101 cuentos sanadores. Susan Perrow

Читать онлайн.
Название 101 cuentos sanadores
Автор произведения Susan Perrow
Жанр Сделай Сам
Серия Colección Vivir con niños
Издательство Сделай Сам
Год выпуска 0
isbn 9788412322132



Скачать книгу

recuerda que un punto de partida positivo es tener la esperanza de que tu cuento sanador pueda simplemente ayudar en una situación determinada. ¡Qué logro si lo consigues! Según mi experiencia, he aprendido que al escribir cuentos terapéuticos deberíamos trabajar siempre bajo esa intención de “ayudar”, con la bendición esporádica de que el cuento realmente consiga “sanar”. A pesar de que este libro trata de cuentos “sanadores”, creo que es importante que mantengas esta intención de “ayudar” junto a tu corazón de escritor y evites crearte expectativas o insistir más de la cuenta. Es improbable que haya un remedio instantáneo para los problemas de conducta, pero contar cuentos es, indudablemente, uno de los muchos enfoques y estrategias posibles a nivel terapéutico.

      No se puede considerar los cuentos como píldoras mágicas que curan o arreglan todos los problemas. Enfrentarse a conciencia a estas dificultades requiere un estudio del complejo “tapiz” de la disciplina: los cuentos tienen el potencial de ser hilos llenos de luz en este tapiz, pero sus hilos entrelazados son los puntos de apoyo conscientes y consistentes que velan por los niños.

      EDADES RECOMENDADAS PARA ESTOS CUENTOS

      Buena parte de los 101 cuentos son adecuados para niños de tres a diez años, pero debo insistir en que no se deben encasillar en una edad concreta. En ocasiones, un cuento escrito para un niño puede tener un efecto de transformación en un adulto; de hecho, en algunos de mis talleres ha habido participantes que han tenido la necesidad urgente de escribir un cuento para resolver su propia situación como adulto, sea del presente o del pasado. En el libro comparto varios ejemplos de este tipo y también he incluido ideas para utilizar cuentos terapéuticos dirigidos a jóvenes y adultos. En realidad, la estructura y técnicas que propongo pueden utilizarse para escribir cuentos dirigidos a todas las edades.

      CUENTOS PARA SITUACIONES GLOBALES Y DE COMUNIDAD

      Además de los cuentos para comportamientos desafiantes en casa y en el colegio, en este libro, 101 cuentos sanadores. Hay cuentos para ayudar a padres y educadores a gestionar situaciones difíciles y comportamientos desafiantes, también se han incluido ejemplos relacionados con los desafíos globales, nacionales y de la propia comunidad.

      Debido a mi trabajo inmerso en la creación de cuentos terapéuticos, he visitado muchos países a lo largo de estos años y, a medida que viajo, me voy encontrando cada vez con más peticiones de cuentos sanadores orientados específicamente a la “crisis global” que estamos viviendo. Mi primera reacción a esta solicitud fue: “¿Cómo puede ayudar un cuento en esta situación? ¡Las crisis mundiales son demasiado grandes para un cuento!”. Sin embargo, en el año 2011, después de estar oyendo hablar durante dos semanas sobre el terrible terremoto en Nueva Zelanda, al que le siguió el tsunami en Japón, ¡me sentí motivada a darle una oportunidad al cuento! En aquel entonces estaba de viaje por China, sin mi fiel portátil, así que abrí un cuaderno de los de verdad, cogí un bolígrafo real y empecé a escribir siguiendo mi propia estructura de “metáfora, desarrollo y resolución”. Una vez que tuve clara la resolución (“¡Fortaleza en el cariño, fortaleza en la unidad!”), las metáforas se colocaron en su sitio y nació “El Gigante de la sombra” (página 102).

      Entre algunos de los cuentos para situaciones nacionales he incluido: “Los caballos arcoíris” (página 209), un cuento contra la discriminación y escrito para los niños de la nueva Sudáfrica; y “La rosa y la espina” (página 104), un cuento para los niños de Noruega.

      Un ejemplo de cuentos relacionados con la comunidad se encuentra en “El río resplandeciente” (página 107), que escribí después de la devastación causada por las inundaciones del río Brisbane, en Australia, para así darles a los niños de esta ciudad el sentimiento de esperanza al ayudarles a comprender los ciclos naturales de destrucción y recuperación. “Las hormigas y la tormenta” (página 105) es un cuento que surgió después de un terremoto y se escribió para los niños de la ciudad de Chengdú, en China. En “La Guardiana del Lago” (página 281), mi intención fue animar a la comunidad de Byron Bay (Australia) a que se implicara en la protección del yacimiento aborigen sagrado situado cerca del pueblo.

       Parece ser que no hay límites sobre dónde y cómo puede ayudar un cuento: en cualquier lugar y en todo el mundo, porque ¡los cuentos conocen el camino!

      LOS CUENTOS CONOCEN EL CAMINO

      En marzo de 2011 visité China para impartir mis talleres y reunirme con el editor encargado de la edición y la traducción al chino de mi primer libro. En esta versión se modificó el título, cuyo equivalente al español sería: “Los cuentos conocen el camino”. Me sentí muy feliz, porque capta verdaderamente la esencia de mi trabajo de creación de cuentos terapéuticos.

      Mientras estaba en Beijing, tuve el privilegio de conocer a un maestro del Tao, así como a varios de sus estudiantes, que me mostraron una conciencia de la vida y de la comprensión fuertemente relacionada con el trabajo imaginativo de los cuentos. El camino del Tao crea las condiciones que favorecen el “dejar que las cosas sucedan” (de manera natural), mientras que muchos occidentales intentan crear las condiciones que “hacen que las cosas sucedan”. Este camino del Tao muestra una visión interior profunda sobre una forma determinada de ser: humilde, natural y simple.

      La intuición del Tao que habla del “camino natural” y la “sencillez natural” es una base sana para escribir cuentos para niños. El Tao parece ir más allá de las palabras; de hecho, me han dicho que para conocerlo se debe experimentar personalmente. Sin embargo, en un intento de captarlo a través de las palabras, me parece que la mejor descripción es que combina tanto el sentimiento como el pensamiento; lo cual resuena fuertemente con mi experiencia personal como escritora de cuentos, puesto que utilizo mis pensamientos de tal manera que me ayuden a “sentir” un buen cuento más que a organizarlo intelectualmente. Este proceso intuitivo es generalmente imposible de describir; yo solo he podido sugerir (a los entusiasmados estudiantes de narración de cuentos) que solo se comprende cuando se experimenta.

      Caminar o estar en medio de la naturaleza es normalmente la mejor manera que tengo para poder “sentir” o “escuchar” un nuevo cuento. La Madre Naturaleza sirve de gran ayuda en estos casos, pues ofrece un camino natural hacia la elaboración de cuentos. Los bosquimanos de África (mi otro hogar, además de Australia) también conectan los cuentos con la naturaleza y los sentimientos; definen el cuento “… como el viento: viene de un lugar muy lejano y lo sentimos”1.

      En el libro Storytelling: Process and Practice (Contar cuentos: el proceso y la práctica), Livo y Rietz definen el cuento como “un orden antiguo, quizás natural, de la mente”2; descripción que está directamente relacionada con la comprensión del “camino natural” del Tao. Ciertamente, ofrece la visión sobre la importancia de los cuentos en nuestro mundo y de que nuestros niños los escuchen –¡en el pasado, en el presente y en el futuro!–.

      Los cuentos conocen el camino, lo sienten, pueden encontrarlo. Los cuentos pueden abrirse camino hacia tu alma, del mismo modo que el agua encuentra la forma de salir a través de la grieta del muro cuando tiene la oportunidad. Al igual que el agua, los cuentos rejuvenecen y son vitales para un crecimiento y un desarrollo saludables.

      El conjunto de muchos cuentos se convierte en un “pozo” para que los viajeros de la vida se sumerjan y puedan continuar su viaje tras revitalizarse y refrescarse…

      … viajeros de Australia…

      … viajeros de África…

      … viajeros de China…

      … viajeros del este y viajeros del oeste…

      … viajeros del norte y viajeros del sur…

       Espero que los viajeros que lean este libro se revitalicen y se refresquen cuando se sumerjan en el pozo de los cuentos; donde estos les salgan