En esta obra 'desaforada', Norberto Chaves, con su irrepetible estilo, ha reunido más de 500 aforismos de su puño y letra, agrupándolos en 35 temas: amor, arquitectura, arte, ciudad, consciencia, consumo, cultura, democracia, diseño, economía, estética, ética, europa, historia, inteligencia, justicia, lenguaje, libertad, literatura, masa, moda, modernización, muerte, música, poder, progreso, razón, religión, sexo, sociedad, sujeto, tecnología, turismo, verdad, vida. Estos aforismo se ven complementados por el excelente trabajo de Alejadro Ros, a cargo de las ilustraciones de cubiertas. "Si algo queda claro en nuestro autor es el dominio de la estrategia del aforismo. Sabe Norberto que el aforismo va contra la lengua dominante y que logra su triunfo precisamente por su capacidad de camuflaje. La sentencia – y se llama así porque condena – destinada a desajustar las cabezas del sentido común logra su efecto porque se pliega al formato.
Así puede parecer refrán, dicho, aseveración, dictamen, enunciado apodíctico (estos son tremendos: son porque sí). Pero una vez abrigada con la contención de la forma, comienza un fenómeno extraordinario: la reverberación del aforismo. Este despabila los sentidos ocultos, dormidos, y los tensa en contradicción manifiesta: mirad, por si no habíais caído,…el secreto de la milanesa es que es napolitana…
Y tanto se dice en ello que requeriría de un tratado para hacer la visita guiada por los reinos del ingenio, del sinsentido y del desplazamiento radical de lo mostrenco." Del prólogo de Miguel Marinas
La guerra de España es la única ocasión histórica en que nuestro país ha desempeñado un papel protagonista en la historia del siglo XX. Tan solo en otro momento, mucho más grato en sus consecuencias, como fue la transición a la democracia, España ha resultado protagonista de primera fila en la vida de la humanidad. No puede extrañar, por lo tanto, que, desde una óptica nacional o extranjera, se haya considerado como eje interpretativo de nuestro pasado lo sucedido en ese periodo.
Este tipo de interpretación tiene un obvio inconveniente que nace de considerar la totalidad de la historia contemporánea española como un camino inevitable hacia la guerra entre dos sectores de la sociedad enfrentados a muerte. Nada parecido a una guerra civil con centenares de miles de muertos se dio en otro país del Occidente europeo durante el primer tercio del siglo XX. Eso, sin embargo, no debe hacer pensar que el enfrentamiento violento fuera inevitable. Hasta el último momento la guerra civil pudo haber sido evitada. Los testigos presenciales, en especial los que tenían responsabilidad política de importancia, suelen considerar que no fue así, pero ello se debe, quizá, al deseo de exculparse por sus responsabilidades. En realidad, pocos desearon originariamente la guerra aunque hubiera muchos más a quienes les hubiera gustado que se convirtieran en reales sus consecuencias, es decir, el aplastamiento del adversario. Con el transcurso del tiempo ese puñado de españoles consiguió la complicidad de sectores más amplios y se olvidó que los entusiasmos políticos que llevaban a una España a desear imponerse sobre la otra implicaban el derramamiento de sangre.
En el presente volumen, el profesor Martínez Ruiz nos ofrece un preciso relato de la Guerra de la Independencia, uno de los acontecimientos más importantes de la historia de España, donde se encuentran muchas de las claves de nuestro pasado y presente. Tras un análisis de los parámetros internacionales que desembocan en la invasión de la península Ibérica por Napoleón, se van exponiendo los diversos elementos que componen la realidad de la guerra, desde el comienzo de la crisis hasta la vuelta de Fernando VII, pasando por las abdicaciones de Bayona, el motín del 2 de mayo madrileño, la extensión de la sublevación por el resto de la geografía peninsular y las características de la guerra y su desarrollo, incluida la guerrilla. Además, se presentan con minuciosidad los elementos dominantes en la parte del país controlada por José I, el rey intruso, que se esfuerza en gobernar de acuerdo con el marco político creado por la Constitución de Bayona, preparada por Napoleón, de la misma forma que en la España que permanece fiel a Fernando VII, el deseado se atienden las necesidades de la guerra y se desarrolla la primera etapa de nuestra revolución liberal en el contexto político establecido por la Constitución de 1812. El libro se cierra con una serie de reflexiones sobre los desastres de la guerra y la inutilidad de la reacción política que Fernando VII impone a su regreso con la pretensión de anular todo lo realizado por los liberales durante la guerra, una guerra que se mantiene viva entre los españoles que la vivieron hasta mitificarse en el recuerdo de las generaciones siguientes hasta nuestros días.
Historia Breve de Japón es un repaso a toda la historia del País del Sol Naciente desde los nebulosos inicios de la ocupación humana del archipiélago hasta la actualidad. Sin embargo, no se trata de un relato continuo al modo tradicional. No falta tampoco una narración general, que da coherencia al conjunto, aunque la obra se estructura en grandes secciones a las que se puede acceder de manera independiente. Cada una analiza de manera individualizada cuatro rasgos concretos: un personaje, un acontecimiento, un lugar y un fenómeno filosófico o religioso. De este modo, escuchando a la dama Sei Shonagon, visitando la montaña de los templos de Nikko o paseando por el barrio tokyota de Akihabara, el lector puede acercarse a las diversas etapas de la historia japonesa desde puntos de vista diferentes pero complementarios.
Cuando el Generalísimo Francisco Franco muere el 20 de noviembre de 1975, el autor de este libro apenas rebasa los 16 años, escasísima edad para analizar los hechos o para vislumbrar el porvenir con alguna claridad. Es un joven leído e ignorante, nacido en el seno de una familia tibia, propia de franquismo sociológico. Resulta un ejemplo, un epítome, como tantos otros educandos del franquismo: es un varón púber, un muchacho que sabe poquísimo de la Guerra Civil y del Régimen de Franco. A los 8 o 9 años descubre que él ha nacido en Zona Roja, que Valencia fue vanguardia antifranquista. No lo lleva bien. Le resulta decepcionante que su patria chica haya sido avanzadilla del republicanismo. Crece, malamente, con el convencimiento de que un jefe de Estado es una figura irrevocable, de que don Francisco Franco Bahamonde es vitalicio, felizmente vitalicio. En su familia no le han alertado de ese error perceptivo. No sabe ver o interpretar lo que ve en su entorno o en esa televisión marcial y rotunda. Todo conspira contra la claridad. Su madurez, su única madurez, será aprender la cultura de la democracia, la lección de las libertades. Estudia historia. La política no siempre es un juego de suma cero. A veces ganamos todos; a veces vemos cómo se hunden nuestros ideales. Pero los ideales no son mejores que la realidad más basta. La vida política es sumamente imperfecta, pero quienes han vivido lo peor o lo más triste saben qué es lo aceptable, lo tolerable, lo medianamente adecuado. Años de exilio, de cárcel, de represión enseñan a aguantar. A padecer y a aspirar. Cuando muere Franco, todo se abre, todo es posible, todo es factible, en un país rezagado cuyos habitantes protestan y se aúpan. La vida es algo más que este Régimen agonizante, un sistema político que flirteó con los fascismos y que luego se adaptó a la Guerra Fría.
Los almogávares. La expansión mediterránea de la Corona de Aragón relata las vicisitudes de un principado, el catalán, que se encuentra en una difícil encrucijada: discernir si debe fomentar el comercio con tierras lejanas para enriquecerse rápidamente y desbancar a Génova y Venecia de la primacía mediterránea o, por el contrario, formar ejércitos y batirse en continuas luchas con el fin de conquistar los países vecinos para establecer un perdurable imperio en el mar Mediterráneo.
La narración desgaja la expansión de la Corona catalano-aragonesa mediante las vivencias de los almogávares, temibles soldados mercenarios que lucharon por su rey y por su nación, y que devastaron y llenaron de terror las tierras que años atrás habían sido dominadas por personajes como Alejandro Magno y por el imperio romano. Su empuje les permite contemplar las esplendorosas murallas de Constantinopla, luchar contra los turcos, pasear su más feroz semblante por la morada de los dioses en el Monte Olimpo y convertirse en el mejor ejército conocido. Su bravura, la tenacidad y la estrategia de combate, así como su crueldad, son las principales características que llevan a los almogávares a conquistar Atenas y la casi totalidad de la Grecia clásica. Este libro muestra de una manera rápida, exhaustiva y casi novelesca, pero veraz, una época de grandes batallas, de traiciones y asesinatos, de conquistas y de derrotas. En definitiva, es la crónica de la mayor aventura que jamás haya realizado un ejército hispánico durante la alta edad media.
A través de este estudio biográfico y del análisis de la campaña británica en España (1808-1809) dirigida por sir John Moore a través del noroeste peninsular, Juan Granados trata las circunstancias que rodearon los comienzos de la guerra de la Independencia española en Galicia y especialmente lo sucedido en A Coruña en aquellos difíciles momentos. A menudo la utilización, casi en exclusividad, de las fuentes estrictamente británicas por parte de la historiografía más difundida, a la hora de analizar este período presidido por la figura de sir John, desvirtúa un tanto, en opinión del autor, la realidad de las cosas.
Si algo queda claro tras juzgar el proceder de sir John Moore es que siempre, desde el principio hasta el final de la campaña, mantuvo firme su opinión de que la estrategia de aquella guerra en España estaba mal planteada desde su origen y que, mientras la situación continuara así, resultaba imposible obtener un éxito reseñable. Por ello centró todo su esfuerzo en salvar a su ejército, cosa que finalmente logró, aún a costa de su vida, planteando una batalla defensiva de excepcional nivel táctico. Nada extraño si se tiene en cuenta que para el propio futuro duque de Wellington, John Moore era un oficial excepcionalmente innovador, meticuloso hasta el extremo con el adestramiento de la tropa, padre, entre otras muchas cosas, de los cuerpos de infantería autónomos y mimetizados con el paisaje, los célebres «Green Jackets».
La misma retirada británica en aguas del puerto de A Coruña, aquel Dunkerque «avant la lettre», resultó ser una operación táctica extraordinaria que permitió a los británicos «devolver el golpe a Napoleón» utilizando buena parte de las tropas que se habían podido salvar en aquella ocasión. No en vano Wellington afirmó ya hacia el final de la contienda: «Usted sabe, FitzRoy, que nosotros no hubiéramos vencido, creo yo, sin él, porque los regimientos que Moore ha entrenado tan cuidadosamente, fueron la espina dorsal de nuestro ejército».
Esta novela, histórica y marinera, recrea el fantástico y sórdido mundo del siglo XVII, de las cabañas a los palacios y desde el Almirantazgo británico hasta el más triste fango donde se construían los barcos. Realidades de madera tallada en las que, junto con maravillas de sensibilidad como la pintura holandesa o las obras de Velázquez, se producían terribles contiendas y se perpetraban crímenes horrendos. Crímenes que son vistos en la novela desde una nueva perspectiva, es decir, la del lugar del que procedían los piratas, su propio país, a ojos de un extranjero. El protagonista de Siete Robles, un desertor exilado acogido a una nueva identidad, presta ojos al lector para recrear toda una vida embruteciéndose y haciendo la vista gorda ante lo que sucede a su alrededor. La realidad es tan peculiar que diseña todo un ambiente en el que sumergirse como en una fantasía, rigurosamente histórica. En ella el personaje protagonista va narrando grandes sucesos de los que fue testigo, como el incendio de Londres de 1666, la batalla de los Cuatro Días o el asalto holandés penetrando por el estuario del Támesis hasta el corazón de la Inglaterra de Carlos II Estuardo. Ineludiblemente, este narrador tendrá que sufrir en propia piel la depravación de toda una sociedad creando y amparando piratas, incurriendo en el soborno y la traición; pero, al fin, llegará el castigo y el arrepentimiento como motor de su propósito de regeneración para la conciencia salvando del patíbulo a su mejor amigo. Será entonces cuando descubramos su verdadera identidad. Se trata, pues, de una novela histórica de aventuras, con la que, aparte del entretenimiento, se pretende trasladar al lector al complejo y desconocido mundo naval, europeo y caribeño, del siglo XVII.
Biografía del pedagogo libertario Francisco Ferrer Guardia (1859-1909), que analiza sus relaciones con el republicanismo y el anarquismo, sus años parisinos, la enseñanza que impulsó en la Escuela Moderna por él fundada en Barcelona, su posible implicación los atentados contra Alfonso XIII en París y Madrid, su injusta condena como jefe de los rebeldes de la Semana Trágica y la campaña de protesta que su ejecución suscitó en toda Europa. Francisco Ferrer Guardia es un personaje polémico. Gran impulsor de una pedagogía racionalista y libertaria y víctima de la intolerancia católica, según algunos, aventurero enriquecido mediante la seducción y el engaño y promotor de la violencia, según otros, su figura no ha dejado de generar debate desde que su ejecución en 1909 generó una formidable campaña internacional de protestas y condujo a la caída del gobierno conservador de Antonio Maura, originando así la primera gran fisura en el sistema de alternancia entre dos partidos que caracterizaba el sistema político español de entonces. Basado en un extensa investigación en una docena de archivos de seis países, este libro reconstruye la trayectoria vital del personaje en sus diversas facetas: en su relación con la esposa que le dio tres hijas y llegó a dispararle, con la rica heredera que le legó su fortuna, con la amante que le dio un hijo y con la que le acompañó en sus últimos años; como convencido librepensador y decidido anticlerical; como republicano que evolucionó hacia el anarquismo; como impulsor de una enseñanza libertaria en la Barcelona de principios del siglo XX; como posible implicado en atentados contra Alfonso XIII; como víctima de una condena injusta que le convirtió en un mártir de la izquierda, y como mito que todavía perdura.
Juan Carlos Herrera Hermosilla
La Guerra Fría, objeto de estudio de esta monografía, es una expresión que se utiliza para designar el conjunto de relaciones internacionales entre Estados Unidos y la URSS, marcadas por la tensión ideológica, política y militar, que tuvieron lugar entre la inmediata posguerra de la Segunda Guerra Mundial y el final de la década de los 80 y el principio de los 90 del siglo XX. Sin embargo, los antecedentes de la guerra de ideologías entre el régimen comunista soviético y los países capitalistas se sitúan en el mismo momento en el que los bolcheviques tomaron el poder el 26 de octubre de 1917, puesto que el miedo en el bloque capitalista a la intención bolchevique de extender su revolución por todo el mundo empujó a los países aliados (Gran Bretaña y Estados Unidos fundamentalmente) a intervenir en el conflicto intestino ruso. La Guerra Fría se caracterizó por el establecimiento de un nuevo equilibrio de poder, distinto al de los años previos a la Segunda Guerra Mundial, estructurado en un sistema internacional bipolar liderado por las dos superpotencias surgidas tras el conflicto mundial. Aunque Estados Unidos y la Unión Soviética no llegaran a un conflicto directo entre ellas durante toda la Guerra Fría, sino que las guerras y conflictos se desplazaron a la periferia de Estados Unidos y de Europa. Cuatro son los conflictos-tipo que se dieron en este periodo de la historia: la guerra de Corea (25 de junio de 1950-27 de julio de 1954), la crisis de los misiles de Cuba (14 de octubre-28 de octubre de 1962), la guerra de Vietnam (1 de noviembre de 1965-30 de abril de 1975) y la guerra de Afganistán (24 de diciembre de 1979-15 de febrero de 1989).