Amarillo. Blanca Alexander

Читать онлайн.
Название Amarillo
Автор произведения Blanca Alexander
Жанр Языкознание
Серия
Издательство Языкознание
Год выпуска 0
isbn 9789566039778



Скачать книгу

—Pía era incapaz de ocultar su admiración, aunque se preocupaba por moderar su tono de voz.

      —No aguantaba un minuto más con ellos, me parece un insulto compartir la mesa con semejantes idiotas.

      —¿Provocaste el sueño del señor de Guendovar?

      —No, por eso me agrada su compañía. —La voz de Benicio era grave e intimidante.

      —Entiendo que el señor de Guendovar haya venido, es un anciano terco que no quiere delegar funciones a sus hijos ni a ningún otro. En cambio, no tengo ni la más mínima idea de por qué decidiste venir, los demás señores de Galanea han enviado a un representante. ¿Por qué no hiciste lo mismo, padre?

      —Este viaje es muy importante para mí.

      Miró con detenimiento hacia Diora, que en ese momento ingresaba al salón junto a Milton y Marcus.

      —¿Por qué?

      Benicio se volvió hacia su hija para hablar en voz baja.

      —¿Cómo vas con el dominio de tus dones?

      —Muy bien, casi logro controlarlos por completo.

      —Me alegra escucharlo. —A pesar de sus palabras, se mostraba inexpresivo.

      Pía prestó atención a la llegada de los Tyles. Marcus saludó a unos cuantos invitados antes de escabullirse hasta la mesa de fondo, donde esperaban Cruz y Marky, quienes habían dejado a sus padres cumpliendo el protocolo de saludos.

      —Padre —Pía lo miró—, ¿cómo puedes regresar un recuerdo a la mente de alguien?

      —Lo primero que debes saber es que los recuerdos no regresan a la mente. Nunca dejan de estar allí, solo son bloqueados; por eso, el término correcto es “desbloquear”. Esto se logra a través de un hechizo muy peligroso para el cual no estás preparada.

      —¿Qué lo hace tan peligroso?

      —Si lo ejecutas de forma incorrecta, podrías causar daños irreversibles en la mente, como demencia.

      —Quiero aprenderlo.

      —¿Quién posee el recuerdo que quieres desbloquear?

      —Nadie… solo… me parece extraordinario manipular a alguien de esa manera.

      —Entiendo. Si quieres llegar a ese nivel, primero debes dominar tus dones. Primero caminas, luego corres.

      Pía permaneció sentada en posición recta con las manos cruzadas sobre las piernas.

      —Hasta ahora he demostrado que aprendo rápido, aun así dudas de mí.

      —Mis hijos son unos inútiles que no saben hacer nada —susurró el señor de Guendovar antes de empezar a roncar otra vez.

      Luego de mirarlo con atención para comprobar que no despertaba, Benicio y Pía continuaron con la conversación en voz baja.

      —También eres desobediente. ¿Acaso olvidaste tu última falta? Te recuerdo que sigues castigada.

      Pía dejó escapar un suspiro quejoso.

      —Desearía tanto haber nacido con el don supremo, no tendría que esperar tanto.

      Benicio frunció el ceño.

      —¿Quién te habló del don supremo?

      —Nadie.

      —Tu tío Claus, ¿verdad?

      —No ha mencionado el don supremo, leí sobre él en alguno de sus apuntes sin que lo notara. —Sin inmutarse, Pía se empeñaba en mentir.

      —Espero que estés diciendo la verdad; de lo contrario, Claus se las verá conmigo. Atente de forma estricta a las enseñanzas que se te imparten, careces de la madurez para enfrentarte a fuerzas mayores. ¡No toleraré otra insolencia de tu parte!

      Pía permaneció impertérrita mientras se levantaba.

      —Iré a tomar aire fresco, padre.

      —Siento haberte hablado en ese tono.

      Intentó tomar las manos de su hija, pero ella lo esquivó.

      —No lo hagas, estoy tan molesta que podría hacerte daño.

      —Ve… Pero antes ponte ambos guantes.

      Al otro lado del salón, Marcus tomó uno de los bocadillos que estaban en la mesa y se sentó.

      —Tengo que darles una noticia muy importante. Padre me ha contado algo que todavía no asimilo.

      —Ojalá sea un poco interesante, en esta fiesta no hay gran novedad. Mi madre y el padre de Marky andan en algún lugar saludando, creo que están muy emocionados por ser tomados en cuenta este año. Desde que murió mi padre, no habíamos recibido invitación.

      —Esta es la primera invitación que recibe mi padre, pese a ser un exmilitar retirado con honores. —Marky miraba a su alrededor con insistencia.

      La orquesta empezó a tocar una melodía movida, muchos de los invitados se levantaron para bailar. Luego de verlos durante algunos instantes, Cruz regresó la vista hacia su amigo.

      —Entonces, Marcus, ¿cuál es la noticia?

      El apuesto joven de cabellera dorada hizo una breve narración sobre la conversación sostenida con su padre respecto a los invasores y la inminente guerra que se gestaba.

      —¿Estás seguro de lo que dices?

      —¡Claro que lo estoy, Cruz! Sé que sus cabezas dan vueltas en este momento, pero créanme.

      —Por el Santo… —Marky desabrochó el botón del cuello de su camisa—. Ha sido un día de noticias que cambian la realidad.

      —¿Qué otra noticia recibiste hoy? —Marcus lo miró con preocupación.

      Nervioso, Marky se aclaró la garganta antes de adoptar un fingido tono indiferente:

      —No me hagas caso, solo quise decir que muchas cosas dejaron de tener sentido.

      —El primer grupo de reclutas saldrá pronto hacia Dracaena, pero todavía no decido ir. Tengo que hablar con Liliana antes, no quiero separarme de ella durante tanto tiempo. En cambio, si me niego tendré a mi padre insistiendo cada segundo del día.

      —Yo iré.

      —¿No escuchaste que alistarse es opcional? —Marky miró a Cruz con incredulidad.

      —Siempre he querido convertirme en militar y trabajar en Dracaena, ustedes lo saben.

      —Te gusta servir y ayudar a la gente. Eso lo entiendo, lo respeto y hasta lo admiro, Cruz, en serio, pero deberías pensarlo mejor, la vida militar trae más desgracias que… Bueno, ya lo sabes. Tu padre era militar, mi padre lo es, el padre de Marky lo fue… Deberíamos pensar en dedicarnos a algo diferente si queremos ser felices.

      Cruz esbozó una ligera sonrisa.

      —Para ser feliz necesito respuestas, y solo las encontraré en Dracaena.

      Marky apoyó su cuerpo sobre el espaldar de la silla y cruzó los brazos sobre el pecho.

      —Lo siento, chicos, pero esta vez no seré parte de la aventura. Pienso que es absurdo cambiar mi vida por completo en este momento para ser parte de algo que se resolverá sin mi participación. Piénsenlo bien, tal vez los invasores sumen un número considerable, quizá unos miles, de acuerdo. Sin embargo, pregúntense: ¿qué clase de armas poseen? ¿Qué tan experimentados en estrategias de guerra pueden ser unos caníbales que consultan espíritus oscuros? Cruz, tú mejor que nadie sabes que el Ejército cuenta con armas muy poderosas diseñadas por tu padre, armas que estos asociales jamás han visto en su existencia. Ni siquiera pondrán un pie en el suelo de nuestras costas.

      —Es cierto, pero ¿qué harás