Название | Género y juventudes |
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Автор произведения | Angélica Aremy Evangelista García |
Жанр | Социология |
Серия | |
Издательство | Социология |
Год выпуска | 0 |
isbn | 9786078429325 |
Desde la perspectiva de los jóvenes mixtecos que colaboraron en esta investigación,14 el contexto migratorio presenta nuevos atributos que determinan la construcción de una condición juvenil y que contrastan con los elementos de producción de la misma en el lugar de origen. Por ello, existen diferencias en cuanto a las situaciones de vida de los jóvenes mixtecos, que adquieren una multiplicidad de referentes identitarios vinculados con la organización de género y de generación, como el ser estudiante, universitario, artesano, músico, empleado o comerciante ambulante, o por “estar” en un lapso de tiempo considerado como “libre”, es decir, sin estudiar ni trabajar, mientras se busca un empleo o se continúa con los estudios.
Es en las situaciones antes mencionadas en las que los jóvenes entrevistados expresan una configuración juvenil e indígena cuya construcción despliega una serie de prácticas y significaciones en diferentes zonas fronterizas (Urteaga, 2010), como el posicionamiento para formular ciertas demandas, entre ellas el derecho a “ser jóvenes”, tanto al interior de sus familias como en la comunidad mixteca, y sus formas de organización en el AMM. De acuerdo con el trabajo de campo realizado en dicho contexto, puede agregarse que las familias mixtecas “están definidas y organizadas por su inserción en la economía urbana de la ciudad” —en este caso, Monterrey y su área metropolita—, de acuerdo con “divisiones de género que se crean o recrean en el ambiente urbano” (Arias, 2009: 154-155), además de las relaciones intergeneracionales, interétnicas y de clase.
En este marco, podemos enumerar los siguientes hallazgos etnográficos que se derivan del trabajo de campo realizado: a) un corpus de ideas y prácticas sobre el “ser joven” entre los primeros migrantes mixtecos que arribaron en la década de 1980 al AMM; b) las confrontaciones, tensiones y negociaciones entre las generaciones adultas y jóvenes al interior de la familia y la comunidad; c) las posibilidades y acceso a mayores niveles de educación para mujeres y hombres jóvenes, en el nivel medio, técnico y superior, lo que posibilita una condición juvenil asociada con ser estudiante, antes de adquirir otros compromisos y obligaciones comunitarias y familiares, como el matrimonio; d) la adscripción de los jóvenes en asociaciones civiles interétnicas donde confluye el intercambio de diversas experiencias, conocimientos, expectativas y proyectos que inciden en la multidimensionalidad de su vida cotidiana, lo que les permite visualizar nuevas posibilidades, alternativas y visiones a futuro desde una posición crítica y reflexiva; e) los espacios, usos y apropiaciones juveniles que adoptan y resignifican en función de sus intereses, percepciones y expectativas como jóvenes, tanto en el ámbito local como en su relación con el contexto metropolitano; f) la conformación juvenil de las bandas de música de viento al interior de la comunidad mixteca, que se articulan al contexto local y regional en diferentes niveles de interacción y contacto intercultural, lo cual da sentido a un elemento cultural que seleccionan como emblema intergeneracional de la cultura mixteca de San Andrés Montaña, Oaxaca, y g) la relación con el uso y apropiación de medios de comunicación, redes sociales y tecnologías como parte de su condición juvenil, lo que a su vez les permite estar en contacto con otros jóvenes, familiares y amigos en una amplia geografía que incluye los vínculos sociales con su comunidad de origen.
La investigación en la ZMVM corresponde a la tesis doctoral de Jahel López (2012) y se desarrolló entre 2008 y 2012. En ella, la autora analizó la experiencia juvenil de las mujeres indígenas que migran de zonas rurales a la ciudad para trabajar, específicamente para insertarse en el empleo doméstico remunerado y, en menor medida, en otros ramos del sector de servicios, casi siempre de manera informal. Para entrar en contacto con ellas, se realizó observación etnográfica en los lugares donde se reunían los fines de semana, principalmente en dos salones de baile ubicados en el centro de la ciudad. Se hizo también contacto a través de amistades y de una bolsa de trabajo localizada en una iglesia católica. Asimismo, se realizaron diez entrevistas semiestructuradas a mujeres jóvenes migrantes para conocer de su propia voz su historia migratoria, su inserción laboral y habitacional en la ciudad y sus experiencias construidas en la ciudad como mujeres, indígenas, jóvenes y migrantes.
En el caso de la migración indígena estudiada por López en la ZMVM, dos grupos son protagonistas: las mujeres y los jóvenes de ambos sexos que eligieron esta zona metropolitana como lugar de destino, aprovechando los mercados laborales de servicios y la industria de la construcción que sobrevive con relativo éxito en la ciudad. Otros integrantes de sus familias se reparten entre las localidades rurales, las ciudades fronterizas, las zonas agroindustriales del norte y las zonas turísticas, donde se ha desarrollado un mercado para las artesanías y el comercio indígenas, así como en algunos lugares de Estados Unidos (Sánchez, 2002; Arias, 2009; López, 2012).
Estas mujeres inmigrantes de procedencia rural se establecieron en la ciudad principalmente como trabajadoras domésticas remuneradas, aunque algunas desarrollaron actividades laborales en otras ramas del sector servicios como cocineras, meseras, vendedoras y ayudantes en restaurantes y comercios, la mayoría bajo condiciones de informalidad; es decir, se trataba de trabajos eventuales y flexibles, sin contratos ni prestación laboral alguna.
Los lugares de origen de las jóvenes entrevistadas se ubicaban en el Estado de México, Puebla, Veracruz, Oaxaca, Chiapas, Hidalgo y Michoacán. En el caso de los migrantes indígenas, sobresalen los mazahua, originarios de la región indígena15 Mazahua-Otomí, y nahuas procedentes de las regiones Huasteca y Sierra Norte de Puebla-Totonacapan, por su cercanía relativa a la ZMVM. Con la finalidad de contrastar las experiencias y su especificidad como indígenas, se incluyó a mujeres y varones mestizos provenientes de Puebla y Veracruz.
Una característica muy importante de este grupo de mujeres y varones migrantes, indígenas y mestizos, es que su llegada a la ciudad se debió principalmente a la búsqueda de trabajo, y sucedió en un rango de edad entre los 12 y 19 años de edad —según los datos de la investigación de campo—, la mayoría estando solteros y sin hijos. Estas características, aunadas a los tipos de trabajo que desempeñaban en la ciudad, les permitían llevar cabo una serie de prácticas y vivencias, que en el caso de las mujeres eran más relevantes pues les permitían conformar un tipo de experiencia no asociada con las mujeres indígenas:
1 La experiencia de vivir fuera de la casa de los padres sin que implique el paso a la vida conyugal.
1 La posibilidad de trabajar de forma remunerada y, con ello, percibir y manejar recursos económicos que regularmente compartían con su familia de origen, pero que también utilizaban en beneficio propio para comprar ropa, accesorios y artículos varios, como teléfonos celulares o aparatos para escuchar música, así como para la recreación y diversión.
1 La posibilidad de experimentar el noviazgo como una etapa previa a la vida conyugal. En este mismo tenor, la vivencia de la sexualidad separada de la reproducción también aparece como una posibilidad para las mujeres indígenas jóvenes migrantes, al flexibilizarse, pero no borrarse, las formas de control familiares y comunitarias.
1 La posibilidad de relacionarse con mujeres y hombres no pertenecientes a la comunidad o grupo étnico del que ellas provienen.
1 Por último, la experiencia de compartir y construir espacios con otras personas iguales en condición o situación para hacer uso del tiempo libre y de ocio.
La metodología elaborada para el estudio de las jóvenes indígenas en la ZMVM y de las mujeres y hombres jóvenes mixtecos en el AMM, desde una perspectiva antropológica de la juventud, nos obligó a considerar en el estudio las categorías de género, clase y etnia para complejizar el análisis y dar cuenta de una manera más profunda del fenómeno de interés: la construcción