Corrientes pedagógicas contemporáneas. Juan Carlos Pablo Ballesteros

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el final de su obra Bases culturales de la educación y en el capítulo La educación como profesión superior de La educación como poder Brameld señala que las cuatro partes principales de un esquema normativo de la educación del maestro son la educación general, el conocimiento, la práctica y una teoría unificada. La primera de estas partes, educación general, requiere una integración dentro y entre las humanidades y las ciencias. Comprende un período de dos años (los iniciales de la educación universitaria del maestro) dedicado al estudio de los grandes temas sociales, científicos, artísticos y religiosos de la cultura, organizados de manera tal que permitan tener una comprensión integradora de las grandes esferas de la vida.

      La segunda parte del plan propuesto implica cuatro años dedicados al conocimiento. Puesto que el educador es el principal encargado de la transmisión, innovación y continuidad de la cultura, necesita por lo tanto antes de especializarse en un área determinada, estudiar las distintas ciencias humanas que tienen relación tanto con el comportamiento individual como social del hombre. Brameld sostiene que las materias necesarias para la profesión docente no son otras que las que corresponden a las ciencias de la conducta.

      La teoría unificadora para la enseñanza es el cuarto requisito para una formación íntegra del educador. Implica específicamente la historia y la filosofía de la educación. Este aspecto incluye muchos de los contenidos analizados anteriormente, constituidos por una educación general, un conocimiento y una práctica o metodología. Esta teoría unificadora proporciona al maestro principiante la apreciación entre todas las partes de su aprendizaje y el sentido de los mismos que los encamina hacia el logro de los objetivos deseables.

      La teoría de la educación le permite aprender al futuro docente los principios sobre los cuales se desarrolla la tarea educativa, como los propósitos básicos por los cuales se lleva a cabo. Capacita al maestro para visualizar las relaciones de la filosofía y la historia de la educación, considerando a la primera como un esfuerzo por examinar, justificar y a menudo corregir las creencias básicas que fundamentan la naturaleza y el hombre, por lo que no se puede separar su influencia desde el pasado, en el presente y hacia el futuro de la cultura.

      Educación y programa de reforma social

      Brameld sostiene que la educación es «un instrumento primordial», un medio poderoso para lograr una civilización mundial que apoye en todas las formas posibles la dignidad humana. Aparece así la idea que da sentido a toda su teoría: el fin que debe alcanzar la educación —único poder que queda en el mundo, capaz de superar a las fuerzas de la naturaleza ya dominadas por el hombre— es estructurar un orden mundial de naciones bajo la dirección de la mayoría de los pueblos, ya que en una época de crisis como la actual, hay una necesidad que opaca a todas las otras que pueda tener el hombre contemporáneo: construir una civilización mundial tan poderosa, tan unificada y comprometida con los valores democráticos que sea capaz de combatir y triunfar sobre las fuerzas que pueden conducir hacia la destrucción de la humanidad.

      Entre los mayores obstáculos que se cuentan para lograr este propósito está el nacionalismo, que ha sido y continúa siendo, reconoce Brameld, mucho más vigoroso que el internacionalismo para determinar la lealtad de los hombres. Otro obstáculo son las guerras y persecuciones fomentadas por las grandes religiones, «incluyendo al cristianismo». Frente a esto surge el problema de cómo caracterizar a la civilización mundial para convertirla en un propósito atrayente, en un objetivo que los hombres del presente abracen por lo menos con la misma intensidad que las culturas pasadas lo hicieron con una sola nación o religión. Entiende Brameld que uno de los recursos más fecundo para lograr esto es la idea del mito. Con el antropólogo Bronislaw Malinowski insiste Brameld en que el mito es «un ingrediente indispensable en toda cultura». Toma este autor la posición de que es necesario crear un nuevo mito para la era que se inicia, radical y revolucionario, impelido por el peligro de un desastre universal y las esperanzas realizables de un renacimiento tecnológico y cultural capaz de posibilitar el surgimiento de una humanidad unificada.

      Conclusión valorativa

      La teoría reconstruccionista de Brameld se puede encuadrar como una teoría de tipo descriptivo–normativa, de base humanista, que utiliza en exclusividad para su elaboración el método científico. O al menos eso es lo que pretende.

      Brameld sostiene que existen valores universales como resultado del análisis comparativo que le proporciona la antropología cultural. Estos son valores comunes emergentes del aspecto biológico del hombre y manifiestos en las sociedades estudiadas por los autores que cita. Entre estos valores menciona el matrimonio como ideal para toda la vida y la responsabilidad de los padres con relación a sus hijos. Sin embargo, muchos países ya han aceptado la ley de divorcio y del aborto, lo que indicaría que en ellos no existen los valores mencionados. Esto revela uno de los flancos más débiles en la teoría de los fines que propone Brameld. Al no considerar los valores desde una perspectiva axiológica —es decir, filosófica— no puede evitar caer en estos equívocos que un análisis puramente empírico no logra eludir.

      La democracia es según Brameld el medio más idóneo para superar la crisis que denuncia. Ser democrático significa en su pensamiento llegar al convencimiento de que ese fin es la única solución, y adherir a él en forma incondicional. Acorde con ello entiende a la libertad como la posibilidad de elegir lo que es más conveniente para obtener esa sociedad futura, y esto lo determina el consenso social. Se obra libremente cuando se elige lo que determina la mayoría porque allí se encuentra la verdad. Fácilmente se deduce de esto que esta concepción tiene una base pragmática donde la libertad se reduce a elegir lo útil.

      Por otra parte afirma Brameld que se posee libertad para