Piñera porno. Alberto Mayol

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Название Piñera porno
Автор произведения Alberto Mayol
Жанр Социология
Серия
Издательство Социология
Год выпуска 0
isbn 9789563249125



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      ALBERTO MAYOL

      Piñera porno

      Clímax y caída de la obscenidad neoliberal

      Colección La Cosa Nostra

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      Mayol, Alberto

      Piñera porno

      Clímax y caída de la obscenidad neoliberal

      Santiago, Chile: Catalonia, 2021

      ISBN: 978-956-324-911-8

      ISBN Digital: 978-956-324-912-5

      Política y gobierno

      JP

      Diseño de portada: Guarulo & Aloms

      Fotografía de portada: intervención fotográfica, por Mateo Infante.

      Corrección de textos: Hugo Rojas Miño

      Diseño y diagramación eBook: Sebastián Valdebenito M. Dirección editorial: Arturo Infante Reñasco

      Editorial Catalonia apoya la protección del derecho de autor y el copyright, ya que estimulan la creación y la diversidad en el ámbito de las ideas y el conocimiento, y son una manifestación de la libertad de expresión. Gracias por comprar una edición autorizada de este libro y por respetar el derecho de autor y copyright, al no reproducir, escanear ni distribuir ninguna parte de esta obra por ningún medio sin permiso. Al hacerlo ayuda a los autores y permite que se continúen publicando los libros de su interés. Todos los derechos reservados. Esta publicación no puede ser reproducida, en todo o en parte, ni registrada o transmitida por sistema alguno de recuperación de información. Si necesita hacerlo, tome contacto con Editorial Catalonia o con SADEL (Sociedad de Derechos de las Letras de Chile, http://www.sadel.cl).

      Primera edición: octubre, 2021

      ISBN: 978-956-324-911-8

      ISBN Digital: 978-956-324-912-5

      RPI: 2021-A-9314

      © Alberto Mayol

      © Catalonia Ltda., 2021

      Santa Isabel 1235, Providencia

      Santiago de Chile

      www.catalonia.cl@catalonialibros

      He aquí tú, Sebastián

      Patriarca de tiempos obscenos. He aquí tú, Sebastián. Un yo dañado y prominente, fuente de turbación y recelo, fuente de ceguera, de una oscuridad que no reside en el cuerpo, de una oscuridad que es tu espíritu de tormento. He aquí tú, Sebastián, viviendo tus tiempos destituyentes, la caída de tu nombre y tus ideas, la conversión en polvo de tu vano orgullo. Sí, eres tú, hombre récord, genio de las finanzas y dos veces todopoderoso en nuestra tierra. Sí, eres tú, clímax y caída de la era del dinero. Sí, eres tú, Sebastián, banderitas absurdas, piedras para reinas, hombros inquietos, nietos comunicacionales, espasmos en forma de palabras, empresas zombis, una esposa avergonzada, contratos de explícita malicia. Sí, eres tú, Sebastián, comprador de almas, vendedor de la tuya propia. Eres tú, Sebastián, he aquí simplemente tú, un avaro impenitente, la intriga de un evasor a cargo del fisco. Eres tú, Sebastián, carne destituida, caminante confuso de tiempos refundacionales. He aquí tú, Sebastián, en medio de una era constituyente que te cayó encima para sumar a tu derrota la ofensa de los tuyos. Sí, eres tú, Sebastián, no te equivocas al pensar que es tu propia alma la que gime en los infiernos, no te equivocas si ves a tu alrededor cómo te vas convirtiendo en chivo expiatorio. He aquí un país, Sebastián, que de tanto deshonrarlo fue por su honra, que de tanto denostarlo fue por su dignidad. He aquí un país, un pueblo, Sebastián, obligado a luchar contra tus demonios, que reconstruye los tejidos rotos que dejaste y afronta el dolor de esos cuerpos donde se vengó tu dolor infame. Buscaste amor, Sebastián, encontraste dinero. Buscaste amor, Sebastián, encontraste votos. Buscaste amor, Sebastián, pero nunca lo encontraste. Y solo te quedó la pornografía.

      Table of Contents

       Portada

       Créditos

       Índice

       La caída

       1. Piñera sepulturero

       2. Piñera porno

       3. Karol Dance

       4. Qué hubiera escrito Neruda

       5. La obscenidad

       Notas

      La caída

      Todos los años, los presidentes de la República asisten a dar el discurso final que permite ritualmente cerrar el famoso foro de empresarios llamado Encuentro Nacional de la Empresa (Enade). Recurramos a la imaginación para vislumbrar un escenario tan imposible como cierto (sí, un escenario puede ser imposible y cierto). Si Sebastián Piñera hubiese llegado a Enade con un carrito de supermercado informando que traía un par de novedades como la muerte de la Constitución Política de 1980, el aumento del gasto público, el retiro de dinero de los fondos de pensiones, una mapuche presidiendo el proceso constituyente, en fin; si eso hubiese ocurrido, el horror se habría depositado en los empresarios y la vergüenza habría caído sobre los móviles hombros del Presidente. Y la verdad es que ha ocurrido. El acontecimiento no ha encontrado palabras, no ha tenido teatralización, pero ahí está, explícito, indesmentible. Piñera ha tenido dos gobiernos destructivos para su sector: en el primero cayó la Iglesia católica, la educación de mercado, los proyectos de alta intervención medioambiental. En el segundo el asunto ha sido ostensiblemente peor. En la práctica, Sebastián Piñera ha llegado a Enade con su carrito de supermercado con una ofrenda ominosa para el empresariado. Ha sido el líder de los principales procesos de gran contaminación de la imagen empresarial, ha sido un pilar para el daño reputacional y la pérdida de legitimidad del neoliberalismo. En Chile hay un rótulo para ello: el palito con caca. Piñera ha sido el palito con caca del modelo.

      Piñera es el demiurgo de un nuevo mundo, un mundo nuevo que es una pesadilla para quienes constituyen el sector político del Presidente. Con Sebastián Piñera se muere la derecha que se sintetizó en dictadura y se consolidó en la transición, pero también muere la derecha histórica, oligárquica, hispanista, conservadora. El liberalismo y el conservadurismo parecen sometidos a un proceso luctuoso. Destruir al liberalismo y al conservadurismo al mismo tiempo es un acto extraordinario, es la magia de un ángel de la muerte.

      La caída de las derechas históricas en manos de Piñera se representa en la siguiente escena: la ley que creó el proceso constituyente chileno fue firmada por Sebastián Piñera Echenique, Felipe Ward Edwards y Gonzalo Blumel Mac Iver. Bastará apreciar los apellidos, lo que en Chile entendemos como “buenos apellidos”, ya sea porque son cruciales en la historia política de Chile (Edwards, Mac Iver), ya sea