El mundo de Mark Richard ha sido descrito en alguna ocasión como un Hogar de la Caridad en el que los deformes, los atormentados y los condenados buscan el auxilio o la redención. En realidad, la cosa se asemeja más a un Circo de Freaks, a una barraca de incómodas atracciones secundarias que, en nombre de la decencia, jamás tendrán cabida en las pistas glamurosas de la carpa principal. Un exconvicto con dientes afilados como puñales, el Esqueleto Humano, un niño con cola, una contorsionista tatuada, un domador de lagartos gigantes, fantasmas huraños, borrachuzos insomnes y toda clase de pilluelos. Una colección de esperpentos, rarezas y fenómenos de feria que haría sonrojar hasta al mismísimo P. T. Barnum. Pero Richard no se recrea en la desesperación y la soledad de este plantel de huérfanos, de estas vidas empantanadas en la pobreza. Con brillantez estilística y un inigualable talento para lo surrealista, trata a sus personajes con delicadeza y compasión y logra trascender sus tragedias, aliñándolo todo con una suerte de malévolo humor negro. Algo solo posible para alguien que, en efecto, estuvo allí y pudo conocerlos de primera mano. Alguien que fue uno de ellos. Así es que, damas y caballeros, acomódense y que empiece el espectáculo…«Pocos escritores en la escena contemporánea apuntan tan alto y con tanta puntería.» L. A. Weekly «Los relatos de Richard se disfrutan tanto por su estilo rico y original como por sus excéntricos temas. Hay pocos escritores actuales con tanta facilidad para el lenguaje, y con diálogos tan estrambóticos, divertidos y auténticos como Mark Richard.» Wall Street Journal «Caridad te atrapa con la fuerza de su humor absurdo y sus fugaces narraciones, que prenden en la imaginación como un incendio.» Entertainment Weekly