El futuro después del covid-19. Argentina Futura

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Название El futuro después del covid-19
Автор произведения Argentina Futura
Жанр Социология
Серия
Издательство Социология
Год выпуска 0
isbn 9789878010243



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a la honestidad, a la vocación (sin que esta última sea una excusa para el pago de magros salarios y condiciones deficientes de trabajo, principio que opera en el más llano sentido común sobre el Estado). Deberíamos, por ejemplo, revalorizar principios como la eficacia (que nos habla del logro) y/o la efectividad (que nos habla del impacto), ambas nociones específicamente políticas, y abdicar, por ejemplo, de la idea de eficiencia (criterio económico impuesto por el universo no estatal, que hasta hace poco tiempo permeaba el discurso de los más altos funcionarios estatales). El proceder de los agentes estatales (incluidos los altos funcionarios) no puede responder, como advertía Max Weber (1985), a una mera “lucha por las rentas individuales”, concepto tan extendido en el sentido común, que abre escenarios favorables, por ejemplo, a discusiones oportunistas sobre la necesidad de reducir “el costo de la política”. La producción de una subjetividad estatal rejerarquizada debe permitirle, a quienes forman parte de ella, ver en la consecución de las metas de conjunto la realización de su propia meta individual.

      La nueva estatalidad que estamos en condiciones de discutir aprovechando las enseñanzas y oportunidades de la pandemia, supone un Estado capaz de producir comunidad y de cuidarla. En este contexto de profunda desigualdad y fragmentación social, es el Estado el que debe poner en el centro de su acción a la igualdad, a la solidaridad y a la responsabilidad como valores fundamentales. Y no sólo enunciarlas, sino además hacerlas cumplir efectivamente. Construir lo que nos es común y defenderlo es, también, tener la autoridad suficiente para decidir en última instancia y legítimamente cuál será la distribución de riesgos y costos, como sólo puede hacerlo el Estado. Reiterando la afirmación del presidente Fernández, “nadie se le puede plantar al Estado”: porque si no es el Estado el que decide y actúa, necesariamente la decisión y la acción quedarán en manos de los más poderosos.

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      Bibliografía

      Abad, S. y M. Cantarelli (2012): Habitar el Estado. Pensamiento estatal en tiempos a-estatales, Buenos Aires: Hydra.

      Canelo, P. (2019): ¿Cambiamos? La batalla cultural por el sentido común de los argentinos, Buenos Aires: Siglo XXI.

      Dubet, F. (2016): ¿Por qué preferimos la desigualdad? (aunque digamos lo contrario), Buenos Aires: Siglo XXI.

      Evans, P. (1996): “El Estado como problema y como solución”, en Desarrollo Económico, Vol.35, N°140 (enero-marzo 1996).

      García Linera, A. (2018): “El mundo de las ideas va a jugarse en decisiones económicas”, entrevista realizada por I. Schuliaquer para Política Internacional, 8 de diciembre <https://ladiaria.com.uy/articulo/2018/12/alvaro-garcia-linera-el-mundo-de-las-ideas-va-a-jugarse-en- decisiones-economicas/> (disponible el 10/4/2020)

      Gerschenkron, E. (1962): Economic Backwardness in Historial Perspective: A Book of Essays, Cambridge, Massachusetts: Belknap Press.

      Rancière, J. (1996): El desacuerdo. Política y filosofía, Buenos Aires: Nueva Visión.

      Weber, M. (1985): “La política como vocación”, en Ensayos de sociología contemporánea I. Buenos Aires: Planeta.

      Paula Canelo es Doctora en Ciencias Sociales (FLACSO), Magister en Ciencia Política (IDAES – UNSAM) y Licenciada en Sociología (FCS – UBA). Además de ser Investigadora del CITRA/CONICET, es profesora de grado y posgrado en la UBA y UNSAM. Algunos de sus libros son: ¿Un nuevo rol para las Fuerzas Armadas? Políticos y militares frente a la protesta social, los derechos humanos y la crisis presupuestaria. Argentina (1995-2002) (CLACSO, 2010), El Proceso en su laberinto. La interna militar de Videla a Bignone (Prometeo, 2008) y ¿Cambiamos? La batalla cultural por el sentido común de los argentinos (Siglo XXI, 2019).

      La crítica y el “Estado fuerte”

      Por Diego Sztulwark

      1. La crítica

      Desde siempre la palabra de quien habla en nombre de la filosofía ha sido motivo de burla, recelo y también de admiración. La arrogancia e impostura asociadas a la pretensión del decir filosófico, aspirante al saber, sin embargo, ha concitado particular atención cada vez que el discurso teórico pudo mostrar alguna clase de utilidad para alguien, articulando la creación de conceptos con la creación de formas de vida. Esa exigencia de practicidad pesa sobre la intervención filosófica en el espacio público, bajo la atención examinadora y suspicaz de unxs lectores que la someten a la pregunta práctica sobre el para qué sirve semejante discurso.

      Un punto de inflexión en la historia de esta relación entre discurso teórico y vida práctica es el libro de Karl Marx, El capital. La operación presente en su “crítica de la economía política” surgía de una larga batalla contra la religión que se desplazaba ahora a comprender y transformar las relaciones de producción. Esta fusión entre discurso reflexivo y deseo de revolución caracteriza el nacimiento y la fuerza de la crítica moderna que llegó, en la obra de Marx, a penetrar en el misterio fundamental de la sociedad capitalista: el poder de un “objeto endemoniado, rico en sutilezas metafísicas y reticencias teológicas” cuya circulación perturba a la conciencia humana creando la impresión duradera de una doble realidad. Este objeto circulante, llamado “mercancía”, se presenta como un cuerpo particular revestido de una realidad fantasmagórica, que anima sus movimientos. La función de la moderna crítica es mostrar no sólo cómo se produce semejante desdoblamiento -de procedencia teológica- por el cual una existencia material sensible aparece como portadora de una misteriosa realidad espiritual o suprasensible (“valor”), sino también, y, sobre todo, develar que esa realidad suprasensible no es propiedad natural del cuerpo mismo de la mercancía (fetichismo), sino en la medida en que ese cuerpo expresa relaciones sociales capitalistas de producción.

      Un siglo después, Guy Debord, autor de La sociedad del espectáculo, aplica el mismo método crítico para dar cuenta, en las condiciones del capitalismo tardío, de la evolución de este “objeto endemoniado” que circula ahora bajo la forma de la “Imagen” en maduras condiciones de producción: “todo lo que antes se vivía directamente, se aleja ahora en una representación”. El mundo devenido espectáculo es un poderoso “instrumento de unificación” que reúne, en el régimen de lo visible, todo aquello que la imagen-mercancía separa en el orden de la vida. Como en Marx, el poder metafísico de la imagen “física” no deviene de su propio cuerpo, sino de su aptitud para viabilizar la división que recorre la constitución misma de lo social.

      ¿Hasta qué punto la intervención filosófica actual retoma el uso de los procedimientos de la crítica moderna para dar cuenta de la circulación de un nuevo “objeto endemoniado”, virus físico a cuya realidad metafísica se le atribuye el milagro de la interrupción momentánea de la sacrosanta dinámica de la economía de mercado? ¿Quiere, aún, la filosofía investigar en qué medida este cuerpo mínimo expresa las postmodernas relaciones de producción, abriendo el campo de aquello que sería deseable transformar en las relaciones humanas, con lo humano y lo no humano?.

      Rita Segato vinculó recientemente la circulación del COVID-19 a lo que Ernesto Laclau denominaba el “significante vacío”. A diferencia de la tradición que -de Marx a Debord- lee sintácticamente al objeto “endemoniado” para descubrir en él la clave de comprensión de las relaciones de producción, el “significante vacío” pasa por alto este reenvío a la materialidad productiva de los cuerpos y apunta directamente a las leyes del lenguaje en las que se dirime la lucha interpretativa. La reacción de Segato consiste en devolver significación a la materia microscópica del virus para escuchar ahí, en esa voz inaudible de lo no-humano, un sentido previo que pertenece a la materia primera sobre la que se constituye toda disputa política. Una voz que se limita a recordar que la humana no es la especie única en esta tierra ni le cabe aspirar a la eternidad. Y que su propio futuro se dirime en su capacidad de imaginar, mediante el empleo de la crítica y el reencuentro sensible con la materia, un continuum virtuoso con la vida no-humana.

      El mes de marzo impulsó a lxs pensadores críticos a la escritura. Algunxs de ellxs, los maestros de la argumentación occidental, reconocidos por sus aportes previos, tendieron a