Название | La crónica del Perú |
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Автор произведения | Pedro de Cieza de León |
Жанр | Документальная литература |
Серия | |
Издательство | Документальная литература |
Год выпуска | 0 |
isbn | 4057664173638 |
CAP. VI.—De cómo remanecieron en Pacarec Tampu ciertos hombres y mugeres, y de lo que cuentan que hicieron despues que de allí salieron.
Ya tengo otras veces dicho[18], cómo, por ejercicio de mi persona y por huir los vicios que de la ociosidad se recrecen, tomé trabajo descrebir lo que yo alcancé de los Incas y de su regimiento y buena órden de gobernacion; y como no tengo otra relacion ni escriptura que la que ellos dan, si alguno atinare á escrebir esta materia mas acertada que yo, bien podia; aunque para claridad de lo que escribo no dejé pasar trabajo, y por hacerlo con más verdad vine al Cuzco, siendo en ella corregidor el capitan Juan de Sayavedra[19], donde hice juntar á Cayu Túpac, que es el que hay vivo de los descendientes de Huaina Capac, porque Sairi Túpac, hijo de Manco Inca, está retirado en Viticos, á donde su padre se ausentó despues de la guerra que en el Cuzco con los españoles tuvo, como adelante contaré[20], y á otros de los orejones, que son los que entre ellos se tienen por más nobles; y con los mejores intérpretes y lenguas que se hallaron les pregunté, estos señores Incas qué gente era y de qué nacion. Y parece que los pasados Incas, por engrandecer con gran hazaña su nacimiento, en sus cantares se apregona lo que en esto tienen, que es, questando todas las gentes que vivian en estas regiones desordenadas y matándose unos á otros, y estando envueltos en sus vicios, remanecieron en una parte que ha por nombre Pacarec Tampu, ques no muy lejos de la ciudad del Cuzco, tres hombres y tres mugeres. Y segun se puede interpretar, Pacarec Tampu quiere tanto decir como casa de producimiento. Los hombres que de allí salieron dicen ser Ayar Uchu el uno, y el otro Ayar Cachi Asauca, y el otro dicen llamarse Ayar Manco: las mugeres, la una habia por nombre Mama Huaco, la otra Mama Cora, la otra Mama Rahua[21]. Agunos indios cuentan estos nombres de otra manera y en más número, mas yo á lo que cuentan los orejones y ellos tienen por tan cierto me allegara (sic), porque lo saben mejor que otros ningunos. Y así, dicen que salieron vestidos de unas mantas largas y unas á manera de camisas sin collar ni mangas, de lana riquísima, con muchas pinturas de diferentes maneras, que ellos llaman tucapu, que en nuestra lengua quiere decir vestidos de reyes; y quel uno destos señores sacó en la mano una honda de oro, y en ella puesta una piedra; y que las mugeres salieron vestidas tan ricamente como ellos y sacaron mucho servicio de oro. Pasando adelante con esto, dicen más, que sacaron mucho servicio de oro, y quel uno de los hermanos, el que nombraban Ayar Uchu, habló con los otros hermanos suyos, para dar comienzo á las cosas grandes que por ellos habian de ser hechas, porque su presuncion era tanta, que pensaban hacerse únicos señores de la tierra; y por ellos fué determinado de hacer en aquel lugar una nueva poblacion, á la cual pusieron por nombre Pacarec Tampu; y fué hecha brevemente, porque para ello tuvieron ayuda de los naturales de aquella comarca; y andando los tiempos, pusieron gran cantidad de oro puro y en joyas, con otras cosas preciadas, en aquella parte, de lo cual hay fama que hobo mucho dello Hernando Pizarro y don Diego de Almagro el mozo.
Y volviendo á la historia, dicen quel uno de los tres, que ya hemos dicho llamarse Ayar Cachi, era tan valiente y tenia tan gran poder, que con la honda que sacó, tirando golpes ó lanzando piedras, derribaba los cerros, y algunas veces que tiraba en alto, ponia las piedras cerca de las nubes, lo cual, como por los otros dos hermanos fuese visto, les pesaba, pareciéndoles que era afrenta suya no se igualar en aquellas cosas; y así, apasionados con la envidia, dulcemente le rogaron con palabras blandas, aunque bien llenas de engaño, que volviese á entrar por la boca de una cueva donde ellos tenian sus tesoros, á traer cierto vaso de oro que se les habia olvidado, y á suplicar al sol, su padre, les diese ventura próspera para que pudiesen señorear la tierra. Ayar Cachi, creyendo que no habia cautela en lo que sus hermanos le decian, alegremente fué á hacer lo que dicho le habian, y no habia bien acabado de entrar en la cueva, cuando los otros dos cargaron sobre él tantas piedras, que quedó sin más parecer; lo cual pasado, dicen ellos por muy cierto que la tierra tembló en tanta manera, que se hundieron muchos cerros, cayendo sobre los valles[22].
Hasta aquí cuentan los orejones sobre el orígen de los Incas, porque como ellos fueron de tan gran presuncion y hechos tan altos, quisieron que se entendiese haber remanecido desta suerte y ser hijos del sol; donde despues, cuando los indios los ensalzaban con renombres grandes, les llaman ¡Ancha hatun apu, intipchuri!, que quiere en nuestra lengua decir: ¡Oh muy gran señor, hijo del sol! Y lo que yo para mí tengo que se deba creer de esto questos fingen, será, que así como en Hatuncollao se levantó Zapana, y en otras partes hicieron lo mismo otros capitanes valientes, questos Incas que remanecieron, debieron ser algunos tres hermanos valerosos y esforzados y en quien hobiese grandes pensamientos, naturales de algun pueblo destas regiones, ó venidos de la otra parte de las sierras de los Andes; los cuales, hallando aparejo, conquistarian y ganarian el señorío que tuvieron; y aún sin esto, podria ser lo que se cuenta de Ayar Cachi y de los otros ser encantadores, que seria causa de por parte del Demonio hacer lo que hacian. En fin, no podemos sacar dellos otra cosa questo.
Pues luego que Ayar Cachi quedó dentro en la cueva, los otros dos hermanos suyos acordaron, con alguna gente que se les habia llegado, de hacer otra poblacion, la cual pusieron por nombre Tampu Quiru, que en nuestra lengua querrá decir dientes de aposento ó de palacio; y así, débese entender questas poblaciones no eran grandes ni más que algunas fuerzas pequeñas. Y en aquel lugar estuvieron algunos dias, habiéndoles ya pesado con haber echado de sí á su hermano Ayar Cachi, que por otro nombre dicen llamarse Huanacaure.
CAP. VII.—Cómo estando los dos hermanos en Tampu Quiru, vieron salir con alas de pluma al que habian con engaño metido en la cueva, el cual les