Название | Perspectivas actuales del feminicidio en México |
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Автор произведения | María Eugenia Covarrubias Hernández |
Жанр | Социология |
Серия | |
Издательство | Социология |
Год выпуска | 0 |
isbn | 9786078692217 |
En 2016 se presentó una actualización de la información en el estudio La violencia feminicida en México, aproximaciones y tendencias 1985-2014.3 Los datos corresponden al registro de defunciones femeninas con presunción de homicidio (DFPH) a lo largo de 30 años (entre 1985 y 2014), contabilizando un total de 47 178 casos en todo el país. La publicación hace una distinción entre los periodos con incrementos y reducción de muertes, los ocurridos en la vía pública y en la vivienda, además de las causas de muerte como ahorcamiento, estrangulamiento y sofocación, disparo de armas de fuego, contacto traumático con objeto cortante y con objeto romo o sin filo.
A su vez, el Observatorio Ciudadano Nacional del Feminicidio (2011)4 se ha encargado de documentar las cifras del fenómeno y en el año 2011 documentaron 1 235 casos ocurridos en el periodo de enero de 2010 a junio de 2011 en ocho estados de la república (Estado de México, Sinaloa, Tamaulipas, Jalisco, Nuevo León, Distrito Federal, Oaxaca y Sonora).
En su último informe, el Observatorio Ciudadano Nacional del Feminicidio (2013)5 abarca el periodo de 2012-2013 y reporta el asesinato de 3 892 mujeres en los 31 estados del país y en el entonces Distrito Federal.
De igual manera, ONU Mujeres6 dio a conocer que en México ocurrieron 2 502 defunciones femeninas con presunción de homicidio en 2013, es decir, siete asesinatos al día, además de que 63 por ciento de las mujeres del país han padecido algún tipo de violencia, teniendo como focos rojos el Estado de México, Guerrero, Jalisco y la Ciudad de México.
Por su parte, el INEGI reportó que en 2015 en promedio siete mujeres fueron asesinadas diariamente en México durante 2013 y 2014,7 mientras que entre 2013 y 2015 el número de mujeres asesinadas 6 488;8 tan sólo en el Estado de México, entre el primero de enero y el 18 de noviembre de 2016, fueron asesinadas 299 mujeres.9
El informe más reciente que se tiene es el realizado por el Observatorio Ciudadano Nacional del Feminicidio (OCNF), en el que se señala que «de 2014 a 2017 fueron asesinadas un total de 6 296 mujeres en 25 estados del país, de los cuales 1 886 casos fueron investigados como feminicidio, es decir, sólo 30%».10
Por otro lado, se debe reconocer que se han tenido algunos avances en materia legislativa, pues actualmente se tiene conocimiento, entre otros datos, del estado actual del tipo penal de feminicidio en México, del análisis de la obligatoriedad de emisión y aplicación de protocolos de investigación del delito en las entidades de la República Mexicana, de las sanciones, de las acciones promovidas para declarar la alerta de género en varios estados, así como la declaración de ésta para algunos municipios de los estados de México y Morelos en 2015; Michoacán, Chiapas, Nuevo León y Veracruz en 2016; Sinaloa, Colima, San Luis Potosí, Guerrero, Quintana Roo, Nayarit y Veracruz en 2017;11 Jalisco, Oaxaca, Durango, Campeche y Zacatecas en 2018; y Puebla en 2019.12
Sin embargo, el camino por recorrer aún es largo, y en ese trayecto, el libro Perspectivas actuales del feminicidio en México concentra trabajos con diversas perspectivas del feminicidio que, en conjunto, abonan en el tejido de hilos que se entrecruzan para dar forma a este complejo fenómeno. El énfasis está puesto en los elementos que promueven y mantienen los feminicidios, las formas en que se cometen, el papel de los medios de comunicación y la actuación de las instancias de procuración de justicia, así como en delinear algunas de las acciones necesarias dirigidas a su erradicación, al tiempo que se bosquejan nuevas propuestas de intervención en diferentes ámbitos.
Es importante advertir que, al reunir los trabajos de diferentes autores, el lector encontrará información que se repite, como definiciones y otros datos necesarios para contextualizar y delimitar el problema del feminicidio, pero éstos adquieren sentido en la lectura de cada apartado específico.
Un criterio ético en el que no se encontrará uniformidad es en nombrar a las víctimas: cada autor y autora argumenta el criterio utilizado, el cual se puede apreciar en el cuerpo de los textos, por lo que se respetó su decisión.
También es necesario señalar que el alcance del contenido del libro es informativo y de sensibilización para cualquier público lector, pues tal como se afirma en algunos de los trabajos, es importante emprender diversas acciones encaminadas a conocer y sensibilizar respecto a la incidencia del feminicidio en México, pues sumadas a otras acciones se podrá abonar a generar condiciones de vida alejadas de la violencia y a la exigencia de seguridad y justicia.
El libro está estructurado en tres apartados. El primero, «Feminicidio: perspectivas, acciones y desafíos», reúne los trabajos de tres investigadoras. Sus perspectivas son diversas, no sólo por el ámbito de formación y acción de cada una, sino también porque centran su estudio en puntos clave, aunque distintos, presentes en el feminicidio: los factores que se encuentran en la construcción de masculinidades violentas; la implantación del protocolo ante el feminicidio y el papel de los servidores públicos para su adecuada aplicación; y la apuesta en las acciones educativas.
En «Breve esbozo del feminicidio en México y la construcción sociocultural de la masculinidad», Náyade Soledad Monter Arizmendi recurre a las miradas y voces de quienes se han pronunciado alrededor del feminicidio para contextualizarlo en el marco de la violencia contra las mujeres vivida en México, generada y reproducida a partir de las relaciones de género inequitativas entre hombres y mujeres. El énfasis está puesto en los componentes de la socialización diferenciada de género que derivan en la construcción de masculinidades violentas, desde los ámbitos familiar, escolar y los grupos de pares.
En «La importancia de la sensibilización y la perspectiva de género en la aplicación operativa del protocolo para feminicidio en la Ciudad de México», Claudia Irma Portilla Campos explica el proceso mediante el cual se ha construido el concepto del delito de feminicidio, su incorporación al ámbito jurídico y la creación del Protocolo de Investigación Ministerial, Policial y Pericial. Posteriormente, ejemplifica cinco casos de feminicidio en los que se aprecia la actuación institucional en la implantación del protocolo, reconociendo el apego adecuado a éste; sin embargo, esto no es suficiente, pues también señala y cuestiona las dificultades, fallas y ausencias en su manejo, lo que se traduce en la falta de justicia para las víctimas y sus familiares, apuntando al reto que las instituciones de procuración de justicia en particular y la sociedad en general debemos asumir para prevenir, atender y erradicar el problema.
El texto «Feminicidio y experiencias de intervención educativa», de Patricia Ravelo Blancas, describe diversas acciones educativas implantadas para contrarrestar los efectos de la violencia vivida en Ciudad Juárez, Chihuahua, particularmente el feminicidio. Desde una perspectiva de intervención dialógica, se colabora en la construcción del proceso de reapropiación y transformación de la conciencia social comunitaria, mostrando cómo la apuesta desde la educación puede transformar comportamientos violentos y encauzarlos hacía una cultura de respeto en las relaciones sociales y de género.
El segundo apartado, «Perspectivas críticas de la cobertura de feminicidios en medios