas filosóficas que le sirven de fundamento. Una de ellas es el emotivismo ético. No se trata de una teoría más en la historia del pensamiento, sino que tiene gran importancia en la actualidad. En efecto, mientras en otras épocas los hombres estaban convencidos de la capacidad de la razón para alcanzar la verdad, los nuestros son tiempos escépticos. El problema que está detrás del emotivismo ético es el saber si los juicios morales son (o pueden ser) juicios racionales. También podríamos plantearlo preguntándonos si cabe encontrar una verdad en el campo moral. La cuestión es importante, porque todos hacemos muchas veces juicios de alabanza y de reproche; decimos que hay cosas que están bien y otras que están mal; afirmamos que ciertas conductas deben ser permitidas; que otras deben ser exigidas y otras prohibidas. ¿Qué fundamento tienen estas afirmaciones?
Algunos autores piensan que los juicios morales no son juicios racionales, sino sólo emotivos. Es decir, cuando afirmamos que “la tortura es mala” en realidad lo que estamos diciendo es “no me gusta, me desagrada la tortura”. ¿Por qué empleamos esa forma de hablar? Según ellos, la respuesta es muy sencilla: porque, dotadas de universalidad, nuestras afirmaciones tienen más peso persuasivo. Esto se ve en la vida diaria, en materias como la comida, la música o el deporte. En vez de decir “no me gustan las berenjenas” el niño prefiere afirmar “las berenjenas son malas”. Puede que ocasionalmente estén mal preparadas, pero él emplea esa expresión aun en los casos en que están bien cocinadas, ¿por qué? porque cuando dice que ese plato no le gusta todos pensaremos que es un caprichoso, mientras que en el segundo