Название | Jalisco 1810-1910 |
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Автор произведения | Marco Aurelio Larios López |
Жанр | Документальная литература |
Серия | |
Издательство | Документальная литература |
Год выпуска | 0 |
isbn | 9786074502930 |
ISBN 978 607 450 293 0
Conversión
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Índice
La abolición de Hidalgo y el caso de una esclava en Guadalajara
Gerardo Gutiérrez Cham
Lluvia de piedras (la batalla de la isla de Mezcala)
Rita Gracián
Gabriela Torres
Ramón Márquez
La intervención francesa en Guadalajara se llama birote
Marco Aurelio Larios
Ángela Peralta inaugura el Teatro Degollado
Marco Aurelio Larios
Rafael Medina
El naufragio del vapor Libertad
Godofredo Olivares
El asesinato del general Ramón Corona
Cecilia Eudave
La vuelta al cine en 46 fotogramas
Carlos Bustos
El futbol como sueño y representación
Manuel Fons
El coleccionista de postales porfirianas
Raúl Aceves
Jalisco 1810-1910 tiene la virtud de revisitar el pasado a través de la recreación de anécdotas históricas escritas por autores jaliscienses contemporáneos, quienes se avocaron a la indagación de acontecimientos interesantes, curiosos, célebres o inusitados en Jalisco durante la centuria que va del inicio de la Independencia por el cura Miguel Hidalgo en 1810 hasta los festejos del Centenario en 1910 con Porfirio Díaz.
Las anécdotas narradas aquí surgieron de un enlistado de acontecimientos dignos de recrear a través de la ficción y que fueron elegidos por los autores según sus afinidades y posibilidades de trabajo. Los cuentos o relatos que se presentan en esencia no traicionan la verdad histórica.
Esta obra constituye una aportación diferente en el marco de los festejos nacionales por el Bicentenario de la Independencia. Su corte regional, este centrarse en Jalisco y en sus prohombres, en las costumbres sociales y culturales de aquella época, procede y procura una actitud didáctica para lectores de todas las edades. Es un libro que además pone en diálogo a los autores contemporáneos jaliscienses con los escritores del siglo XIX (extractos de sus textos se combinan alternativamente con los actuales) como una forma de recuperar y volver a traer al presente a escritores que fueron fundamentales en el desarrollo de la literatura jalisciense de esa época.
Este libro hace esquina en las dos áreas de experiencia cognitiva de los tiempos actuales: la imagen y la escritura, mecanismos híbridos que constituyen juntos la nueva didáctica y la nueva pedagogía de las generaciones futuras.
Jalisco 1810-1910 puede verse asimismo como una opción, entre las múltiples probables, de hacer una antología de la historia de Jalisco (si esto fuera posible por la manera en que planeamos este trabajo conjunto). Ciertamente, faltan algunos personajes, algunos acontecimientos importantes también; serán ausencias notables, no nos cabe duda. Pero prolija es la vasta historia de los hombres que concurren en nuestra geografía local y nacional. Bástenos con los lectores de este libro que cuando lo mirasen y lo leyesen, pensaren en otros que habrían cabido como noticia y anécdota en este recuento del pasado desde el presente. De algún modo, los lectores podrán imaginativamente rellenarlo a su gusto.
No se deja de lado, por otra parte, el carácter de esta edición en el contexto universitario. Se trata de un libro publicado por la red de la Universidad de Guadalajara, conformada por catorce centros universitarios (seis metropolitanos y ocho regionales), el Sistema de Educación Media Superior y la UDG Virtual.
Javier Espinoza de los Monteros Cárdenas
Director
Editorial Universitaria
Mi nombre es María Sayavedra. Soy esclava de nacimiento. Nací en un pueblo de pocos caseríos llamado Tepatitlán. Mis padres eran Antonio Martín del Campo y Fernanda Martín del Campo. Llevaban los mismos apellidos porque así lo dispuso el amo de ellos, don Ignacio Martín del Campo. De ese modo cualquiera podía identificarlos como objetos suyos. Yo también fui dada en su propiedad. Siendo niña me marcaron una M en la mejilla con un fierro ardiente y luego me llevaron con mis padres al molino de maíz, donde me puse a trabajar.
La vida entera se me fue en aquel molino, aunque a veces, junto con otras niñas de la hacienda, me daba mis escapadas y nos íbamos a jugar a los campos de frijol y sorgo. Desde ahí mirábamos asustadas las grandes extensiones de tierra colorada y los pequeños ejércitos de caballos, burros y otros animales que entraban y salían por la puerta grande. Crecí pelando mazorcas, removiendo aperos de labranza y cortando rábanos en flor de lis para los pozoles de la peonada. Una mulata nos despertaba en la madrugada y nos mandaba primero a recoger huevos de gallina. Después nos ponía a ordeñar una vaca de patas ligeras. Yo, hasta eso, me divertía con la espuma copeteada en la tinaja. Por