Название | ¿Qué le pasó al culto en América Latina? |
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Автор произведения | MIguel A. Palomino |
Жанр | Религиозные тексты |
Серия | |
Издательство | Религиозные тексты |
Год выпуска | 0 |
isbn | 9786124252150 |
Además de la música, se continuó enfatizando la predicación como la parte más importante del culto, manteniendo los domingos en la mañana el esquema de culto de adoración y edificación, el culto evangelístico los domingos en las noches, y el culto de oración a mitad de semana.
Década 1980: Culto televisivo o de entretenimiento
En estos años, la “iglesia electrónica” hace sentir su presencia en nuestro continente17. Se observa en las iglesias una tendencia a imitar el formato televisivo de los shows de ptl y Club 700. En esta década, también muchas congregaciones empiezan a comprar o alquilar teatros y cinemas para convertirlos en templos, fenómeno que ha continuado hasta el día de hoy18.
Sin duda, esta modalidad hizo que algunas iglesias optaran por —y adoptaran—una liturgia de los medios que, según el comunicador peruano Rolando Pérez, muestra una apropiación significativa de la estructura del mundo del espectáculo. Pérez dice:
En el interior [de las iglesias], el decorado, la ubicación de los equipos electrónicos, el sonidista que controla desde una cabina de audio, el uso de los instrumentos musicales electrónicos, son apropiaciones directas de la tecnología de los medios, pero también de los propios símbolos de la industria audiovisual. Por otro lado, el modo en que el líder o pastor conduce el culto, sus movimientos cuidadosamente ensayados nos hablan de una “puesta en escena” del rito, lo cual modifica la tradicional ceremonia del culto evangélico. En este sentido, los cultos solemnes, los predicadores ceremoniosos o circunspectos, son reemplazados hoy por el pastor-animador, por la palabra estridente, por los aplausos y los cantos entonados con mucho ritmo19.
Si bien esta observación es válida para un sector de la iglesia (los de corte neopentecostal y carismático principalmente), notamos que la gran mayoría no se identificó totalmente con este estilo de culto, sino que, más bien, para matizar sus servicios, prefirió tomar ciertos elementos como los aplausos, el modelo del pastor-animador, el reemplazo del clásico púlpito por una plataforma cargada de instrumentos, luces y equipos de vídeos y otros. De cualquier manera, no se puede negar que muchos elementos propios de los medios masivos han sido incorporados por muchas iglesias modernas; las cuales ahora tienen maquilladores, diseñadores, luminotécnicos, productores de música y TV, y hasta profesionales que hacen “casting” para seleccionar a los jóvenes (varones y mujeres) que se pararán a dirigir la danza en la plataforma durante los cultos dominicales.
Para Pérez, este tipo de congregaciones constituye lo que ha llamado “iglesias desterritorializadas”, donde los códigos de la cultura de masas se incorporan fácilmente en sus prácticas litúrgicas, rompiendo así con todos los patrones establecidos en lo que llamaríamos iglesias comunitarias (Pérez 1997: 21). Otros analistas, como el español Jesús Martin Barbero, corroboran este hecho y advierten que los medios en América Latina están contribuyendo a reencantar el mundo y dar sentido a la vida de la gente en su experiencia religiosa, “proponiendo nuevos modos mediáticos para que las personas se congreguen”20. Sea como fuere, este tipo de culto televisivo pasó a constituirse en una amenaza para las iglesias tradicionales donde el culto convencional todavía seguía siendo el vehículo para adorar a Dios, a la vez que desencadenó la carrera descontrolada por la construcción de megaiglesias, fenómeno que vemos hasta el día de hoy.
Década 1990: El culto renovado
Muy pocos dudarían de que lo que estamos viviendo ahora en América Latina es el “boom” de la alabanza. Lo que empezó con el Simposio Internacional de Adoración y Alabanza, de David Fischer21, con la música renovada del grupo Restauración de la iglesia Verbo de Vida de Guatemala, y los cantos de Marcos Witt22, no sólo ha cambiado la himnología evangélica, sino también la manera de conducir los cultos. Hoy ya es una norma tener un conjunto vocal en la plataforma apoyando al director de canto, como lo es también el cantar de pie por períodos largos siguiendo la letra de los coros en un retroproyector. Ya no llama la atención que los cantos se acompañen con las palmas o levantando las manos, o que los himnos clásicos casi hayan desaparecido de nuestros programas. La gente, sin duda, prefiere este tipo de culto más vivo que se desarrolla en un espíritu de celebración, donde la alabanza es lo que prima antes que la exposición de la misma Palabra. Estamos, quizás, frente al fenómeno de renovación litúrgica más grande que la iglesia latinoamericana haya experimentado en el siglo pasado.
El culto renovado con toda su explosión musical, ha dado lugar a la amateurización de la música y de la liturgia en la iglesia. Los llamados “ministerios de alabanza y adoración” encargados del culto, son grupos conformados, mayormente, por jóvenes diestros en la ejecución de sus instrumentos, pero neófitos en la vida cristiana y carentes de formación teológica en lo referente al uso de la música en la iglesia. Los pastores, por lo regular, han dejado en manos de estos músicos toda la responsabilidad del culto, quienes, al no tener mayores referentes eclesiásticos, se han volcado a transferir, acríticamente, componentes de la cultura del entretenimiento a los servicios dominicales, creando así un nuevo tipo de culto, al que también se le llama “culto de celebración”, donde la reverencia y otros elementos del culto cristiano casi han desaparecido.
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11 Ver el capítulo 5 del libro de David Stoll, ¿América Latina se vuelve protestante? (http://www.nodulo.org/bib/stoll/alp05f.htm); The Evangelism-in-Depth Movement por Rubén Lores (http://www.wheaton.edu/bgc/archives/docs/Berlin66/lores.htm); y Los auténticos revolucionarios: la historia del evangelismo a fondo en América Latina, por W. Dayton Roberts.
12 Ver http://www.hcjb.org/History/radio-station-hcjb.html; y La iglesia y los dioses modernos. Historia del protestantismo en el Ecuador, por Washington Padilla, pp. 355-359.
13 José Grau habla de este estilo de música en la revista Pensamiento cristiano número 80.
14 Ver Samuel Berberián. Dos décadas de renovación en Latinoamérica, 1960-1980.
15 http://www.youtube.com/watch?v=FvgspvBVEUo&feature=related
16 http://www.youtube.com/watch?v=0iZm9__sJL8
17 Ver Hugo Assman. La iglesia electrónica y su impacto en América Latina. También Dennis Smith. “The Impact of Religious Programming in the Electronic Media on the Active Christian Population in Central America”. Latin American Pastoral Issues.
18 En Lima, por ejemplo, esta tendencia comienza a principios de 1980 cuando la iglesia Casa de Dios, Puerta del Cielo adquiere el local de un cine situado en una de las arterias más importantes de La Victoria, distrito populoso de gente pobre y clase trabajadora. Poco más tarde, Jimmy Swaggart compraría el de un teatro, en Santa Beatriz, para las Asambleas de Dios. Y en los últimos años, las iglesias de corte carismático han venido usando locales cinematrogáficos en sectores de clase media de Miraflores, y Lince.