Название | Comunicación e industria digital |
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Автор произведения | Группа авторов |
Жанр | Социология |
Серия | |
Издательство | Социология |
Год выпуска | 0 |
isbn | 9789972453281 |
Un ejemplo que llama la atención porque trasciende fronteras y se produce de Sur a Sur —pues ha sido implantada primero en Kenya pero ahora trabaja en Brasil, Guatemala, Perú y Nicaragua, por ejemplo— es el de DataDyne (www.datadyne.org). Es una empresa social que solo utiliza la tecnología móvil pero también le da mucha planificación a la formación de su personal y la gestión de su impacto económico y social. Produce un software gratuito, EpiSurveyor, que permite la recolección de datos sobre la salud en sectores rurales, pero ahora también sirve para otros tipos de datos e indicadores de desarrollo. Es una empresa creada por un individuo, Joel Selanikio, pero que quiere liberarse de la dependencia hacia las fundaciones o las ayudas de gobiernos.
En otros casos los emprendedores sociales han entregado su obra a la colectividad, como en el caso de los que desarrollan el software libre (FOSS, por sus siglas en inglés). Llama la atención el caso de Mark Shuttleworth, de África del Sur, que desarrolló el Ubuntu («humanidad hacia los otros»), el sistema operativo de ordenador más utilizado en las comunidades FOSS. También está el caso de Ory Okolloh y del proyecto colaborativo Ushahidi (la palabra swahili que significa «el testimonio») de interés particular, pues es una herramienta para el crowdsourcing que usa múltiples canales, incluyendo el SMS, el correo electrónico, el Twitter y la web (http://ushahidi.com/products). Todos estos proyectos han logrado producir bienes relacionales sin que sean necesariamente bienes experienciales, lo que no quiere decir que no generan industria ni intercambio, sino que lo hacen de modo non-propietario, desde abajo. También han conseguido movilizar mucha gente, tanto en línea como fuera de ella.
Otro ejemplo es el de varias radios comunitarias de América Latina, que combinan sistemas analógicos y numéricos para mejorar la comunidad, y especialmente la situación de las mujeres. Se pueden destacar los casos de radio Tierra, en Santiago de Chile, que se apoya sobre la experiencia de La Morada, una asociación de mujeres para el desarrollo que tiene más de veinticinco años. Es una plataforma activista para la justicia social a favor de los derechos de las mujeres pero en torno a la ciudadanía y la salud. Otro ejemplo es el de radio Wiñay Jatha, que sirve a la comunidad indígena aimara en Bolivia. Es una red establecida por el Centro para el Desarrollo Integral de las Mujeres Aimara (CDIMA), que se enfoca en el empoderamiento de las mujeres vía la cultura y el idioma. Entre otras actividades estos medios proporcionan noticias y servicios de información, organizan redes temáticas y las difunden (Buckley 2011).
Los elementos claves que sobresalen no son solo los de la sostenibilidad financiera sino también la sostenibilidad comunitaria vía las tecnologías, con un uso muy creativo de los bienes relacionales y culturales. Todos estos casos comparten un concepto de desarrollo con una nueva visión de futuro de las industrias creativas, con perspectivas finales locales y no necesariamente comerciales, con la necesidad de resolver un problema de interés social común. Tienen la capacidad de ampliarse a más personas, de adaptarse a las nuevas tecnologías y de planificarse a largo plazo. Pueden encontrar una variedad de recursos para financiarse que los aleja del paradigma de la dependencia y los aproxima al de la sostenibilidad: no se acercan mucho a las grandes instituciones especializadas de la ayuda internacional y prefieren constituirse en proyectos y fundaciones del crowdfunding (financiamiento colectivo), beneficiándose del apoyo de muchos pequeños actores antes que depender de agencias de desarrollo cuyas prácticas se han vuelto casi obsoletas con las iniciativas desde las redes sociales.
Las perspectivas de futuro
Industrias creativas desde abajo
Estos ejemplos muestran la pertinencia de la relación entre industrias creativas, diversidad cultural y desarrollo participativo. En relación con Hollyweb y los intereses de los Estados Unidos y otros países desarrollados en mantener una visión desde arriba, la sociedad civil debe quedar movilizada para permitir la emergencia de industrias creativas e individuos creativos que fomentan autonomía y sostenibilidad desde abajo. Entre los retos principales, los más importantes son seguir promoviendo tanto las ampliaciones en línea de los medios audiovisuales de tipo broadcast como las creaciones en línea de los medios de comunicación de tipo broadband.
En el ámbito de los medios audiovisuales de tipo broadcast, el foco debe mantenerse en:
• Legitimar el valor de servicio público de las redes para la difusión de contenidos audiovisuales, mediante la protección de las ampliaciones en línea de los organismos de radiodifusión de servicio público y promoviendo la aparición de servicios públicos de radiodifusión transnacionales.
• Garantizar los derechos de programación y el acceso de las audiencias a los contenidos audiovisuales y digitales, mediante el monitoreo de una serie de acontecimientos considerados como de «gran importancia para la sociedad» (deportes, festivales…), y extender dicha protección a toda la gama de eventos comunitarios y de industrias creativas basadas en el desempeño colectivo y el conocimiento agregado por los usuarios.
• No hay que olvidar el «dividendo digital», que libera una gran cantidad de espectro radioeléctrico de alta calidad para el despliegue de nuevos servicios, el cual tiene el potencial de proporcionar una gran abundancia de beneficios sociales y culturales, mediante la ampliación de las posibilidades de los actores de pequeña escala, como las comunidades o los municipios, para entrar en el tercer sector de la radiodifusión y la industria inalámbrica.
Con respecto a los medios digitales de tipo broadband, la atención debe centrarse en:
• Conseguir una retribución creíble de la creatividad en las industrias creativas a través de mecanismos de compensación alternativos de tipo microcrédito, como el propuesto en el caso de la «licencia global».
• Centrarse en la legitimación de las industrias creativas, de modo que los cultivarredes (netcroppers) se vuelvan emprendedores sociales y se beneficien de la protección en las condiciones financieras de ese trabajo personal y social.
• Vincular a los estados a través de políticas culturales digitales para democratizar la cultura, especialmente mediante el desarrollo de mecanismos de apoyo como el presupuesto participativo para la producción y la distribución de contenido generado por los usuarios y por la comunidad.
• Mantener el valor del pluralismo en la diversidad de los medios, frente a las prácticas de vinculación (bundling) comercial de Hollyweb que unen una herramienta de navegación y el software específico, todos ellos pertenecientes a un mismo operador o a la misma compañía de software.
• Promover el código y el software libre para fomentar los bienes comunes de información, a través de una robusta infraestructura básica de acceso abierto, ya sea para la seguridad y la soberanía nacionales o para las pequeñas empresas locales y las formas de expresión colectiva.
Nuevas perspectivas para la investigación en comunicación para el desarrollo
La relevancia de estas perspectivas para el campo de la comunicación para el desarrollo es patente, pues apunta a varios temas de investigación. Hay mucha conceptualización que hacer sobre los modos de propiedad y su evolución en relación con los bienes experienciales y los bienes relacionales. Se tiene que pensar también en el significado de estas nuevas industrias creativas y los desafíos en lo referente a las oportunidades y los riesgos. Los nuevos agentes del desarrollo, desde abajo, pueden llegar a chocar con los agentes más tradicionales, desde arriba, de los países del Norte.
La interdisciplinariedad, que es una fuerza de la comunicación para el desarrollo, puede permitir entender procesos de globalización y de mediatización y abarcar el fenómeno de la proliferación de agentes y de propuestas desde abajo. Los nuevos modos de movilización social y su relación con el cambio social tienen que ser