Название | Donde viven las palabras |
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Автор произведения | Annabella Rinaldi |
Жанр | Языкознание |
Серия | |
Издательство | Языкознание |
Год выпуска | 0 |
isbn | 9789878722177 |
Dejan pasar algo de dentro afuera. Los ojos son espejo del alma. En el lenguaje popular se dice que el amor es ciego, frase que indica que los enamorados no ven claramente la realidad.
No se ve más allá de las narices, y esta limitada visión hacia afuera tampoco permite conocerse mejor a sí mismo. Ahí radica el problema, porque debería aplicarse a sí mismo aquello que se ve, para aprender a verse. Si bien, se relaciona todo consigo mismo, no logra verse y reconocerse a sí mismo en todo. Entonces la subjetividad desemboca en una reacción defensiva sin que la proyección llegue a resolverse.
El conocimiento de uno mismo hará salir de la subjetividad. Cuando no se ve claro, la pregunta clave será: “¿Qué es lo que no se quiere ver?” La respuesta siempre es: “A sí mismo”.
Se cierran los ojos ante un conflicto que no se quiere afrontar. Por miedo de ver las cosas con nitidez.
Se halla la presión psíquica de las lágrimas no vertidas.
Debe consentirse que las circunstancias imposibiliten seguir viviendo como hasta ahora.
Tres días en la cama sin poder abrir los ojos por el dolor.
Por el dolor en los ojos pero más por el dolor en el corazón.
Su esposo, único hombre en toda su vida, le anunció que se iba de la casa. Y ese mismo día la única hija que quedaba viviendo se iba a otra ciudad a estudiar.
Ella no quería ver. Pero el enfermo era él, sufría de la verdadera ceguera: la ceguera de la mente.
Corazón
“Adonde quiera que vayas,
ve con todo tu corazón”
Confucio
Es tan miserable el amor que podemos no sentir como para ni siquiera ser capaces de mantener una amistad con quien lo brinda, una llamada telefónica o apenas un mensaje de texto.
No. Lo rechazamos. No reparamos en el sentimiento del otro. No tenemos compasión.
Todo mal es mal de amor, todo dolor es no amar.
Nuestro ego se alimenta de tal manera, porque nos están diciendo que nos aman, que sólo nos entran las palabras en nuestra mente, y creemos que a la vuelta de la esquina habrá otra alma humana que nos esté esperando. Y probablemente reaccionaremos de la misma manera.
Reconocemos que somos así pero no hacemos nada para cambiar esas acciones. Nos auto flagelamos, poniéndonos en situación de víctima, como si el otro tuviese la culpa de hacernos sentir tan especiales.
Decimos: –Yo te amo, pero…; –Yo te quiero, pero…
Si amamos, pero…; si queremos, pero… Es porque no amamos ni queremos. No tenemos nada en nuestro corazón. Sólo el que lo tiene puede darlo. Y no lo tenemos.
Y así es como avanzamos por la vida, confiados en que ese momento llegará. ¡Ignorantes!
Nos ubicamos en el futuro, ilusorio, como todo lo que vemos, oímos, olemos, degustamos, hablamos.
Sin reparar que ese futuro es este momento que ya pasó. No el de mañana, la semana que viene, el año que viene. Esto que ahora estoy escribiendo ya es un futuro que caducó.
Estamos envueltos en tantas capas como las de una cebolla, o de velos según dicen los maestros espirituales. Esas capas están tan sujetas a nuestro cuerpo físico que no podemos desprendernos ni siquiera de la más externa.
Entonces la pregunta es: ¿Cómo llegamos al corazón?
Aprendiendo a ver lo más puro y verdadero no sólo con los ojos físicos sino con el sentimiento.
Tal vez así podamos reparar el sufrimiento que produjimos.
El naranjero y la hamaca
“El hombre es producto de sus pensamientos”
Gandhi
“Hoy sí por fin algo lindo de toda la mierda que está pasando en la escuela y bueno sí ya ya lo que pasa que está todo tan podrido acá en la escuela porque no no está todo pa´ atrá y conmigo ni hablar y con bueno con la Regente que la tengo acá en la nuca para mí que gusta de mí eh bueno esa es una humorada y ya lo que pasa que yo ya estoy tengo la cabeza partida de lo que tengo que hacer con todos los proyectos que hicieron y bueno qué sé yo bueno estoy endeudada hasta la tapita espero que no me haya robado nada porque si me robó algo a mí me va a mandar re presa pero bueno robado mío por favor no porque estoy pa´ atrá porque estoy re muerta y bueno eso y yo con el quilombo de la escuela sigo con lo mismo en ni da un viernes a la noche pensar en eso ni da porque hay un quilombo se pudrió todo en la escuela me peleé con todo el mundo yo soy pacífica pero para que me pelee con todo el mundo pero bueno no arruinemos el no arruinemos el fin de semana y bueno nada más listo sigo pensando yo hay un gordito uno de anteojos y después está el dueño que es un canoso o será algo cósmico es es lo que hay en el mundo y bueno eh la historia es que no puedo despegar de la escuela la gorda de mierda nos embocó una reunión el 23 a la tarde eh pero bueno eh y bueno bueno nada más que bueno a estas que son todas porque siempre son lindas y poderosas bueno yo no no no encajo en el el eh cómo se llama en el el estereotipo yo soy de otra manera pero bueno sí me tocó por ahí hay en una parte de mi vida que no la nunca la conté y bueno y por eso yo por eso y media extraña no eh cuando era la época del proceso mi papá era el Comisario General de acá yo eh dos cuadras y yo pasé eh pasé es decir estuve acá y pasé de colegio en colegio de ida y vuelta porque si los otros digamos los que estaban contra el proceso proceso pongamos los que estaban en contra de lo que eran los militares la pasaron mal los hijos los desaparecidos y todo eso la pasaron mal pero yo no la pasé mal creo que la pasé peor que ellos porque yo no podía estar en un lugar estable estuve en mi casa y tuc venía una vez un auto y me llevaba no vos tenés que ir a otro lado estuve un montón de tiempo eh sin la vista la tengo para atrás pero para atrás mal pero ando medio por ahí todavía medio atolondrada me siguen mandando cosas de la escuela me dicen no le des más pelota mucho tiempo no estoy teniendo esta virtualidad fucking virtualidad estamos todo el día laburo más que antes todo el día con la computadora si no es corregir es mandarle la asistencia a los preceptores y estoy como loca el otro día muy pelotuda me largué a llorar en la reunión de jefes porque claro yo no puedo más pero bueno ahora pedí que me borren todo lo del año pasado todos los mensajes yo acá estoy medio averiada me desgarré la parte del tórax así que estoy con morfina y todos los veranos alguna el verano pasado fue la muela esta me agarró esto me empezó a doler doler y doler un mal movimiento después se me cayó una puerta encima no quería ir porque dije bueno no pasa nada y bueno terminé así estoy una tomografía estoy toda vendada la parte del torso de la panza para arriba y bueno y con morfina y otros medicamentos más que me dejan medio uhuhuh…”
El patio no era muy grande pero lo suficiente como para disfrutar de la vista del cielo, oír el canto de los pájaros, sentir el aire en la cara y oler el perfume de alguna flor. El piso de tierra le daba el aspecto natural, fresco en verano y muy frío en invierno, pero el contacto con la naturaleza que ofrecía hacía olvidar las bajas temperaturas.
Y hacía olvidar que estaba ubicado en plena ciudad de cementos y encarcelado por altos paredones.
Con muchas plantas, algunas de ellas añejas, como el extraordinario naranjero que engalanaba el centro. Su tronco junto al de un árbol pequeño vecino permitían que cuelgue la hamaca de mimbre.
Ella solía pasar tiempo tirada en la hamaca, en silencio, dormitando, manifiestamente relajada, como en un estado meditativo pero eso era sólo una apariencia de su cuerpo físico.
En su mente sucedía otra cosa.
El mundo estaba en su mente y eso la aturdía hasta enloquecer.
Poesía para no leer