Название | Sigmund Freud: Obras Completas |
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Автор произведения | Sigmund Freud |
Жанр | Зарубежная психология |
Серия | biblioteca iberica |
Издательство | Зарубежная психология |
Год выпуска | 0 |
isbn | 9789176377437 |
Catexis - su adjetivo, catéctico; su verbo, catectizar - aparece como versión de Besetzung, o sea como equivalente a «carga», «ocupación», etc.
No puedo extenderme aquí sobre la acepción que para Freud tiene, en este manuscrito, la palabra cantidad. El lector atento advertirá en el contexto por qué habitualmente aparece sin artículo. [(Nota del T.)]
Las numerosas abreviaturas empleadas por Freud en su manuscrito fueron explicitadas al imprimir el mismo. Pero además de las abreviaturas usuales o fácilmente interpretables, el autor empleó también una serie de siglas: así, N aparece siempre denotando «neuronas», y con j, y y w se designan los tres sistemas de neuronas, empleándose a menudo y como adjetivo (en cuyo caso aparece la palabra «psíquico»). Además, el sistema de neuronas w también es designado con frecuencia como «sistema de neuronas perceptiva» [o «neuronas W»]. En tales casos, las abreviaturas o los signos usados por el autor han sido agregados entre paréntesis. Para representar el término «cantidad», Freud emplea dos abreviaturas: Q y Qh. Hacia el final del manuscrito indica los criterios de su distinción: Q se refiere a la cantidad «externa», y Qh, a la cantidad «psíquica». Sin embargo, esta distinción no siempre se conserva consecuentemente en el manuscrito, y en la carta núm. 39, del 1-1-1896, es abandonada explícitamente. En el presente texto ambas abreviaturas -Q y Qh- han sido sustituidas por la palabra «cantidad», pero agregando siempre, entre paréntesis, las claves de Freud. Cuando no se agregan éstas, se entiende que Freud no las empleó, sino que escribió la palabra correspondiente.
[Sin embargo, el traductor [inglés] se inclina a pensar que el empleo de las abreviaturas Q y Qh por Freud es susceptible de la siguiente distinción más precisa: Q parece haber sido empleada con carácter general para designar la cantidad -incluso la cantidad en el mundo exterior- en todos aquellos pasajes en que no se trata particularmente de caracterizarla con mayor precisión. En cuanto a Qh, parece denotar, ante todo, la cantidad tal como aparece en las neuronas; así, Qh es atribuida al sistema de neuronas j y al sistema de neuronas w, tanto como al sistema y. El traductor también se aventura a adelantar una explicación del enigmático signo Qh. Como se verá más adelante. Freud se permitió la chanza de adoptar la letra griega omega (w) para sustituir la «W» de Wahrnehmung (percepción); por tanto, no sería del todo inverosímil que también aprovechara la circunstancia de que la eta griega (h) no sea más que una «n» con una especie de cola. De tal modo, Qh sería un símbolo adecuado para designar las palabras «cantidad neuronal». I.]
No es posible decidir con certeza a qué «intentos» aludía Freud. En cuanto a las concepciones neurofisiológicas, puede remitirse, sin embargo, a las Obras completas de E. Fleischl von Marxow (1893), con un esbozo biográfico de Sigmund von Exner, y en lo que respecta a las relaciones entre fisiología y psicología, a las obras del propio Exner, en particular a su Intento de explicación fisiológica de los fenómenos psíquicos (1894). En la pág. 225 de esta última obra se lee el siguiente pasaje: «Todos los fenómenos de cualidad y cantidad en las sensaciones, percepciones y representaciones conscientes pueden reducirse a excitaciones cuantitativamente variables de diversos segmentos de esta masa de vías». En cuanto a la teoría de la memoria, Freud bien puede haber sido estimulado por la conferencia de A. Forel sobre «La memoria y sus anomalías» (1885), ya que leía asiduamente los escritos de dicho autor.
El enunciado de que la aplicación fructífera de nociones dinámicas a los problemas de la histeria habría conducido a la presente concepción, nos recuerda que los Estudios sobre la histeria habrían aparecido sólo poco tiempo antes de la redacción de este Proyecto [«todavía no habían aparecido», dice erróneamente la versión alemana. (Nota del T.)], de modo que es dable admitir que Freud intentara resolver en el mismo aquellas dificultades que Breuer no había atinado a solucionar en su contribución teórica a los Estudios. El punto de partida de Freud es, al respecto, diametralmente opuesto al de Breuer, que entre otras cosas escribió lo siguiente: «En las siguientes consideraciones, poco se dirá del cerebro y nada de las moléculas. Los procesos psíquicos habrán de ser expuestos en el lenguaje de la psicología; a decir verdad, no existe otra alternativa».
Palabras omitidas en el manuscrito.
Not des Lebens, dice el original alemán; la versión inglesa pone exigencies of life. He considerado oportuno aplicar aquí el término que empleo para traducir, en su sentido más general, el inglés stress. [(Nota del T.)]
Las ideas desarrolladas en este pasaje sirvieron más tarde de punto de arranque a las reflexiones de Freud sobre los «dos principios del suceder psíquico» [1911]. Entre ambas exposiciones se halla el desarrollo de la misma noción en el capítulo VII de La interpretación de los sueños. La distinción entre una tendencia del aparato psíquico a reducir la tensión a cero y la modificación de la misma tendencia en la forma de mantener el nivel de tensión lo más bajo posible -en otros términos, la distinción entre el «principio del Nirvana» y el «principio del placer»- fue considerada en Más allá del principio del placer [1920].
Cuatro años antes, en 1891, Waldeyer había empleado por primera vez el término «neurona», al dar su forma definitiva a la teoría correspondiente. Jones (1953) señala a Freud como uno de los precursores de la teoría neuronal, en virtud de su trabajo sobre las células ganglionares del cangrejo y de dos monografías neurohistológicas anteriores (Freud, 1878, 1879 y 1882). En cuanto al concepto y el término de «sinapsis», llamadas aquí «barreras de contacto», sólo fueron elaborados dos años más tarde, en 1897, por Foster y Sherrington. Más adelante se verá como anticipó Freud, en un plano meramente especulativo, el dinamismo de los transmisores neuronales químicos. (Gasser, Schweitzer & Gright, et al.). [(Nota del T.)]
La función de las barreras de contacto será expuesta con mayor precisión en el parágrafo [10].
Freud aplicó algunas de estas nociones en Más allá del principio del placer [1920]. En dicho lugar indica expresamente que al hacerlo se adhiere «a la anatomía cerebral localizacionista». De acuerdo con el análisis que M. Dorer (1932, págs. 128 y sig., especialmente página 151) hizo de las relaciones de Freud con las teorías de Meynert, no puede caber duda alguna de que al escribir dichas palabras se refería a este último. La influencia de Meynert se evidencia en varias partes de la argumentación del Proyecto, aunque no siempre es posible discernirla de la que ejercieron las concepciones más generalmente difundidas en la neurología de fines del siglo pasado.
De la exposición siguiente se desprenden, para ambos grupos de neuronas, estas cualidades: las neuronas j son «permeables», es decir, no están dotadas de resistencia, cumplen la función de hacer frente a los estímulos del mundo exterior y han de ser identificadas con la sustancia gris medular; las neuronas y son retentivas, sirven al propósito de dominar los estímulos internos y deben ser identificadas con la sustancia gris superpuesta (supponierten) del cerebro.
Es ésta la traducción corriente del término alemán empleado por Freud, aunque no coincide estrictamente con el concepto habitual de «facilitación» (temporal o espacial), basada en la sumación central. [(Nota del T.)]
Exactamente así dice el original alemán. Como la interpretación es discutible, agrego la de James Strachey y la mía, que, según creo, concuerda más con el sentido original. Dice el traductor inglés: «Vemos así que la cantidad (Qh) es el factor actuante, pero que la cantidad (Qh) puede ser reemplazada por cantidad más la facilitación resultante de la cantidad». A mi juicio, debe decir: «Adviértese así que la cantidad (Qh) es el factor efectivo y que la facilitación, resultado de la cantidad, es al mismo tiempo algo que puede llegar a sustituirla». En mi interpretación, simplemente, Freud habría escrito dos veces la palabra «cantidad», olvidando tachar una. [(Nota del T.)]
Véase al respecto el parágrafo [12], donde esta cuestión es resuelta. Una parte de las formulaciones expuestas en este capítulo ha sido desarrollada, con modificaciones, en las hipótesis de Freud sobre las relaciones entre memoria y consciencia; consúltese